— ¿Castiel Laughter? —preguntó un hombre de traje gris, Castiel le conocía perfectamente, era uno de los Jueces de Elección, uno con el que pudo charlar de manera amena a pesar de haber tenido quince años en ese entonces, era normal que no le reconociera después de siete años.
—Ese soy yo, juez Runter — Magno Runter no era el más carismático, tampoco era un hombre de muchas palabras, no necesitaba eso sabiendo que tenía una mirada que transmitía todo lo que un individuo necesitaba saber.
—Vaya, has crecido —comentó mientras acomodaba uno que otro papel de su despacho, su oficina no había cambiado en absoluto, ¿será porque era un hombre muy simétrico con las cosas? Tal vez.
—Me imagino que me convocaron por algo importante.
—Así es, nos llegó y hemos aprobado el contrato que usted tiene con la mansión Phantomhive. Tal vez es tarde para decirlo, pero es una lástima que usted haya sido echado de la mansión Chernobyl —dijo en un tono neutro, sacó una carpeta de su escritorio —. Queremos que nos dé su consentimiento en otorgar su información personal a la mansión Phantomhive.
— ¿Qué sucedió con la que se dio el la casa Chernobyl?
—Los reclamamos hace dos meses, varios de nuestros hombres revisaron cada rincón por si habían anotado tu información en algún lugar. Modificamos un poco el protocolo —dio una pausa y suspiró — En fin, lea bien el acuerdo de consentimiento de identidad y fírmelo. Puede tomarse su tiempo.
El acuerdo no era muy complicado, la Asociación de Sirvientes de Élite eran de temer, si un noble se metía con uno de sus sirvientes, eran capaces de chantajear con información privada, —así es, ellos tenían información de cada noble—, era cierto que el perro de la reina era de respetar por cumplir bien con sus órdenes, pero la ASE eran armas letales, solo los nobles estaban enterados de su existencia.
Después de leer atentamente, firmó, Sebastian ya sabía su identidad y le prometió no decirle al amo Ciel, ya era momento en que su amo se enterara de su identidad.
Como era el cumpleaños de Ciel, fue celebrado entre los sirvientes, Lau, Ran-Mao y la señorita Elizabeth, no fue una celebración muy grande ya que el joven amo no era muy amante de las fiestas. Sebastian se separaba muchas veces de su amo para poder estar al lado de Castiel.
Después de una que otra noche traviesa, por fin Castiel no emanaba ese aroma, ya no hubo casos de sonambulismo, pero aún así, Sebastian aún quería estar con él, descubrió que era mucho más excitante su aroma a jabón y su perfume foral cuando le tocaba ayudar con el jardín.
— ¡Feliz cumpleaños! —corearon con jovialidad. Por fin el joven amo cumplía catorce años, aunque por su tamaño, era normal en que Castiel dudara la edad de su amo.
Los obsequios por parte de su prometida eran excesivos, Sebastian disfrutaba un poco ver a su joven amo tan incómodo, sobre todo cuando le miraban a él y a Castiel. Ambos mayordomos habían forjado un vínculo tan fuerte que incluso Sebastian solía peinar el cabello de Castiel, había crecido más aquella cabellera espesa y negra, a veces le gustaba hacerle peinados diferentes, se había convertido en un hobby.
Una gran pregunta siempre se forjaba en ellos, ¿qué pasaría si alguno de los dos perdiera el interés?, era un miedo muy común, hasta Sebastian lo experimentó a pesar de no ser un mortal. Esperaban en que su interacción no cesara el interés mutuo; la vida del joven mayordomo era efímera a comparación de la larga y casi eterna vida de Sebastian.
El mayordomo Michaelis se propuso a disfrutar sus momentos con el humano. Él tal vez no sería el primer amor del humano, pero tenía una pequeña esperanza en convertirse en el amor de su vida.
Era muy probable en que el rencor de aquella divinidad no se iba apaciguar tan fácil, pero no intervendría en los sentimientos de Castiel.
Cuando no les veían, Sebastian entrelazó la mano humana con la suya.
Tal vez los demonios si eran capaces de enamorarse.
FIN.
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Kuroshitsuji: Rencor Divino (BL)
FanficCiel Phantomhive junto a su fiel mayordomo, asisten a una celebración que hace el joven duque Chernobyl, en esa mansión dónde se detectaron la extraña desaparición de sirvientes, también la muerte inexplicable del anterior y viejo duque. En el camin...