No tiene la culpa ;; Reddie

ঔৣ 09 ঔৣ

—Quiero que siempre estés a mi lado —dijo Tozier caminando con la mano entrelazada con la de su novio.

—Nunca me quiero ir de tu lado, Rich —habló Eddie siguiendo el paso a Richie.

La pareja iban a la casa de los Tozier, después de una noche entera de súplicas y súplicas...

❝¡Ya trae al afortunado!❞

❝Así que... novio...❞

❝Ay, yo pienso que deberías invitarlo al almuerzo❞

En pocas palabras... ❝¡Trae a tu novio o te cortaré los huevos!❞ o así lo veía Richie, «Excelente mamá, resultó que sí me gustan los penes».

—¿Sabes por qué el refresco se abre así? —preguntó Richie abriendo su bebida. 

 —Eh... ¿No? —Kaspbrak frunció su entrecejo viendo los movimientos de su contrario.

 —Porque si la abro así, se sale todo —volteó el envase haciendo que su refresco se derramara por completo.

Eddie comenzó a reírse fuertemente, Tozier se unió a las risas, viendo al menor con sus mejillas rojas y esa encantadora sonrisa, era mucho mejor que una pintura en un museo de arte.

Dicho y hecho, ambos ya se encontraban frente a la puerta de la casa de Tozier, el menor estaba nervioso y quizás emocionado. 

Después de dar tres toques, aquella puerta fue abierta por Maggie, la señora sonriente y chillidos abrazó de inmediato al menor, Richie con los ojos completamente abiertos se sonrojó por la vergüenza. 

—¡Oh por Dios! Es hermoso y tierno —dijo la mamá de Tozier separándose de Eddie y apretando sus suaves mejillas.

—Mamá... —reprochó Tozier frunciendo sus labios.

 —Perdón perdón pero cuando mencionaste que Eddie era tierno... ¡Nunca pensé que fuera taaaaan tierno y lindo! —dijo la señora Tozier dejando pasar a los adolescentes.

Eddie estaba completamente sonrojado por los adjetivos de Maggie, estaba muy emocionado... ahora faltaba un rostro mas, el señor Wentworth.

Maggie caminó rápidamente hacia la cocina para comenzar a servir la comida ya preparada mientras que Richie y Eddie caminaban más adelante encontrando la sala dejando en ese lugar sus mochilas, dando más pasos al lado izquierdo se encontraba el comedor.

Kaspbrak agrandó sus ojos al ver que Wentworth estaba sentado en la mesa leyendo un periódico.

—Tranquilo, le caerás bien —susurró Tozier al notar su nerviosismo.

—¿Tanto se nota? —preguntó Eddie a susurros.

—Desde aquí huele el miedo... Eds —respondió con el mismo tono ya caminando lentamente a la mesa —. Ah no... huele a homosexualidad.

Ambos llegaron y se sentaron juntos, al sentarse el señor Tozier escuchó y dejó a un lado el periódico poniendo su mirada en el castaño.  

—¡Nuestro gran pequeño invitado ha llegado! —exclamó Wentworth con una sonrisa en su rostro mirando al menor.

—B-buenas tardes señor Tozier... —murmuró Eddie devolviendo el gesto.

—Así que el famoso Eddie Kaspbrak.

—Papá... —Richie se tapó el rostro nuevamente con la misma vergüenza. 

Eddie soltó una risita por el comportamiento tan lindo de su novio, así que para calmarlo por debajo de la mesa agarró y entrelazo su mano con la de Richie, al sentir el tacto del menor... el azabache soltó un suspiro y Eddie le dedicó una sonrisa con ternura transmitiendo confianza.

Maggie comenzaba a servir los platos y vasos, Eddie la observaba y de inmediato le ayudó a servir.

Al terminar ambos se sentaron y comenzaron a comer pasta, en el transcurso de la comida Richie rogaba que sus padres no hicieran preguntas tan tontas.

—Veamos... ¿Qué te gustaría estudiar, Eddie? —preguntó el señor Tozier. 

—Pues... no tengo nada en mente, estoy un poco confundido pero... tengo en claro que para poder sobresalir en la vida es... estudiando —respondió Eddie con esa pizca de ternura que siempre ponía. 

—Excelente —dijo Maggie—. ¿Lo ves, Richie? Aprende de tu novio.

El mencionado solo sonrió apenado desviando la mirada, Eddie detectó ese sonrojo y simplemente se atrevió a acariciarle la mejilla de su novio.

Los Tozier simplemente sonrieron al apreciar el amor que se hallaba enfrente de ellos.

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—Te amaron —dijo Richie abrazando a menor por detrás llegando a la casa de Eddie.

—Gracias Rich... por haberme invitado a tu casa —este se volteo quedando frente al menor.

—No es nada, pequeño —puso las manos en la cintura del pecoso.

Ambos sonrieron y finalmente se besaron, pero el aire los hizo separarse.

—Te quiero... —dijo Eddie finalmente separándose del mayor. 

Kaspbrak entró a su casa dejando al azabache soltando vibras amorosas y dejando soltar un gran suspiro pensando que fue uno de los mejores días estando con su novio.