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La familia Kaspbrak cada día iba mejorando, tanto que Frank se dio a la tarea de investigar mas sobre la diversidad de la comunidad LGBT+ con el apoyo de su esposa.

Sin embargo Eddie era feliz con Richie a su lado, ¿Qué más podía pedir? Por otro lado Stan veía a la pareja con mucho entusiasmo aunque su rostro reflejara lo contrario. Uris sintió envidia, ¿por qué no tenía la misma oportunidad de ser libre como sus dos mejores amigos?

Ese pequeño amor que sentía por el joven Denbrough iba creciendo poco a poco, no va a negar que tenía miedo, puesto que estaba sintiendo por primera vez ese sentimiento, es un sentimiento fuerte, se sentía bien. 

Su primer beso, aquel en el que estaban acercándose poco a poco, admirando los ojos azules de Bill hasta sentir con calidez los labios rojizos del tartamudo.  Un beso tierno en la cual sientes fuegos explosivos por todo el cuerpo. Después de ello... nunca más volvieron a tocar el tema pero no podían olvidar la sensación tan maravillosa. 

Pero nunca llegaron a ser algo más que unos simples mejores amigos. El miedo de Stan ganó nuevamente.

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El humo del cigarro de Tozier flotaba al aire hasta llegar en el techo de su habitación. Este estaba sentado en la orilla de su cama mientras Eddie igualmente sentado en la cama admiraba las pecas de este, lo que ocasiono que el primero apagara su cigarro para abrazar el cuerpo del mas pequeño. Ambos recostados con un ambiente tan relajante sin ningún estrés.

Kaspbrak continuaba con la mirada en sus pequeños puntitos marrones, hasta que Richie volteó conectando ambas miradas, como por obra de magia sus ojos brillaron.

—Por favor nunca te vayas —reprochó el pequeño haciendo un puchero.

Richie levantó ambas cejas y sonrió con ternura para después abrazar al castaño con mas fuerza.

—Nunca... ¿Por qué dejaría al amor de mi jodida vida? Tampoco estoy tan pendejo —el menor soltó una risita—. Contigo yo quiero formar toda una vida por delante —finalizó.

Eddie suspiró dejando el ambiente sin hablar, seguidamente de varios minutos el de lentes decidió terminar con el silencio.

—Quiero tener hijos contigo —confesó Richie sorprendiendo a Eddie.

¿Él? ¿Que? ¿Hijos? 

Con una mano, el pequeño tocó el rostro del mayor tratando de tomar su temperatura, quizás estaba enfermo y estaba delirando.

—Lo digo en serio, Eds —Tozier rió agarrando la mano de su novio y darle un beso.

— ¿Quien eres tú y que le hiciste a mi Richie?... Me habías mencionado anteriormente que no querías hijos —dijo Eddie.

—Pero la cosas cambian, ya sabes... Las pasivas siempre se encargan de los bebés —habló en un tono burlón.

Kaspbrak negó con el ceño fruncido.

—Tú eres la pasiva de la relación —se sentó en la cama cruzándose de brazos.

—¿Seguro? —preguntó y el menor asintió segurísimo—. ¿Lo averiguamos en este instante? —volvió a preguntar haciendo bailar sus cejas con una sonrisa juguetona, poniendo en una posición cómoda aun acostado pero viendo perfectamente a su hermoso novio.

—¿Cómo? —cuestionó con inocencia.

—Te haré gemir como gatita en celo.

Sólo bastaron unos segundos para que Eddie entendiera y agrandando sus ojos con un sonrojo inmenso en su cara haciendo que el mayor comenzara a reírse.

—Definitivamente eres tan tierno... y muy pero muy pasiva —recalcó con otra risa.

El asmático comenzó una pelea de almohadas, entre risas y risas pero también con amor disfrutaron del momento.

Finalmente terminaron abrazados, dormidos y cansados en el suelo lleno de almohadas y cobijas. 

No tiene la culpa ;; ReddieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora