No tiene la culpa ;; Reddie

ঔৣ 11 ঔৣ

❝¿¡Qué debo ponerme!?❞

❝¿Esto lo va impresionar?❞

❝Pfff, muchísimo perfume para que huela delicioso❞

—¡Mamá! Ya me cansé —dijo Richie viéndose al espejo admirando cada detalle de su atuendo.

La señora Tozier entró a la habitación de su hijo y sonrió orgullosa.

—¿De qué te cansaste, querido? —preguntó entre risas poniéndose detrás de su hijo y abrazándolo de los hombros.

Ambos al estar en frente del espejo sonrieron ambos.

—Tengo miedo de cagarla, amá —dijo Tozier haciendo un puchero.

—Esa boquita, Richie —regañó Maggie.

—Bien bien, pero en serio tengo miedo de arruinar esto.

El Bocazas junto con su novio y los demás perdedores habían decidido ir al cine a ver una película de terror aunque para Beverly sabiendo como es sería tan aburrido.

—Te ves bien, cariño —habló Maggie y le dio un beso en la cabeza de su hijo para finalmente salir de su habitación dejando a Richie mas que emocionado.

Después de largas horas, ansiosamente Richie salió de su casa para ir a ver a su novio, con las ganas inmensas de verlo imaginaba cómo se veía el menor nuevamente con esa falda que llevó la otra vez, definitivamente lo calentó en mas de una forma.

Tras de 15 minutos llegó a su casa, tocó lentamente la puerta y se abrió de inmediato viendo a un bajito castaño con sus shorts rosados con calcetas un poco largas con un arcoiris en cinta rodeando sus muslos en la parte de arriba y su playera negra. Sin olvidar de sus tennis negros con una cinta blanco que los amarraba.

¡HERMOSO!

—¡Oh! Hola Rich, espera un momento —dijo y nuevamente metió su cabeza avisándole a su mamá que ya se iba.

Luego ambos salieron y caminaron hacia el cine.

En el transcurso del camino, Eddie pensaba en lo precioso que se veía Richie, su camisa nueva de color azul marino y sus shorts grises oscuros.

—R-Richie... Quiero decirte... algo —el menor habló tímido.

—Dime, cariño.

—Tú me gustas mucho, Rich.

—Pues tú a mí me gustas más, pequeño —dijo y al casi llegar entrelazó su mano con la de su novio.

Eddie sonrió y la pareja visualizó a lo lejos a los demás perdedores esperando a los tortolitos.

—¡Ya era hora! —exclamó Beverly viéndolos con una sonrisa en su rostro, activando su lado fujoshi pero al mismo ocultándolo para que no se notara.

—Aw, qué lindos se ven juntos —dijo Ben mirándolos con ternura.

Los demás sonrieron a excepción de Bill, este trataba de sonreír pero no podía, aún le costaba. Todavía no lograba superarlo pero no culpaba a sus amigos de sus sentimientos.

—¡Bien! Entremos y pidan los boletos —clamó Tozier y todos asintieron.

Bill fue el encargado de pedir los boletos mientras que Eddie estaba pensando en la película, le tenía miedo a los zombies.

—B-bebito... —habló Kaspbrak y el mayor sonrió agachandose a la altura del menor.

—Dime, cariño —respondió Tozier.