Ya era medio día y la estación de trenes se encontraba concurrida, __ miraba con pesar el movimiento de las personas, repitiéndose que era lo mejor. Se había ido sin decir adiós al esqueleto, lo pensó unos minutos, pero después decidió que era lo mejor. No quería admitirlo, pero le gustaba el esqueleto y por más que quisiera no podía haber nada entre ellos, fue un acostón simplemente, y el menciono que no le interesaban las relaciones, además, no podían formalizar nada. Solo podía agradecer a Cronos por el tiempo que pasaron y continuar con sus vidas.
>>Que dramática e infantil eres<< dijo una voz en su cabeza.
- ¡No! – Grito enojada mientras todos la miraban -. Disculpen, vi una araña.
No se consideraba dramática, solo veía los hechos. Nadie en su sano juicio se enamoraría después de una noche en la cama, y menos con un playboy como ese esqueleto. Ella solo protegía sus sentimientos, ya que la estúpida enamoradiza y esperanzada a más era ella, y eso no debía de ocurrir. El tren que la llevaría a casa estaba por partir, tomo la bolsa que traía y subió al tren, deseosa de llegar lo antes posible a casa.
