Epílogo

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Narra ____

Pasaron unas semanas, Richie no me llamó ni vino a mi casa.

Deje caer mi cabeza en el timón de mi auto, cansada de la situación.

Clay constantemente me insiste en llamarle o que vayamos a verlo.

Cree que su amigo Richie no viene por mí, y que era una malvada.

Le dije que estaba ocupado con su trabajo y una reprimenda por decirme así.

Malvada era en la secundaria.

Salí del auto con pasos pesados, abrí la puerta y entré a mi casa.

— ¡Mamá!— Clay vino a tirarse encima mío.— ¡Vino, vino!

— ¿Quién vino?— Dije con diversión por la emoción de mi hijo.

— Yo.— Miré al frente, Richie se rascaba la nuca.— Hola.

— Hola...—Dije caminando hacia la sala, siendo seguida por ambos.

Miré confundida a Liam, aparecer también aquí...y se llevaba a mi hijo, hizo una rabieta por querer quedarse, pero cambió de opinión cuando mi hermano dijo que le compraría un helado.

Suspiré y me senté en el sofá, oímos la puerta cerrarse y Richie se sentó al lado mío.

— Mira esto.—Habló Richie, rompiendo el incómodo silencio, era una carta.

Tomé la carta y me sorprendí al ver que era de Stan.

Mi atención se centró en eso, dejando de lado que Richie no mencionó nada del otro día.

— Léela.

" Queridos perdedores:

Sé lo que esto puede parecer, pero no es una nota suicida. Probablemente se preguntarán, ¿por qué lo hice?

Es porque sabía que estaba muy asustado para volver y si no había unión, si estando vivos no estábamos unidos, sabía que moriríamos.

Así que, hice la única jugada lógica...Me retiré del juego.

¿Funcionó?

Si están leyendo esto, conocen la respuesta.

Viví toda mi vida con miedo, temiendo lo que podría llegar a ser, temiendo lo que podría dejar atrás.

Que no les pase, sean quienes quieran ser, siéntanse orgullosos.

Y si encuentran alguien digno de amar, jamás, jamás lo dejen ir.

Miré de reojo y me avergoncé al conectar miradas ambos.

Nos sonreímos mutuamente, mi rostro lo sentía caliente, pero vi que el suyo igual estaba sonrojado.

Sigan su propio camino...A donde sea que los lleve.

Como si vieran esta carta, una promesa.

Una promesa que les pido que hagan a mí, a cada uno de ustedes.

Un juramento.

La ventaja de ser un perdedor es que no tienes nada que perder.

Así que, sean auténticos, sean valientes, hagan frente.

Crean y nunca olviden.

Somos perdedores y siempre lo seremos".

Ser valiente, me repetía en mi cabeza.

El Club de los Perdedores. (IT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora