You and I - Niall Horan Fanfiction

Capítulo 15

Sucedió todo demasiado rápido, de repente yo estaba en el suelo y un chico desconocido recibía el enojo de Niall a través de sus puños. La escena resultó muy shockeante, nuestros amigos no lograban separarlos y el pobre inocente no hacía más que implorar. La sangre emanaba de su fosas nazales y sus labios rotos. No me había dado cuenta que estaba llorando hasta que sentí a mi mejor amiga abrazarme en un intento por levantarme.
Zayn y Louis sostenían a Niall, quien tenía la mirada obscura y cargada de maldad, ya había dejado de luchar contra su contención pero aún respiraba agitadamente. Liam y Harry sujetaban al chico desconocido, que estaba casi inconciente.
Un gran círculo se había generado a nuestro alrededor, la música permanecía en sus altos decibeles y algunos intentaban ayudar.
La multitud se abrió para dar paso a un enorme guardaespaldas, era alto, musculoso y pelado. Con solo mirarlo a los ojos sentías miedo.
Escaneó la situación y con mala cara nos habló.

-Acompañenme -dijo su grave voz.- Los ocho.

Niall, sus amigos, el chico herido, Emily y yo obedecimos. Otro guardaespaldas se hizo presente pero a diferencia del primero, este tenía una melena de pelo atada con una gomita. Èl cuidaba que ninguno de nosotros escapara.
El recorrido termino fuera del club, en el callejón lateral del mismo.

-No nos interesa saber por qué se pelearon, solo no queremos disturbios. Así que por esta noche, se les prohibe la entrada -hablo el calvo.

-Ahora vayan a casa o sigan matándose, pero aquí no ponen un pie -agregó el de la melena de león.

Todos asentimos desganados.

Cuando los gorilas por fin entraron en su cueva, fuimos capaces de darnos cuenta que era lo que había sucedido. Nos miramos las caras y luego de dos segundos nos reimos, quizás eran los nervios pero internamente estabamos agradecidos de que había sido algo leve.
Acordamos llevar al chico al hospital y luego cada uno volvería a su casa. Habíamos armado un plan por si pedían nombres o explicaciones sobre lo ocurrido. Tomamos como ventaja el hecho de que estaba demasiado ebrio.
Al llegar, lo primero que hicieron fue ponerlo en una silla de ruedas para transportarlo facilmente.
Lo único que respondí fue:

-Lo salvamos de una pelea callejera.

La mujer tomando nota me creyó. Preferimos decir que sucedió en la calle asi nos ahorrabamos de involucrar al Club.

Estabamos Zayn, Emily, Niall y yo en el auto. Nuestros dos amigos adelante y nosotros atrás. Por momentos miraba de reojo a Niall y veia que estaba enojado, su mirada me lo decía. Tenía el rostro recargado sobre su puño mirando hacia la ventanilla, su ojos perdidos en la noche y su preciosa voz encerrada dentro de su garganta, estaba frustrado.

Al llegar a casa, nos despedimos de los chicos y entramos. Niall fue el último en cerrar, la puerta recibió el impacto de su furia.

-Hey, amor -le hablé cariñosamente.- Relájate, ya pasó.

Me acerqué hasta él, poniendo mis brazos sobre sus hombros, haciéndo masajes sobre su espalda para calmarlo. Un largo suspiro fue liberado de sus labios y como recompensa, un beso de mi parte fue dejado allí; una pequeña sonrisa se le dibujó en el rostro. Había vuelto a ser mi Niall juguetón.

Besó gentilmente mi frente para luego pegarla con la suya. Cerró los ojos y lo imité. El silencio nos envolvía y no había nada más pacífico que estar unidos así.

-Perdón, bebé -habló por lo bajo. Me deleité con el apodo, sonaba bien entre sus labios.

-¿Por qué? -pregunté.

-Por la pelea, generalemente no me comporto de esa manera. Lo siento -sonaba arrepentido

-Lo sé, amor. No te preocupes -dije para luego darle un dulce beso.
Sus labios estaban secos pero igual de sabrosos, mi lengua les devolvió la suavidad. Un pequeño gemido ronco se escapó de su boca y no pude evitar reírme ligeramente.

-Bueno, y ¿ahora qué hacemos? -le pregunté luego de separarnos.

-Humm, ¿qué quieres hacer? -la picardía brillaba en sus ojos.

-No lo sé, tú dime -dije provocándolo mientras agarraba el cuello de su remera.

-Yo quiero hacerte tantas cosas mi amor, pero no puedo -dijo suspirando, sus manos sujetaban fuertemente mis caderas.

-¿Por qué? -dije inocente.

-Porque terminarías agotada.

-¡No me molestaría! -respondí eufórica. Él rió levente y después dejé que sus labios acariciaran mi mejilla. Yo temblé ante su tacto.

-Te amo -susurré sobre su boca para luego besarlo fuerte. Mis manos estaban regarcadas en su nuca, haciéndo un desastre su cabello.

-Yo también -jadeó cuando mordí su labio inferior.- Será mejor que vayamos a dormir, hoy ha sido un día largo.

Me decepcioné al oír esas palabras pero deje a un lado mis deseos y pensé en él primero. Seguramente estaba muy cansado.
Cuando tomé su mano para guiarlo hasta mi cuarto, sentí el daño que sus nudillos tenían a causa de la pelea. Me espanté al verlos tan destrozados.

-¡Niall, tu mano! -mi grito lo asustó.- Debes desinfectar las heridas.

-Lo haré en la mañana, bebé -colocó un mechón de pelo detrás de mi oreja. Detuve su acción.

-No, ahora -le dije severamente.

Al ver que no bromeaba se dirgió de mala gana al baño, en donde puso agua oxigenada sobre la herida. Observé que se limpiara bien las manos y fui a mi cuarto para cambiarme.
Luego de unos minutos, Niall apareció en mi cuarto con su pijamas, el cual consistían en boxers y una remera blanca.
Yo lo esperaba con los brazos abiertos sobre mi cama, se acercó hasta mí, abrio las mantas y me abrazó fuerte. Le di un beso en su mejilla y me di la vuelta en sus brazos para pegar mi espalda a su pecho.
Su respiración ronca brivaba a través de su cuerpo y viajaba por el mio como ondas de cosquillas. Mi amor ya estaba dormido.