Capítulo 28

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Cuando finalmente tocamos suelo, y nuestro equipaje estaba fuera del auto, me concentré en observar el lugar en donde nos hospedaríamos. Era una estancia que estaba cercada con grandes troncos amarrados entre si con un material resistente que no sabría nombrar. Sobre el portón, había un cartel que ponía "Estadia Paradise" mostrando paralelamente las imágenes de un amanecer y un atardecer.

Al entrar, nuestros zapatos chocaron contra el pasto del lugar, combinando sus partes verdes con la arena que se encontraba allí. Una mujer, que no pasaba de los treinta y cinco, se nos acercó amablemente, con una sonrisa en su rostro.

-Hola, mucho gusto. Ustedes deben de ser la familia Horan, ¿verdad? -su vos pronuncia un acento parecido al del taxista y su melena morena se descontrola un poco gracias el viento creciendo a nuestro alrededor.

-Si, somos nosotros -responde Simon intentando sonreir pero le sale algo parecido a una mueca. Diria que esta cansado y enojado.

-Oh, es un placer. Mi nombre es Helen. -la mujer nos responde, igual de alegre. Extiende la mano hacia mi mamá y Simon; ellos le devuelven el gesto. Puedo notar que mi mama esta agotada y triste. Me pregunto si ya arreglaron las cosas entre ellos.- Su agente de viajes me contacto y me dejo en claro todos los detalles asi que ya están sus habitaciones preparadas para que se puedan instalar.

Helen nos conduce a través de los conjunto de chocitas que hay a nuestro alrededor y pasamos por una gran cabaña para recoger las llaves de nuestro cuarto. A partir de ahí seguimos un sendero, que mas adelante se ramifica y se divide hacia otras habitaciones. La seguimos hasta lo que parece ser el fondo de la estancia y me encuentro a mi misma mirando hacia todos lados. El lugar es inmenso, tanto que podría perderme. Por fuera parece mas chico. Mire por donde mire solo veo chozas y más chozas. En realidad, las llamo asi porque parecen casitas hechas de paja, pero dudo que hayan usado ese material.

A medida que caminamos, noto que las casas van variando su tamaño las mas grandes se encuentran en los laterales del terreno y las pequeñas se concentran en el medio. Cuando ya nos alejamos bastante de la puerta en la que fuimos recibidos, percibo gritos de niños pequeños, volteo mi cabeza para ver de donde provienen y me sorprendo cuando encuentro algo asi como un pequeño parque en el lado derecho de donde estamos yendo. Llego a distinguir un tobogán, cuatro hamacas y dos sube-baja.

Devuelvo mis ojos al camino cuando siento que mi cabeza choca contra algo alto y duro: la espalda de Niall. Nos detuvimos. Estamos frente a dos pequeñas "chocitas". Al mirar más de cerca, veo que los números "99" y "100" están enmarcados por encima de las puertas.

-Bien, aquí es donde se hospedaran por la próxima semana -nos informa la morena- aquí están sus llaves. La que habiatcion 99, es para sus hijos -le dice a Simon- y la 100 es para ustedes.

Es difícil expresar la reacción de Simon, esta enojado y por un momento pienso que va a gritarle a la dulce mujer que nos acompaño hasta aquí. No encuentro la razón hasta que me doy cuenta: Niall y yo tenemos que dormir juntos. Helen parece darse cuenta de que algo no anda bien y nos mira preocupada.

-¿Sucede algo malo?

-Amm... Ellos... No pueden dormir juntos -responde finalmente, tratando de no desquitarse y olvidar su ira.

-Oh, lo siento. No sabia... Pense que ustedes conocían como eran las habi...

-No. No son hermanos. Él es mi hijo y ella su hija -nos señala mientras nos presenta de una manera no muy cortez.

-Oh -Helen parece quedarse sin palabras por un momento- Lo siento pero no puedo darles una cabaña para cada uno. Además ya no tengo habitaciones libres. Estas eran las ultimas.

Mira a Simon desesperadamente rogándole con la mirada que no cambiemos de idea sobre nuestra estadía y él parece estar sumido en un debate interno, pensando si debería dejarlo pasar o si debería hacer algo al respecto.

"¡DEJANOS DORMIR JUNTOS!" Grito internamente. Él nos observa detenidamente como si eso le ayudara a tomar una decisión final, y respira fuertemente por la nariz, liberando todo de si.

-Bien. Dormirán en la misma habitación -dice disgustado y mi madre nos mira con pánico. A ella tampoco le gusta la idea.

-Genial -Helen asiente y vuelve a sonreir.

Nos entrega las llaves y antes de irse nos anuncia:

-Ya es tarde, asi que les recomiendo que dejen sus cosas y las desempaquen mañana. Servimos el desayuno desde las 8 hasta las 10 hs. El almuerzo de 12 a 14:30 hs. La merienda es opcional, pueden tomar algo aquí o comprarlo fuera. Y la cena se sirve desde las 8 hasta las 10 hs. Nos reunimos para comer en la casa cetral, es la que esta próxima a la puerta de entrada -esta por dar media vuelta y retirarse cuando recuerda algo y añade-. Oh, y algo muy importante, antes de que me olvide. Los baños son esas cabañas que están por allá.

Todos asentimos y ella finalmente se va.

-Aquí esta su llave -nos dice Simon y su cara me dice que no está contento con que durmamos juntos. Mi mamá parece que esta a punto de decirnos algo, abre la boca pero luego la vuelve a cerrar.

-Bien... Adiós -les digo sin saber que hacer o que decir.

-Adiós -repite Niall.

Ellos nos saludan de vuelta, agarran sus maletas y entran en su cuarto. Yo miro a mi hermanastro y le regalo una gran sonrisa. Él me responde igual. Caminamos hasta las pequeñas escaleras que se encuentran al inicio de nuestra puerta y subimos. Introduzco la llave, la giro y abro. Niall entra después de mí y cuando nuestros bolsos ya están dentro, cierra la puerta con llave y se quita su chaqueta.

Absorbo cada detalle del pequeño cuarto que va a ser nuestro "hogar" por los siguientes siete días y me encuentro adorándolo en cada aspecto. Del lado izquierdo hay una ventana, está cerrada por lo que no sé de qué vista voy a disfrutar en la mañana. Justo debajo de esta, hay una cama simple, para una persona. Del otro lado, del derecho encuentro una cama marinera (una cama arriba de la otra) y me apresuro a tirar mi bolso encima de esta, proclamando mi territorio.

Niall alza una ceja y me mira con una expresión burlona rondando por su cara.

-¿Quién dijo que podias dormir arriba? -me cuestiona

-Yo lo digo.

-¿Y que si yo quería dormir arriba?

-Bueno, te aguantas -le respondo riendo.

-Oh, no. Yo no me aguanto. Es injusto. ¿Y si nos turnamos? -me ofrece.

-¿Y si te conformas y duermes abajo? -ahora le sonrio.

-Si sigues así, no recibirás tu premio -el contesta desafiándome. Mis labios cubren mis dientes nuevamente y la mueca desciende. Se acordó de mi premio/castigo.

-Creí que era un castigo -le digo y me reto a mí misma mentalmente por darle esa idea.

-Oh, tienes razón... -se queda callado y piensa en lo que le acabo de decir- Bueno de todos modos iba a ser lo mismo.

-¿Cómo que lo mismo? Si es un premio es algo bueno, si es un castigo es algo malo -le respondo como si fuese una niña de primer grado.

-Estás en lo cierto, pero los dos van por el mismo camino. -me dice y su rostro adopta una mueca maliciosa- Ven aquí.

Lentamente me acerco, mis ojos mirando los pasos que doy cada vez más cerca suyo. Su mano produce cosquillas alrededor de mi mejilla, me obliga a verlo. Es tan hermoso. Su profunda mirada oceánica me llega al alma. Sus labios, Dios se ven tan perfectos a la escasa luz de nuestro cuarto. Siento mi cuerpo arder cuando su tacto va detrás de mi nuca y me incita a acortar la distancia. No puedo soportarlo, necesito besarlo ahora. Como la caprichosa que soy, hago lo que deseo y junto nuestros labios en un apasionado beso. Habia anhelado sentir su lengua desde que salimos del baño del avión. Mientras nos movemos hacia atrás, contra las camas de a dos, mis manos toman rumbo hacia su remera, haciendo que al levantarla sienta el caliente contacto de su piel.

You and I - Niall Horan FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora