Capítulo VIII: El chien y el bouffon

158 28 3
                                    

Después de unos 40 largos e incómodos minutos llegó Pierre, pasando por la puerta donde estaba su mastodonte de mal carácter. Era la primera vez que veía al hermano de Thomas, era un hombre como de 30 años, tenía el ojo morado y la mejilla del mismo lado colorada, su cabello era un poco más claro y tenía una barba áspera, se veía como un auténtico pirata de portada, aunque su vestimenta no era tan desalineado como la de Thomas.

Jeune chien! ¿Qué has estado haciendo? No has aportado nada este mes, si Jean te ve seguro te hace eunuco-Pregunto su hermano molesto y algo alarmado.

-Conseguía más tripulantes capaces para mi barco. Los que me dieron ¡eran solo un montón de basura!-Respondió Thomas levantándose de golpe del sillón y parándose frente a su hermano.

-Jean te va a matar si sigues así chien -Pierre se rio como burlándose de las decisiones que tomaba Thomas.

-Dile que saqueare tres navíos hasta dejarlos vacíos para el final del mes, pero para cumplirlo necesito más suministros, lo que me aportan no son suficientes para mis viajes ni para toda mi tripulación.

-Me gusta esa actitud... pero ¿Cómo nos aseguras que cumplirás con ello y no seguirás fanfarroneando por ahí como has hecho este mes?-Pierre agarro una manzana que había en una cesta en el medio de la mesilla y le dio un mordisco frente a Thomas-No podemos seguir gastando suministros en tus idas inexplicables chien.

-¡Fui yo quien trajo más de 50 esclavos de América! ¡Fui yo quien saqueo e hundió la flota de José Gaspar en las costas de España! ¡Traje más de 3000 francos de oro y 15 lingotes de oro! Poner en duda mis planes es poner en duda todo lo que he hecho que te ha llenado los bolsillos de oro, el armario de trajes, el sótano con esclavos y la comida que tragas, así como la manzana que muerdes con tus sucios dientes-Thomas sonaba muy serio y firme frente a su hermano, quien solo parecía burlarse de él. Pierre se echo a reír más fuerte que la anterior vez, como si ocurriese algo gracioso frente a sus ojos.

-Me das buenos shows chien. Pero no confío en que dejes tus andanzas y cumplas con tu palabra en tan corto tiempo-Pierre no parecía nada convencido de las palabras de Thomas. No le entregaría lo que le pidiera y por el rostro que tenía Thomas, estaba enfurecido. Sus hermanos no lo trataban como uno de ellos y lo veían como menos, como un pobre chico que solo jugaba con lo que le daban, pero yo sabia que Thomas no era así, y se los demostraría.

-Él conseguirá la cruz de zafiro, un tesoro más valioso que cualquier otro-Dije sin pensar. Thomas volteo sorprendido pero molesto a dónde estaba yo.

Pierre, quien había ignorado mi presencia todo este rato mientras hablaban, ahora posaba sus ojos en mi, algo dudoso seguro porque una mujer hablaba tan a la ligera frente a él, que como me había dicho Thomas antes, era bastante machista.

Me encontraba parada en silencio con la cabeza baja alado del sillón dónde antes estábamos sentados Thomas y yo en espera, ni siquiera se habían dado cuenta cuando me pare de este. Pero ahora que su discusión termino por mi culpa quedando en un silencio intrigante. El se acercó un poco y con rapidez me zafó mi capucha y parte del manto que cubría mi hábito se abrió, dejándome al descubierto por unos instantes frente a él. Thomas reacciono rápido cuando noto el movimiento de Pierre conmigo y puso un poco su cuerpo frente a mi, más por reacción irritada que por pensarlo. Pierre volvió a soltar una carcajada que me estaba pareciendo ya algo imprudente y algo irritante de él.

-¿Esto es lo que has estado haciendo este último mes?¡¿Acostándote con monjas?!-Él solo se reía, burlándose de Thomas y dudando de mis votos como lo había hecho Nadine en el barco. Thomas no decía nada, solo lo miraba riéndose mientras apretaba la quijada, yo no tenía planeado en demostrarle lo contrario, no valía la pena y aparte de darle mi palabra a Thomas de que me quedaría callada al acompañarlo-No te culpo chien, son tus gustos. Yo prefiero las prostitutas, ellas son muy expertas en lo que hacen. Aunque está chica parece una verdadera belleza y ya que insistes en buscar aquel tesoro más valioso que cualquier otro por como menciono la señorita, te daré chien otros 10 cañones, 10 kilos de pólvora, 10 rifles de asalto, 20 sables, 5 hombres más y comida para un mes exactamente, tu veraz como racionas todo eso. Yo hablaré con Jean sobre tu viaje y así evitar que te corte una mano ¿Aceptas?

La Cruz de Zafiro [Terminada]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora