Capítulo XXIII: Reunión familiar

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Thomas pago por unos carruajes para transportarnos hasta Orleans, iba con Thomas, Renato y Travis en el carruaje de enfrente, mientras que Antonie, Nadine, Marcel, Timothy y Olivier iban en el carruaje de atrás. Eran más los que estaban en el segundo carruaje para que custodiarán de Olivier por si intentaba algún movimiento de escape o de sabotaje.

Mire a Thomas que estaba sentado frente a mi en el carruaje, él me miraba mientras tenía su brazo apoyado a su mejilla como sosteniendo de su cabeza. Sus ojos oscuros estaban posados profundamente en mi esencia, analizando mi casa centímetro de mi nueva apariencia. Me hacía sentir algo nerviosa por lo cual solo tome la opción de mirar por la ventanilla ignorando su presencia para así tranquilizarme.

Estuvo hablando de estrategias casi todo el camino con Travis y Renato.

(…)

Duramos dos días en nuestro viaje en carruaje hasta Orleans. Al llegar note como Thomas caminaba más tranquilo, con más confianza como si estuviese en su propia casa. Me había comentado que el tráfico en Orleans era tan productivo y se había vuelto costumbre en la gente del pueblo, que él y sus hermanos gobernaban la mitad del pueblo. Mucha gente iban en busca de la mercancía de los hermanos Lafitte y el mejor lugar para comprarla tan descaradamente era aquí, en Orleans.

Fuimos primero a una casa algo alejada del pueblo. Al llegar parecía que todos conocían el lugar por la comodidad y tranquilidad con la que entraron, no había nadie dentro dándome la idea que estaba vacía y abandonada.

—¿Dónde estamos?—Pregunte.

—¿No sabes monja? Es la casa de Thomas cuando viene de reunión con sus hermanos en Orleans—Respondió Nadine que si fuese información muy obvia y común.

Nunca había ida a la casa de Thomas o de su familia. Él de niño vivía en Loira con sus padres algo cerca de la abadía, así que está era como una de sus casas para reposar mientras hace sus negocios en tierra. Imaginaba que la tripulación de Thomas no conocía su verdadera casa en Loira o de su vida en la infancia.

—Se quedarán aquí a descansar. Travis y Renato irán conmigo a la casa de comercio de Jean y llevaremos a Olivier con nosotros. Vamos a cambiarnos ahora que estamos en Orleans, nadie nos delatara en esta zona a menos que busque la muerte.

Thomas subió por los escalones para ponerse de nuevo su traje de pirata. No pensé que fuéramos a durar tan poco tiempo con la ropa de madame Le Brun.

Cuando Thomas iba subiendo se escucharon 3 golpes que provenían de la puerta. Alguien estaba tocándola pidiendo entrar, nadie hablo, nadie se movió, nadie respiro. Todos parecían haberse quedado inmóviles en sus puestos sorprendidos ante aquel sonido, incluso Thomas se había quedado parado en seco en la subida de la escalera igual de sorprendido que los demás tripulantes. Todos miraban hacia la puerta dudosos de quién podría ser ¿Nos habían seguido? ¿Podría ser la guardia imperial? ¿O los caballeros templarios? ¿Por qué justo ahora alguien llega a este lugar abandonado? Las preguntas retumbaban mi cabeza derrumbando el muro de mi tranquilidad. Mire como Nadine, Thomas y Marcel colocaban sus manos con cuidado en el mango de sus sables, preparándose para desenvainarlo en el momento justo que se abriera la puerta. Los demás de la tripulación estaban solo parados atónitos sin reaccionar siquiera.

La puerta se abrió abruptamente frente a nosotros sorprendiendo los aún más. Al instante Thomas, Nadine y Marcel desenvainaron sus sables y ya estaban en posición de combate mientras que Thomas había bajado las escaleras con tanta rapidez que ya estaba delante de mi protegiéndome. Miremos hacia la puerta ya abierta y no era otro que Pierre riéndose a carcajadas cómo era de costumbre, nos sentimos como unos idiotas después de ver eso.

La Cruz de Zafiro [Terminada]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora