Capítulo XXV: La resurrección

83 20 3
                                    

Su espada bajo con fuerza pero no parecía reprimir su movimiento, en realidad no quería hacernos daño. No me moví y no tenía las intenciones de hacerlo, estaba segura que la manera en que Nadine resolvía sus problemas desahogando su molestia con los demás solo la llevaría a la soledad y el sufrimiento, y esta lección tendré que pagarla yo.

Cerré con fuerza mi ojos y sentí como el filo de su sable rasgo parte de mi hombro hasta llegar cerca de mi pecho haciendo una línea recta de sangre entre estos, deje salir un grito ahogado de mi boca y mi cuerpo temblaba tratando de aguantar el dolor pero no me inmute ante si acto despiadado. Las venas de la frente de Nadine estaban sobresaltadas y su respiración estaba agitada, sabía que no estaba enojada ahora con nosotros, sino con ella misma.

Con su puño cerrado en el mango del sable lo alzó y me dio un fuerte golpe en el rostro al ver mi posición firme frente a su primer ataque, pero aquel golpe fue tan brusco y desprevenido que me tiró al suelo, mi hombro sangraba con delirio y la herida parecía ser profunda. Levanté la mirada y Nadine estaba parada en seco frente a Olivier, sus ojos estaban algo aguados con ganas de querer derrumbarse en llanto pero era tan orgullosa y testaruda que no se permitiría llorar frente a nosotros, no le gustaba mostrarse débil frente a nadie.

Olivier aunque era alguien desinteresado su mirada mostraba algo de irritación hacia Nadine. Ella movió un poco su brazo para atacar a Olivier ahora, yo como pude intente colocarme entre ellos pero sentía que iba a ser demasiado tarde con mis movimientos débiles por el dolor.

—¡NADINE BASTA!

De repente se escucho la voz de Thomas con fuerza haciendo que Nadine se detuviera en seco apenas sus oídos captaron aquella orden. Su cuerpo temblaba con desesperación y trataba de controlarse apretando sus nudillos. Vimos como Thomas se encontraba parado cerca nuestro alado de Travis,  él estaba irritado por la escena que acababa de encontrarse ahora frente a sus ojos, ver cómo su propia tripulación se enfrente entre ellos mismos.

Nadine solo bajo su brazo y retrocedió unos pasos atrás dándonos la espalda, tenía la cabeza agachada para evitar que viéramos como su alma resentida estaba destrozada y liberando sus sentimientos más profundos. Ella dejó la espada en el suelo pegando el filo contra este quedando levantada por su posición. Nadine se agachó con las rodillas al suelo sin levantar la mirada, parecía que no sabía ya que hacer y era demasiado orgullosa para al menos estipular un lamento o una explicación a estás alturas de la situación.

Thomas camino hacia mi apresurado y reviso de mi herida, su rostro estaba preocupado e irritado, al igual que Nadine tienen problemas de irá muy descomunales y estallan en cualquier momento inoportuno.

—Estoy bien, en serio—Dije tratando de calmar la preocupación e irá de Thomas.

—Rompiste tus obligaciones como maestre Nadine—Dijo Thomas mirando ahora en dirección a Nadine, ella escuchaba perfectamente a Thomas pero no se movía si quiera—Si no puedes controlar esa ira, no puedes dirigir una tripulación. Te relevare de tu cargo como maestre y será otorgado a Renato por ahora, quedarás como un oficial hasta que sepas controlar tu irá y tus impulsos.

La tensión podía sentirse en el aire haciéndolo muy incómodo. Travis fue apresurado y se colocó alado de Nadine, como intentando reconfortarla. Thomas miro a Olivier con desprecio dándose cuenta de su presencia en el lugar ahora.

—¿Y Antonie y Marcel?—Pregunto Thomas a su tripulación.

—No pudieron sobrevivir señor…—Respondió Renato con el rostro decaído.

El ambiente quedó en silencio un minuto entero, como si estuviéramos dando todos y cada uno condolencias por sus muertes. Hemos tenido muchas bajas últimamente y parecía empeorar a cada momento. Él silencio fue cortado por Thomas después de aquel minuto tan deprimente.

La Cruz de Zafiro [Terminada]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora