Comprometidos.

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Melyssa Blake regresaba a su casa aún secando sus lágrimas.

Al entrar se dirigió a buscar a sus padres dispuesta a terminar con todo el plan. No los encontró sino hasta que revisó la habitación principal.

Decidió entrar y se encontró con un doctor, su madre y su padre postrado en la cama.

-¿Qué pasa? ¿Papá estás bien?- Se acercó rápidamente hasta él.

-Tuvo una recaída, por suerte nada grave.- Indicó el médico guardando su material.

-Estoy bien, hija. No te preocupes.- Tranquilizó el señor Blake mientras acariciaba la mano de Mely.- Por favor, salgan un momento. Necesito hablar con mi hija.- Pidió el señor.

La señora y el doctor atendieron.

-Mely, fuiste con Archie ¿no es así?- Preguntó hablando lentamente.

-Sí, así fue.

-¿Pudieron hablar?

-No del todo. Papá, no puedo creer que él haya aceptado todo tan fácilmente.- Dijo la chica tratando de no exaltarse para no alterar a su padre.

-Lo siento, hija. Supongo que está decidido. No se realizará tal boda.- Dijo pausadamente.

-Papá, yo...

-Está bien, no insistiré. Es tú desición.- Indicó rindiéndose.

Melyssa no sabía qué hacer, veía a su padre tan mal, sin embargo iba en contra de sus principios hacer algo que no quisiera. Sabía que sus padres no eran malos, ellos sólo tenían ideas distintas a las suyas, sin embargo siempre la cuidaron y amaron sinceramente a pesar de diferir en ocasiones.

-¿Papá?- Habló tímidamente.

-¿Sí? Dime, querida.- Le dedicó una sonrisa sincera.

-Tienes que prometer que al pasar el tiempo establecido tú mismo me sacarás de ese matrimonio...

-Lo prometo totalmente. Aunque tenga que robarte, querida hija.

-De acuerdo, lo haré.- Se decidió amargamente.

-Gracias, Mely. Te prometo que todo acabará pronto. Perdonanos.- Suplicó mientras le tendía su mano a Mely para que ella la tomara. Así lo hizo. -Te amo hija, sé que no soy el mejor padre pero ten por seguro que te amo. Haremos que este periodo sea lo más breve posible.- Dijo sincero.

-Tiene que ser así, por favor.- Pidió mientras dejaba descansar su cabeza en el hombre del señor Blake, y una amarga lágrima brotó de sus ojos.

Un día pasó, la señora Blake y Melyssa se preparaban para ir a la mansión Wilton donde Archivald y sus padres estaban reunidos. Esperaban hacerles saber la desición de la chica.

-¡Vamos, Mely! Es tarde.- Apresuraba Susan.

-Espera mamá, solo necesitaba despedirme de mi papá.- Decía saliendo de la casa.

Tras algunos minutos de camino, las dos mujeres arribaban a su destino.
Melyssa sentía que se le saldría el corazón. Una parte de ella quería salir corriendo y nunca haber tomado tal desición, sin embargo otra parte pensaba en sus padres, la empresa que tanto les había costado levantar, y en que el tiempo sería corto.

Una vez que fueron anunciadas en la mansión, entraron en la elegante sala principal, donde se encontraba ya toda la familia Wilton.

Archivald sólo veía a Mely, ignorando por completo las presentaciones y saludos de rutina que se llevaban acabo a su alrededor. La chica lucía seria, apartada, él sabía que su aura era distinta.

-Bueno, señores Wilton, mi hija, Mely ha aceptado casarse con su hijo.- Anunció Susan.

-¡Genial! Es así como siempre debió haber sido.- Festejó el padre de Archie.

-Verán que con tan poderosa pareja, ambas empresas lograrán destacar entre todas.- Se alegró la madre del chico.

-Así será, nuestros niños tienen un talento innato para los negocios.- Proclamó Susan. - Lamentamos que mi marido no esté aquí, él está algo indispuesto, pero esperamos que pronto mejore.- Conversaba.

Archie logró desprenderse un poco de la desabrida plática para acercarse a su ahora prometida.

-Creí que no aceptarías.- Dijo llamando la atención de la señorita, quien aún continuaba mirando el piso.

-Tuve qué hacerlo.- Respondió cortamente.

-Ya veo.... Gracias.

-No tiene nada qué agradecer, Archivald.- Evadió.

-Entiendo, ¿así que volví a ser "Archivald" y no "Archie"?- Cuestionó.

-Creo que todo esto se ha vuelto desgastante y repetitivo...

-¿A qué te refieres?

-Decidí que, ya que vamos a entrar en este juego, dejemos del lado todo lo que sucedió cuando fuimos novios. Tan sólo, guardemos distancia y hagamos lo que desean nuestros padres, en cuanto su empresa se recupere y la nuestra logre su objetivo, volvamos a ser extraños. Eso hará que el tiempo que finjamos estar felizmente casados sea menos agotador y más corto.

-Todo parece fácil para ti, ¿no es así? Tus planes están listos.

-¿Qué quiere decir?- Reclamó.

-Pareces otra, Melyssa. Tú no eres así. Parece como si de un día a otro olvidaras tu supuesto amor.

-Claro que no, ¿usted qué sabe? Yo no olvidé nada de un día a otro, ¿tiene idea de cuánto me costó dejarlo atrás y continuar? No se confunda, yo no soy como usted. Lo único que quiero es un poco de paz. Por favor, al menos eso no me lo niegue.... Con permiso.- Dijo alejándose del joven.

Archie intentó detenerla pero fue en vano. Se sentía inseguro, Mely actuó tan distante con él. Debía confesar que estaba ilusionado después de todo, porque ella, al menos por un tiempo, sería su esposa, tendría la oportunidad de luchar por ella el tiempo que estuvieran juntos, sin embargo, ¿qué haría si Mely cambiaba en serio? ¿Si descubría que no es la misma chica dulce que lo conquistó? ¿O si lo era pero no estaba ni mínimamente dispuesta a mirarlo de nuevo? ¿Qué haría entonces? Se preguntaba atormentándose...


Un Inefable Amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora