Marido y mujer.

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Después de que Arnold dijo eso miró ansiosamente a Mely con la mano estirada hacia ella.

La mirada de la novia se paseó por unos instantes al rededor de todo el salón, a lo lejos vio a Archie hablando y sonriendo brillantemente con algunas personas con las que hacía negocios. Lucía encantador y seguro de sí mismo.

-No lo haré.- Dijo decidida.

-¿Qué? ¿Por qué? Es una oportunidad única, al menos piénsalo.- Insistió Dickson.

-No tengo que pensarlo, esa es mi decisión, ahora si me disculpas, tengo que irme.- Tomó su vestido para caminar con mayor facilidad y dejó atrás al joven.

Le pareció que éste la seguía intentando esconderse entre la gente. Se puso algo nerviosa por la situación.
Casi sin darse cuenta caminó hasta su ahora esposo y, en busca de seguridad rodeó su brazo con el suyo.

Esta repentina acción tomó por sorpresa a Archie, sin embargo no le desagradó.

-¿Sucede algo?- Preguntó inquieto.

-No, no, todo está bien.- Respondió Mely aún tomándolo del brazo y mirando hacia todos lados como si buscara a alguien.

-¿Estás segura?- Se aseguró Archie al notar su estado de alerta.

-Sí, lo estoy.- Sonrió muy brevemente, luego saludó a los hombres con los que se encontraba su marido.- ¡Hola, señor Froy, señores!- Dijo agachando levemente la cabeza.- ¡Qué gusto verlos aquí!- Habló alegremente. Archivald no le quitaba la mirada de encima, actuaba tan distinta a hace unos minutos.

-Señorita Blake, mis felicitaciones por su matrimonio, realmente esperamos que sean muy felices.- Animó el señor Froy.

-Se lo agradecemos mucho.- Esta vez respondió Archie.

-¿Les molestaría que les robe un minuto a mi esposo?- Solicitó con amabilidad Mely.

El joven Wilton se sintió orgulloso de escucharla llamarlo de esa forma, sin embargo intentó contenerse.

-No hay problema, por favor, vayan.- Dijo un señor entre ellos.

-Gracias, con permiso, por favor diviertanse.- Continuó Mely simpáticamente.

Luego ambos se alejaron un poco de la reunión.

-Mely, sé que algo está sucediendo, dímelo de una vez.- Habló ansioso el chico.

-Por favor, no te exaltes ¿quieres?- Respiró y prosiguió.- Arnold está aquí y tengo la sensación de que está siguiéndome.- Omitió la propuesta que le hizo para no alterar a Archivald.

-¿Qué? Hablaré con él, quédate aquí.

-¡No, espera!- Lo detuvo poniendo sus manos en el pecho de su esposo, sin embargo pareció darse cuenta de ello y las quitó rápidamente. -Lo siento.- Se disculpó por tocarlo.

A él le pareció divertido verla disculparse y sonrojarse un poco.

-También lamento haber llegado así hace un instante.

-No tienes que disculparte, Mely.- Se miraron unos segundos.

-Por favor, no hagas nada con Arnold. Solo quería que estuvieras al tanto para evitar conflictos.- Hizo una breve pausa.- Archivald, ahora estamos casados, se supone que a partir de hoy hagamos lo que nuestros padres quieren... Salvar las empresas. Por eso me gustaría saber cómo nos desharemos de la insistencia de Lowell acerca del patrimonio de los Wilton.

Archie la miró con atención pero un poco confundido por el tema del que hablaba. Ella continuó.

-Sé que quizá no es el momento de hablar al respecto, sólo quería que estuvieras enterado de que es un asunto que debemos tratar para iniciar con todo esto.
Lamento haberte alejado de la reunión de hace un momento solo para esto, pero creo que entre más rápido suceda todo será mejor.- Miró al suelo.

-Estoy de acuerdo.- Respondió sin titubear.

Melyssa se desconcertó un poco por su respuesta tan firme, pero sabía que así era mejor.

-En cuanto acabe todo esto y sea el momento, trataremos todo eso. ¿Tienes algo más qué decir?- Terminó diciendo él.

-No, eso es todo.- Dijo seria.

-Bien.- Y comenzó a caminar.- Por cierto Mely, mantente alejada de Arnold. No lo digo como capricho, solamente quiero que no te moleste.- Finalmente, se retiró.

Las horas pasaron, el evento (al menos para los invitados) estaba siendo un éxito.

De vez en vez se les veía juntos a los novios, la gente no sospechaba nada sobre el trato que tenían.

La señorita Blake reía animádamente con sus mejores amigos, Kate y Luke, tanto que ambos le ayudaban a olvidarse del mundo por unos instantes. Después de todo la recepción no había sido tan incómoda como creyó.

Poco a poco los invitados se iban retirando, no sin antes expresar sus buenos deseos a la pareja, ellos, con amabilidad y cortesía se encargaban de despedirlos.

-¡Que tengan una buena noche!- Dijo alegremente Mely, mientras veían alejarse a un par de personas.

-Creo que, sin contar a nuestros padres, Kate y Luke, ellos son los últimos.- Indicó Archivald.

-Así parece.- Respondió la chica aún sonriendo.

-Te ves algo contenta.- Expresó dudoso.

-Bueno, ya sabes como son nuestros amigos.- Contestó con una sonrisa menos intensa.

-Entiendo, me alivia un poco verte así...

El joven fue interrumpido por un grupo de personas.

-Hijo, creo que es hora de irse. Al parecer todo terminó por hoy.- Se despedía la madre de Wilton.

-Nosotros también nos retiramos.- Estiró la mano Luke para retirarse.

-Ahora, ustedes también deben ir a casa.- Dijo el padre de Mely.- Supongo que estarán en casa de Archie, ¿no es así?- Se dirigió a el chico.

-Por supuesto, será un placer.- Wilton le sonrió con educación.

Luego de eso los padres de ambos los abrazaron y se retiraron.

-Chicos, no se preocupen por nada, solo sigan el acuerdo al que llegaron y dejen esa tensión, al menos intenten llevarse bien. Saben que estamos aquí para lo que sea.- Animó Kate.

-Así es.- Afirmó Luke quien comenzó a abrazar a su amigo como despedida.- Por favor cuida de Mely, y no te atrevas a faltarle el respeto.- Le susurró para que solo él escuchara.

-Así será, no te preocupes.- Contestó.

-Bien, adiós, gracias por todo.- Ambos se alejaron dejando a la pareja.

-¿Nos vamos?- Preguntó Archie mirando a su esposa.

-Sí.

Entonces subieron a un auto y emprendieron su viaje, la chica no dejaba de jugar con sus manos y vestido, se sentía algo nerviosa de ir a casa de Archie.

En cuestión de minutos finalmente llegaron a su nuevo hogar, donde tendrían que pasar por mucho para completar lo que les había sido encomendado, pero ahora, como marido y mujer...

Un Inefable Amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora