CAPITULO 4
-¡Joan! ¡Levanta ese trasero!
No. La realidad no.
-Mamá, dime ¿Por qué estas gritando?-. Dije aun adormilada. Si, ella era mi despertador humano.
-Llegaras tarde a la escuela. Vamos-. Janice Baker, alias mamá. Cuarenta y dos. Catalogada como la mejor mamá y la mejor amiga del mundo. Su piel blanca y su cabello marrón hacían resaltar sus grandes ojos marrones.
-No quiero ir. Déjame dormir-. Me queje. Ir a esa cárcel todos los días era lo peor que me podía pasar.
-Levántate he dicho-. Y sin decir más encendió la luz de mi habitación. Como odiaba que hiciera eso. Me levante perezosamente de la cama y entre a la ducha. Al menos eso me despertaría y estaría de buen humor hasta que llegara a la escuela.
Al salir tome unos pantalones negros y una blusa blanca. Seque mi cabello y después mis pies y coloque unas calcetas. Coloque las converse negras y la campera. Metí el blog de dibujo a la mochila junto con algunos carboncillos. Y salí de la habitación.
Dios que rápido pasaba el tiempo.
Antes de salir de casa junto con mamá, me tendió una bola ziploc con un toper dentro. El almuerzo.
-Mamá…
-Ahórrate los comentarios Joan. No quiero que te alimentes con la basura que dan por comida en la escuela.
-Yo… Yo solo te lo iba a agradecer. Gracias-. De hecho le diría que eso era algo ridículo y que ya no era una niña. Pero eso rompería su corazón.
-¡Oh! De nada cariño.- Por eso y más amaba a mi madre. ¿Quién aparte de ella iba a preocuparse por lo que como? Nadie.
Salimos del edificio y caminamos hacia el norte. Todas las mañanas caminábamos hacia la escuela y una calle antes ella tomaba otro camino para ir hacia su trabajo. Si darme cuenta mamá se despedía de mí. Demonios, yo tenía que ir a la escuela y solo pensarlo me provocaba dolor de estomago.
Camine lo más lento que mis pies me permitían. Contando cada paso, y al noventa y seis ya tenía el edificio frente a mí.
A lo lejos pude ver a Mica, una chica de voz chillona y tan despreocupada de los que las personas pudieran decir de ella. Jamás había escuchado de su boca alguna frase negativa.
Y vaya que la chica hablaba. No sabía cuando parar y cada que lo hacía provocaba que quisiera arrancarme cabello por cabello. Sin exagerar.
La chica buscaba a alguien y sabía que era a mí. Me consideraba una amiga. Siempre lamente no poderla considerarla algo más que una simple compañera de clases. Pero éramos tan diferentes que si nos juntábamos podíamos hacer que los polos se derritieran diez veces más rápido de lo que la contaminación lo hacía. Y nadie quería una mega inundación ¿Cierto?
Pero Mica no era tan mala después de todo. Camine lento tratando de mezclarme entre los estudiantes que se dirigían al edificio y así pasar desapercibida y no tener que escuchar esa voz tan temprano. Pero yo tratando de mezclarme entre esa bola de idiotas y con la mirada de halcón que tenia Mica era imposible.
-¡Joan! ¡Por aquí!-. Gritó Mica tratando de llamar mi atención.
Si Mica, por ahí no.
Que mal agradecida eres Joan.
Sí, bueno, yo no.
Tu no ¿Qué?
No lo sé. Solo calla conciencia.
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Russell
Random"El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional." Brenda Hill y Joan Baker son chicas distintas en todos los sentidos. Brenda es amor, Joan es odio. Brenda es Luz, Joan es oscuridad. Vidas completamente distintas. Sin ningún parentesco. Viviendo...