Russell

Capitulo 19

PDV Brenda/Joan

No me había percatado del movimiento nervioso de mi pierna hasta que mi madre puso su mano sobre ella para detenerlo.

-No comas ansias Joan, no tardan en llamarte. Consoló mi Madre.

Ella sabía que desde mi accidente no me agradaban mucho las visitas de control al médico y yo sabía que a ella tampoco le agradaba mucho este lugar pero siempre estaba junto a mi en cada cita desde las últimas semanas.

Ella no habla mucho al respecto conmigo pero si con el oficial Smith el cual hace su visita cada tercer día al departamento para ¿Cómo lo dice el? Ah sí, "procedimiento de rutina" sobre mi caso y saber si he recordado algo ya que el caso sigue abierto. Ni siquiera el abogado ha visitado tan frecuente mi casa, todo es vía telefónica.

El sonido de una puerta al abrirse llamó mi atención y por ella salió una mujer rubia de la mano de un pequeño de cabello naranja y ambos se despidieron de la mujer de bata blanca que se encontraba en el umbral de la puerta.

El recuerdo de un chico pelirrojo recién salido de la ducha inundó mi mente y sentí mi rostro calentarse. Hace un par de días de aquel suceso y no había tenido intención alguna de encontrarlo por los pasillos de la escuela. Lo había evitado a toda costa y había Sido una tarea difícil. Cuando no era en el cambio de clase, era en el almuerzo, o en la salida e incluso en el súper mercado.

Aunque quisiera no podía sacarlo de mi cabeza. Su torso, digo, su rostro y su cabello estaban a todas horas y la peculiar sensación que tuve al estar en su habitación también. La incertidumbre me estaba comiendo viva y el motivo era porque no tenía el valor de verlo de nuevo a la cara después de verlo semi desnudo.

Al entrar por aquella puerta a la tienda de antigüedades un sentimiento de familiaridad me embargo, lo mismo paso cuando entre a su departamento y aún más a su habitación. Sentía que había estado ahí antes pero el había negado el hecho que entre nosotros pasó algo. Era demasiada mi duda que estaba optando por enfrentarlo de una buena vez. Quería saber sobre mi pasado, quería recordar de una buena vez que era lo que había pasado y el porque de mi accidente, quien me había hecho semejante atrocidad a tal punto de dejarme   incluso con amnesia.

-Joan Baker

Me sobresalte al escuchar mi nombre. La doctora seguia en el umbral de la puerta ahora con mi expediente en su mano. Mi madre se levantó primero y después tomo mi mano derecha para ayudarme a levantarme. Ambas caminamos juntas al consultorio.

-Tomen asiento, por favor. La doctora señaló las sillas frente al escritorio

-¿Cómo has estado Joan? Preguntó la doctora
-Sigo un poco rota. Señalé la férula. La doctora y mi madre sonrieron con mi comentario aunque a decir verdad no solo me sentía rota físicamente.
-Es lo que veo en tus radiografías, aunque el estado de tu brazo es mucho mejor de hace algunas semanas cuando aún estabas ingresada. El proceso de recuperación va por buen camino. Podremos retirar ese yeso en un par de semanas más sin olvidar la terapia física.
-De acuerdo.
-Bien, ahora pasemos a la camilla, me gustaría examinar tus costillas.

***
Después de que mi madre me ayudara a poner plástico en mi brazo para poder ducharme, me metí bajo el agua. El agua me relajaba de una manera impresionante, el masajeador capilar que mi madre había comprado para mí cumplía su función a la perfección. Sentía como la tensión de mis hombros se disipaba lentamente. 

Después de unos diez minutos más, salí de la ducha con la bata de baño sobre mi cuerpo y un torniquete en el cabello hecho a medias. Al llegar a mi habitación, mi ropa de andar en casa que consistía en una sudadera negra y un pants gris  me esperaba sobre la cama junto con mi ropa interior. Después de vestirme con obvia dificultad, me senté en el pequeño tocador improvisado y cepille mi cabello y puse algo de crema en mi cara. Los moretones poco a poco habían ido desapareciendo y el uso de maquillaje se había reducido a excepción de mis ojeras, estás no estaban comperando mucho y aún eran muy notorias.