Capítulo 14
Apenas y abrí los ojos, mi cabeza comenzó a palpitar. Las imágenes de aquel día cuando desperté se abalanzaron en mi memoria, como cada día. La imagen del doctor y las enfermeras monitoreando mis signos vitales, la intensa luz blanca del techo que me cegó, las personas entrando a la habitación y abalanzándose sobre la cama tocando y besando mi frente o mis manos, las lágrimas no paraban de salir de sus ojos.
Todo había sido muy confuso y lo sigue siendo. Sigo sin poder recordar nada. Hace apenas algunos días que estoy en casa, en esta enorme habitación que no reconozco. Ni siquiera he podido recordar eso. Ni el más mínimo detalle sobre mi. Ni siquiera recordaba como me llamaba hasta que Elena, quien ha dicho ser mi madre me ha traído una foto y junto a Laura, la enfermera de cabecera, me han ido relatando lo que ocurrió.
Después de estar por un par de semanas en coma por el accidente que tuve en esta misma habitación, mi condición había empeorado a tal grado que tuvieron que decirle a mis padres que no había muchas esperanzas, sin embargo, después de varios minutos de re animación fallida, declararon mi deceso. A los pocos minutos, el monitor volvió a dar señales de vida y cada vez con mayor intensidad. A los dos días, desperté. Sin recordar el más mínimo detalle sobre mi.
A lo largo de esta semana, el médico ha tenido que venir a casa para revisiones constantes y para monitoreos respecto a mis costillas fracturadas por el RCP. Laura ha sido un gran apoyo para mi, facilitándome mi aseo personal, mi alimentación y apariencia ya que siempre procuraba que me viera presentable.
Como el día de hoy. Laura había decidido algo bastante mono que consistía en un vestido midi de manga larga color Borgoña con detalle en dorado, había cepillado mi cabello y había colocado un par de toquillas doradas que tenía sobre el tocado ya que según ella sería un día especial.
A decir verdad yo estaba un poco nerviosa. Mi madre, antes de irse al trabajo, había dejado encargado a Laura una lista de deberes para mi, como el alimentarme, el vestirme y el prepararme para visitas.
Sabía el nombre de quien iba a venir, pero no recordaba nada de esa persona.
- Brenda, ¿quieres que te coloque en el sofá o deseas quedarte en cama?
- Creo que estar en la sala sería más cómodo para la visita.
- Está bien, permíteme buscar tus zapatos para llevarte.
Regresó de mi armario con unos zapatos de piso en color dorado y con su ayuda, termine de colocármelos y con sumo cuidado me levante de la cama y comencé a caminar hacia la sala del segundo piso con ella a mi lado.
- Te traeré tu libro en lo que espero a Tyler abajo.
- Gracias Laura
Se encaminó a mi habitación para traer mi libro y después bajo las escaleras.
Mi madre había dicho que Tyler era alguien muy importante para mi y que el siempre había estado al pendiente de mi mientras estaba dormida y que el había hablado con ella para poder visitarme. A petición del médico, no recomendaba que recibiera visitas tan frecuentes y de personas extrañas ya que eso podría causar fatiga a mi cerebro al tratar de recordar. Sin embargo, como mis padres o algún que otro amigo muy cercano podría ser beneficioso para mi al tratar de hacerme recordar cosas progresivamente y de los cuales tuviera recuerdos muy importantes y valiosos para mi.
El timbre sonó y pude sentir como una corriente fría recorría mis brazos hasta llegar a mis manos. Estaba nerviosa, mi madre me había mostrado una foto de él junto conmigo en la entrada de mi casa y la verdad que era muy apuesto.
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Russell
Random"El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional." Brenda Hill y Joan Baker son chicas distintas en todos los sentidos. Brenda es amor, Joan es odio. Brenda es Luz, Joan es oscuridad. Vidas completamente distintas. Sin ningún parentesco. Viviendo...