good father ➜ hopega

𝐂𝐡𝐚𝐩𝐢𝐭𝐫𝐞 𝟏: 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐨.

—¡Papá, Jiyong aún no se ha levantado!.- gritó molesto el mayor desde la habitación en la parte de arriba.

-¡Eso no es cierto, DongGyun miente!

Un gran parloteo retumbaba en las paredes de la casa de los Jung cada mañana, pero esta vez, se aseguraba un gran estrés para el padre, Hoseok, quien apenas estaba consciente después de una jornada de gran desvelo debido a su trabajo. Era el primer día de clases de sus pequeños, por lo que estaba apurado haciendo el lunch de ambos mientras su hombro sostenía su celular en su oreja para atender una llamada urgente, además de hacer lo imposible porque nadie llegase tarde a sus respectivas responsabilidades. Los gritos y las batallas entre ambos niños no cesaban, provocando que el mayor dejara absolutamente todo para no acabar con la poca paciencia que le quedaba y subiera hacia la habitación donde provenían tales disputas.

Un suspiro pesado salió de los labios del pobre hombre al ver que el más pequeño del hogar apenas estaba abotonando su camisa. Se acercó y se hincó sobre una rodilla para terminar de vestirle.

-¿No puedes ayudar a tu hermano, DongGyun? Lo ves tener problemas con su ropa y solo te quedas mirando.- habló en un tono tranquilo.

-Yo no tengo porque ayudarlo. El debe aprender solo.- el mencionado contestó entré dientes apretando el agarre que tenía de sus brazos cruzados.

-Listo.- sonrió Hoseok mirando a su hijo menor, revolviendo su cabello y sacudiendo su ropa mientras se levantaba.

Se giró observado a su otro niño, acomodandole la corbata y palmeando su hombro con cariño.

-Bajen ya. Su lunch está en la isla de la cocina y sus mochilas a un lado de la escalera ¿de acuerdo? ¿Ambos lavaron sus dientes ya?.- los vio asentir a ambos y sonrió cálidamente saliendo de la habitación.

Aquella gran sonrisa que adornaba su rostro cambió totalmente a una mueca de frustración mientras bajaba las escaleras.

Ser padre soltero de un pre-adolescente de 15 años y un creciente bebé de 6 no era una tarea nada sencilla. Pero algo era claro: Hoseok era un padre comprensivo y amoroso. Odiaba reprender a sus hijos, pues sabía que ambos sufrían a su manera, a veces se ganaban un regaño menor por sus actitudes o acciones, pero nada que lo categorizara con un "mal padre." Muy por el contrario, amaba ganarse la vida solo para sus lindos soles.

Tampoco es como que los menores sean una carga constante o pesada para él, cada uno vivía en su mundo evitando darle problemas a el ojeroso castaño.

Regresó a la sala para guardar sus cosas en el portafolio, revisando el reloj de su muñeca y tomando las llaves de su camioneta. Escuchó las pisadas de los menores bajando, observó como tomaban sus cosas asegurando que llevaran todo y se aproximó a la puerta, abriendola dejando salir primero a los niños. Tomó su saco y se lo colocó mientras quitaba el seguro de las puertas de la camioneta.

Todos subieron en los lugares establecidos: DongGyun de copiloto y Jiyong en la parte trasera. Cada uno se abrochó el cinturón y por fin, la camioneta fue arrancada.

-Ambos deben tener mucho cuidado, disfruten sus clases, diviertanse. DongGyun, tienes tu celular y debes marcarme si algo...

-Lo sé, papá, no necesitas decirlo de nuevo.- interrumpió virando los ojos hacia la ventana con molestia.

El castaño solo asintió con un gran suspiro. El viaje fue relativamente corto, ya que la institución en la que comenzarían el ciclo era la misma. La instalación tenía desde maternal hasta preparatoria, lamentablemente DongGyun ha pasado de escuela en escuela cada año, debido a los problemas sociales y emocionales que el chico tenía, sería su ingreso a primer año de preparatoria.