𝐂𝐡𝐚𝐩𝐢𝐭𝐫𝐞 𝟖: 𝐄𝐱𝐜𝐞𝐬𝐨.

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❞〈 T W/ d i s c l a i m e r  : nsfw/smut 〉

Ninguno de los dos podía soportarlo más, simplemente el empujón fue el alcohol que corría por sus venas.

La mirada de ambos decía más que mil palabras, ambos sonrieron, como sí pudieran leerse la mente.

Necesitaban más.

Hoseok tomó la mano del más bajo y ambos corrieron entre la multitud y salieron del bar, casi a empujones y tropezones que sacaba risillas de ambos; Hoseok había dejado su auto en el estacionamiento de la parte trasera. Llevó a Yoongi hasta allá, ambos divisando por los alrededores de que nadie estuviese cerca o merodeando por ahí.

Hoseok sacó sus llaves y presionó los seguros para desbloquear las puertas de la camioneta. Fue directamente hacia las traseras y abrió una de ellas, mientras que su acompañante se aferraba a el tacto de sus manos.

Ambos se adentraron, al cerrar y bloquear de nuevo las puertas, sus labios chocaron de nuevo y con mayor necesidad, como si el mundo estuviera a nada de terminarse. Yoongi terminó sentado sobre el regazo del mayor, quien lo atraía hacia si mismo con fuerza.

Los dos parecían animales en celo, poco a poco los vidrios fueron empañados y sin necesidad de hacer mucho, más que sus respiraciones agitadas y el deseo carnal que despertaba fervientemente en ambos.

Las manos del menor fueron hacia la chaqueta del castaño, retirandosela con velocidad mientras sus manos vagaban por el pecho del mayor todavía cubierto por la camiseta. Yoongi comenzaba a mover sus caderas, las erecciones de ambos se juntaban por debajo de la ropa, frotándose con desespero.

Sus labios lograron despegarse solo para seguir con otras partes del cuerpo.

—¿No crees que- mmh- vayan a vernos? - pronunció el pálido entrecortadamente, jadeante, aferrándose y apretando el cabello del contrario, quien ahora estaba lamiendo y mordisqueando su caucásico cuello.

—Los vidrios están polarizados, bonito – el pelinegro no pudo evitar morder su labio inferior con una sonrisa al escuchar la manera en que lo había llamado y no solo eso, sino que la voz del mayor se había puesto ronca por la excitación, sacándole un suspiro al menor.

Ahora mismo, Hoseok agradecía haber comprado una camioneta, aún si antes pensaba que no tendría tanta importancia, pues era más espaciosa y podría moverse mejor aquí dentro en esta circunstancia.

Las manos de Hoseok hicieron un movimiento rápido, apretando la cintura del más bajo y recostandolo sobre los asientos, solo para bajarlas suavemente sobre el broche del pantalón del otro, quien se preocupaba en devorar los labios del castaño mientras se sostenía de su cuello.

Hoseok fue hábil y logró bajarle el pantalón junto con la ropa interior del pelinegro, además de escabullirse por debajo de sus prendas superiores, retirandoselas y aventandolas a cualquier otra parte del auto, mientras las yemas de sus dedos tanteaban lo aterciopelada y suave que era la piel blanquecina de Yoongi.

Se levantó ligeramente solo para retirar su camiseta, sobre la atenta mirada del pálido, quien admiró detalladamente aquel cuerpo escultural, sacándole un gemido casi inaudible.

Los dedos de Yoongi cosquillearon y lograron acariciar aquel abdomen tan definido, atrayendolo de nuevo para unir sus bocas.

La erección de ambos dolía como el infierno al igual que sus labios, pero a este nivel, ninguno de los dos quería parar.

Las caderas de ambos se seguían frontando, al punto en que Hoseok optó por simplemente bajar su cremallera y parte de su ropa interior, solo para sacar su miembro necesitado.

good father ➜ hopegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora