Boda parte 3

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Narra Julia:

Es lo que debe ocurrir, no me puedo arriesgar a que le pase algo. Después de la boda despareceré, para que no sufran ninguno de los dos. Iván no debe saberlo, ni él ni nadie lo sabrán, al igual que no sabrán porqué los abandoné.

El frio mármol que rodea las paredes del cuarto de baño hacen que escalofrios recorran todo mi cuerpo. Apoyo mis mano en la pared, mientras me repito a mi misma que debo ser fuerte, pero no por mi. Me obligo a poner la mejor cara posible para ir al salón, donde ya estarán empezando a comer.

Narra Iván: 

Puedo ver a todo el mundo bailando, canciones lentas, marchosas, románticas, divertidas. Todas las parejas ríen y se abrazan mientras bailan. Puedo ver a Marcos y Carol abrazados a un lado y no puedo evitar sentir una punzada de celos, pero no por ellos, porque me gustaría estar así con Julia, no solo hoy, cada día.

Cojo otra copa, no sé cuantas llevo, he perdido la cuenta. No debería estar emborrachándome, prometí no hacerlo el día que me enteré que María se había curado del cáncer. Lo juré por ella, por mi madre, pero he vuelto a fallar. Julia me hace sentir muy débil.

-Ey Iván, ¿estás bien?.- dice Vicky poniendo un brazo sobre mi espalda, mostrando preocupación por mi.

-Emm... sí, sí. Estoy bien, solo un poco distraído.

-Bueno, nosotros nos vamos ya. Cada vez queda menos gente, procura no beber más para no preocupar a Carol y Marcos, no vayas a estropearles el día. Cualquier cosa llámanos.- dice mirando tiernamente a su novio.

Me despido de ellos y miro a mi alrededor, tiene razón, queda muy poca gente. Mi madre hablando con la madre de Marcos y Héctor en una esquina, un grupo de amigo suyos del trabajo y los recién casados. Ahí es donde me doy cuenta, no veo  a Julia por ninguna parte.

-Oye chicos, una boda preciosa, me alegro mucho por vostros.- no digo más porque ellos saben que he bebido, y me abrazan para despedirse.

-Cualquier cosa llámanos, dice mi mejor amigo.

Le digo a mi madre que voy a pedir un taxi para irme a casa y corro a por mi coche. Sinceramente no sé qué hacer, debería ir a buscarla, pero no sé donde puede estar, aunque lo más seguro es que haya ido a su casa, la que antes compartíamos.

Llego y toco le timbre varias veces, me estoy empezando a preocupar mucho, así que toco el timbre del vecino haciéndole creer que se me han olvidado las llaves para que me deje entrar al edificio.

Toco la puerta varias veces, pero no recibo contestación. Lo único que se me ocurre llegado este punto es tirar la puerta abajo. Está todo muy oscuro y parece que ella no está aquí. Enciendo la linterna de mi móvil buscando cualquier cosa que me ayude a saber donde encontrarla. En el suelo la veo, una carta con mi nombre. La rasgo para saber qué puede haber dentro.

Está escrito por ella, es su letra. Podría reconocerla en cualquier lado. El escrito dice que la perdone y que todo lo hace por salvarnos a todos. Lo comprendo en ese instante. No la veré nunca más.


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¡Holaa!

Disculpad que no subiera el capítulo, pero no tuve tiempo. Mil disculpas.

Comentad si os gusta y queréis que siga. 


EL INTERNADO ¿Qué pasaría si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora