El don

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Narra Julia:
Han pasado 2 meses desde aquel día que me enteré que no era la única que podía ver espíritus. Aparte de a ese chico no he vuelto a ver ninguno más, pero Alba ha ayudado a muchos a avanzar durante este tiempo. Trato de averiguar cada día que le ocurre a ese niño que se me aparece casi todas las noches.

-Él no puede hacerte daño.- es lo único que dice antes de desaparecer.

En ese momento recuerdo haberlo visto, pero no ahora, hace años, durante la época del internado. Recuerdo que Lucía me enseñó una foto de ese niño. Todo parece encajar.
Le cuento todo a Alba y esperamos hasta la noche siguiente para hablar con él.

-Sé quien eres, ¿te llamas Daniel verdad? Tu eres el hijo de Lucía.- digo en el instante en el que se me aparece. El niño asiente con una sonrisa triste.

-¿Dónde está tu madre? Según me ha contado Julia murió hace años, cuando ella estaba en el internado.

-Mi mamá murió. Yo había muerto semanas antes por uno de los malos, un señor mayor con el pelo blanco. Me reencontré con mi madre cuando nació, pero yo no pude ir con ella cuando se fue hacia la luz, no consigo verla.- confiesa apenado.

-Hay algo que te retiene aquí, y parece que ese algo está relacionado con Julia. Yo puedo ayudarte a avanzar, pero para eso debes contarle a ella todo lo que sabes.

Así que Karl Fleischer le mató. Mis ojos se humedecen al pensar que este pobre niño murió fue un daño colateral del proyecto nazi, al igual que decenas de personas.

-Mi padre, no debes preocuparte por él, es lo que intenté decirte. Murió en un accidente de coche días después de amenazarte con matar a tu familia y avanzó hacia la luz en ese mismo instante.

Siento un alivio un el pecho. Puedo volver a casa con Iván y que conozca a su bebé. Suelto todas esas lágrimas que llevaba reprimiendo ya varios minutos y le sonrío.

-Gracias, gracias por ayudarme. Gracias a ti podré volver a mi antigua vida.- le digo entre lágrimas.

Hace un gesto de despedida con su madre y desparece. Es como si hubiera encontrado la paz.

-Se ha ido.- no le respondo, lo único que puedo hacer es abrazarla hasta que dejo de llorar.

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Me despido de ellos, han sido muy amables conmigo durante todo este tiempo. No sé que hubiera hecho de lo contrario. Me quedo por un momento observando a Pablo mientras carga mis maletas en el coche, hay algo que me resulta muy extraño, se parece demasiado a Marcos, tanto que incluso podrían ser gemelos.

-Alba, gracias por todo, mantendremos el contacto. Te llamaré nada más llegar a casa.- digo ante de abrazarla.

Siento demasiadas ganas de vomitar, una mezcla de nervios por saber como reaccionará Iván y por el embarazo. Paro el coche pero me quedo dentro durante un tiempo con las luces encendidas intentando de tranquilizarme. Meto las llaves en el bolso y me coloco una chaqueta antes de coger mis cosas. Me paro delante de su puerta, tomando un segundo para tranquilizarme andes de llamar.

Se escucha el sonido de los pasos acercándose a la puerta y por un momento siento la necesidad de salir corriendo de ahí, pero no puedo hacerlo, no puedo volver a huir.

No dice nada, solo me abraza. Noto mi hombro mojado y sé que está llorando.

-Te he echado de menos.- dice dándome un efusivo beso.

-Querrás decir os he echado de menos.- digo un con una sonrisa llorando de felicidad.

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¡Nuevo Capítulo!
Comentadme que os parece y si queréis que siga.
Por cierto, es importante que veáis a Pablo igual que a Marcos, ya que ambos son interpretado por Martiño Rivas y tendrá trama en la historia.

Nos leemos 🧡

EL INTERNADO ¿Qué pasaría si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora