1. The beginning

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El secreto de una vida rica es tener más comienzos que fines

Pov's Elizabeth

Desperté un tanto disgustada, gracias a los rayos de luz que ingresaban desde mi ventana ocasionando que mi cabello esparcido brillara por la tenue luz, me tallé los ojos incorporando la parte superior de mi cuerpo adaptándome al nuevo amanecer, llegando a aclarar mi visión terminé por levantarme para colocarme las pantuflas blanquecinas al pie de mi cama e ir directo al baño para tomar ducha que realmente necesitaba.

Tomándome el tiempo necesario bajo la regadera, dejé que el agua tibia cubriera cada rincón de mi cuerpo desnudo y calmara las angustias que tenía en mente; cuando salí envuelta en una toalla me dirigí a mi clóset en busca del atuendo que usaría, encontrando el indicado

Rociando una loción sobre la fina ropa que llevaba puesta terminé acariciando ligeramente mi cuello expuesto; sin esperar más acomodé algunos cabellos albinos al mismo tiempo que tomaba mis pertenencias para de una vez salir de aquella habitación solitaria y silenciosa.

Bajé por las majestuosas escaleras dirigiéndome al comedor en el que estaba segura se encontraría mi madre, la cual estaba sentada desayunando mientras sostenía unos papeles que parecían ser importantes, esperando unos segundos me dispuse a saludarla llegando a la gran mesa lujosa.

-Buenos días madre

-Buen día Elizabeth- respondió una vez que dejó su taza de café amargo sobre la superficie de la mesa, sin levantar su mirada se dispuso a preguntarme- ¿Cómo te fue ayer?

-Usualmente no preguntas sobre mi vida diaria, pero te diré que fue una noche alegre- le comenté al mismo tiempo que me levantaba de mi asiento deslizando la silla hacia atrás

-¿No desayunarás?- volvió a preguntar bajando los papeles en el que estaba concentrada

-No, hoy saldré con mis amigas y comeremos allá- respondí tomando nuevamente mis cosas- tal vez podamos vernos en la cena- sin esperar algún comentario suyo empecé a dirigirme a la salida del espacio en el que estábamos haciendo resonar el sonido de mis tacones

-Espera Elizabeth- volteé a verla esperando a que dijera algo- esta noche cenaremos con un socio mío así que procura llegar temprano 

-Ok madre, llegaré antes- disponiéndome a desaparecer por completo de su vista continué con mi andar siendo interrumpida nuevamente por ella

-Lowell te llevará, cuídate- manifestó manteniéndose ajena a lo que ocurriera

-Sígame señorita- indicó cortésmente Lowell apareciendo con su gorra de uniforme en mano y su típico acento austriaco que reconocí de inmediato

La mayoría de veces tomaba la misma decisión sin escucharme, es un desperdicio enviarme con un chofer teniendo mi propio auto, ella misma me lo regaló en mi último cumpleaños, sin embargo hasta el momento no he recibido su consentimiento para manejarlo, parece ser solo un adorno del garaje; disimulando mi disgusto me apresuré a salir de la mansión subiendo inmediatamente al carro blanco de ventanas blindadas, mostrando un mal genio que no pasó desapercibido por los empleados que se aseguraban de mi comodidad; en cuanto di la indicación a Lowell este se puso en marcha manteniendo el silencio.

[...]

Miraba el paisaje detalladamente por la ventana del auto, apoyando mi cabeza en el respaldo del asiendo decidiéndome por llamar a Diane para acordar las cosas haríamos en cuanto nos encontremos. Saqué mi celular de mi cartera y la busqué el contacto para iniciar la llamada.

-Hola Diane

-Hola Ellie- contestó entusiasmada sintiendo el leve sonido de la música que escuchaba

Committed by force but with love: Es solo el comienzo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora