15. Ojos azules

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Pov's Elizabeth

Cerré la puerta del baño y me recargué en el lavadero, tomé un chorro de agua entre mis manos y me mojé el rostro, solté un suspiro mientras me miraba al espejo y corría mi cabello.

-No ha vuelto a pasar- dije levantando mi flequillo, es algo mío tenerlo, pues desde que regresé a New York pasó algo demasiado extraño en uno de mis ojos, volví a cubrirlo y miré hacia la puerta

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-No ha vuelto a pasar- dije levantando mi flequillo, es algo mío tenerlo, pues desde que regresé a New York pasó algo demasiado extraño en uno de mis ojos, volví a cubrirlo y miré hacia la puerta.

¿Por qué Meliodas se detuvo?, bueno no es que yo quisiera, pero tal ves sí, no claro que no, tengo que admitir que esa idea pasó por mi mente en algún momento, me sentía mal, tenerlo así de cerca mientras nos besábamos, era la primera vez que intentamos algo mas allá que solo besos, pero me sentí nerviosa y al parecer él se dio cuenta de lo que ocurría... Igual no se que pensar, fue él quien inició eso y de repente se detuvo.

-Eres un idiota Meliodas- murmuré enojada y a la vez triste

A la mañana siguiente

Escuché como alguien abría la puerta, supuse que era Meliodas, y sí era él, decidí no hacer algún movimiento que indicara que ya había despertado.

Entró y se quedó un rato observándome, luego sacó ropa limpia, se metió a bañarse, salió después de unos minutos ya cambiado, cerró del cuarto sin ni siquiera decirme "buenos días", eso me molestó más.

Escuché el sonido de un carro, él se había ido; me levanté y decidí ir a mi casa, me arreglé y al bajar encontré una nota pegada a la puerta derecha del refrigerador.

Tu chofer vendrá a recogerte cuando estés lista, tuve que regresar por unos inconvenientes, te veo luego.

Guardé la nota antes de salir de la casa, la miré por ultima vez y caminé yendo hacia el camino en donde supuse Esteban me esperaba, un poco lejano a la cabaña.

[...]

Al llegar a mi casa mi madre me saludó apresuradamente tomando mis hombros, me separé confundida por su muestra de afecto, pero de igual manera la miré esperando su discurso.

-Elizabeth, que bueno que hayas regresado, esta casa estaba demasiado silenciosa sin tu presencia- enunció fingiendo preocupación que claramente pude notar

-Con o sin mi presencia la mansión pasa la mayor parte en completo silencio- comenté encaminándome al comedor- pero no vine para hablar de eso así que si me disculpas iré a...

-Llegaste en el momento indicado- me interrumpió alcanzándome- íbamos a desayunar...

-¿Íbamos, tienes compañía?- ahora yo fui quien la interrumpió, me miró por unos segundos con la mandíbula tensa y respondió 

-Sí

-¿Y quién es?- pregunté mientras nos dirigíamos al comedor, cuando llegamos me sorprendí que él estuviera aquí

Committed by force but with love: Es solo el comienzo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora