★★ [ Capítulo 24 ] ★★

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Se presentan nuevos problemas parte 2




— ¿Estamos listos? — pregunto la mujer viendo a sus secuaces.

— Si — contestaron todos.

El plan se puso en marcha. Mientras eso sucedía... En otro lugar muy alejado de allí los chicos llegaban a su hogar, las clases habían terminado más temprano.

— Cariño — saludo la madre de Eiji al verlo.

— Hola madre, traje tu comida — coloco la charolita con la comida en la mesita de noche.

— Gracias — dijo ella.

Ella sonrió y extendiendo su mano tomo la de su hijo, lo jalo hasta hacer que se sentara a su lado donde aprovecho para abrazarlo.

— Te amo pequeño — cerro sus ojos y suspiro.

— También te amo mamá — Eiji sonrió y la abrazo.

Permanecieron en esa posición hasta que escucharon ruidos extraños en la parte de abajo, Kiri se separó de su madre y se acerco a la puerta.

— Iré a ver que pasa — aviso, la mujer asintió.

— Ten cuidado — murmuro.

El chico se acerco a la escalera lentamente, empezó a escuchar voces tanto conocidas como desconocidas causando nervios en su persona.

Al llegar a una parte de la escalera que podía ver la sala sin ser visto, observó a quienes estaban discutiendo con los Bakugō, reconoció a la mujer extra.

Se puso de pie y subió hasta la habitación donde estaba su madre, entro y cerro la puerta.

— Ella esta aquí — menciono.

— ¿Cómo nos encontró? — pregunto, se sentó sobre la cama.

— Llamare a la policía porque lo mas seguro es que no quiera nada bueno — tomo el teléfono de casa que había en la habitación y marco.

Hablo unos minutos con el oficial, quedando estos de enviar a alguien, pero dudaba que fuera rápido así que llamo a Midorilla y explico la situación, como obtuvo su número lo dejare en duda.

Los gritos y ruidos extraños volvieron a llamar su atención, dejo el teléfono, beso la mejilla de su madre y colocando el seguro a la puerta decidió bajar para saber que quiere esa mujer.

Así lo hizo, cuando llego a la planta baja la mujer y un hombre discutían con la Sra. Bakugō, Katsuki y el Sr. Masaru miraban de lejos.

Pero la atención de éstos se desvío a él en cuanto lo vieron entrar a la sala. La mujer fruncio el ceño y el hombre simplemente lo observo.

Superando el DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora