★★ [ Capítulo 20 ] ★★

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Salvando a la madre de Eijirō




Después de un arduo trabajo en ponerse al corriente con las materias, Eijirō se tomaba un descanso. Aunque estaba por arrepentirse de lo que iba hacer.

— Vamos tú puedes — dijo animándose.

Suspiro para relajarse y toco la pierna, unos minutos pasaron y esta fue abierta dejando ver a una de las sirvientes de la familia Kirishima.

— Joven amor — dijo la joven al verlo — no debería estar aquí — intento cerrar la puerta pero Eiji no dejo.

— Fuka-chan por favor, debo ver a mi madre — pidió.

— L... lo siento, tengo ordenes de no dejarlo pasar — se puso nerviosa.

— Por favor — rogó.

— En verdad no puedo... — dijo ella.

— Fukawara, por favor, debo verla, te haces a un lado o no respondo — dijo serio.

— P... pero... — ella mordió su labio no sabiendo que decisión tomar.

— Si dicen algo yo tomare la responsabilidad, tú tranquila — él sonrió, ella asintió y lo dejo pasar — te debo una — entro a la casa donde tenía meses sin pisar.

Camino con cuidado para llegar hasta su madre y no ser descubierto, cuando llego comprobado que estaba solo y entro sin causar ningún ruido.

— Mamá — sonrió al verla, ella se sorprendió.

— Pequeño, ¿Qué haces aquí? — pregunto preocupada, tosiendo un poco, se le veía muy mal.

— Madre quiero sacarte de aquí, ellos no están asiendo nada para que te recuperes, sólo esperando que mueras y así reclamar lo que el abuelo dejo para ti... — mordió su labio y apreté sus manos.

— Ellos no harían algo así... — dijo ella.

— Madre todo fue planeado por ellos y por aquel sujeto... — no dejo de verla.

— ¿Por qué dices algo tan horrible sobre tu familia? — ella se preocupo.

— Para mi ellos no son nada, sólo tú me importas, además eso fue algo de lo que me entere pero no importa como, después te contare — él se acerco — madre confia en mi — pidió/rogó.

— Cariño... si me voy ellos me buscaran... — ella mostro una linda sonrisa y acaricio la mejilla de su hijo — se de lo que son capaz por ello no eh salido de aquí, sólo te estoy protegiendo — sus ojos se empezaron a aguar.

— Madre, vamonos — tomo las manos de la mujer entre las suyas — hayaremos la forma y tú recibirás el tratamiento que necesitas para recuperarte — él sonrió.

— ¿Cómo saldremos? — pregunto ella aceptando.

Eiji se alegro, pero al escuchar ruido tuvo que esconderse, a la habitación entraron unas personas llevando alimento y medicina para la madre de Kiri. Eijirō observo todo desde donde estaba, cuando las mujeres se fueron él salió y busco la manera de llevarse a su madre sin ser vistos.

— Esperaremos a que ellos duerman — dijo Kiri, viendo por la pequeña ventana que había en la habitación — además como necesitare ayuda, llamare a alguien — se sonrojo al sentir la mirada de su madre sobre él — ¿Qué? — pregunto nervioso.

— Nada — se recostó, ya que empezo a sentirse mal.

— ¿Comerás algo tan horrible? — pregunto al ver la pinta de los alimentos — tal vez tienen veneno o algo así — dijo sospechando.

— Cariño, exageras — la mujer lo miro y cerro sus ojos.

Mientras ella dormía, Eiji llamo a Katsuki para que lo ayudara, además de avisar a Todoroki-kun para que avisara por si él no se comunicaba.

Todo un buen plan bien planeado, estaba feliz con el. Después de un rato escucho que la puerta fue abierta, su cuerpo se paralizo pero volvio en si al ver que era el rubio.

— Casi me matas del susto — dijo en voz baja.

— Seguir un estupido dibujo no ayudo mucho que digamos, además tuve que escalar eso me dejo heridas por todos lados y me tienes que explicar porque jodidos vamos a secuestrar a tu madre — se cruzo de brazos esperando a que hablara.

— Porque si — Eiji hizo un adorable puchero.

— Idiota esa no es respuesta — fruncio el ceño.

— Claro que si, tú la dices casi siempre y funciona — reclamo.

— Obvio que si funciona, ya que yo soy quien la dice — dijo orgulloso.

— Ahora quien es el idiota — bufo Eiji.

— Aun así me explicaras porque hacemos esto — lo miro tranquilamente.

— Claro que si, pero en otro momento — se acerco a él y beso su mejilla — ahora debemos ver como la sacamos de aquí — se puso a pensar.

— Lo veas como lo veas es secuestro — Katsuki se recargo en la pared, miro a la mujer y a su novio, ambos eran muy parecidos.

— No importa, ella es mi madre y ellos son malvados — miro al rubio.

Después de un rato de pensar y no encontrar alguna solución, Katsuki con ayuda de Eiji se acomodo a la sra. en su espalda para cargarla.

— ¿Seguro que la puedes? — se preocupo.

— Claro que si, por cierto, ¿Por qué no despierta? — pregunto Bakugō.

— Le dieron pastillas, a lo mejor eso la hizo dormir — dijo Eiji.

Decidieron no perder tanto tiempo y con paso cauteloso salieron de allí, caminaron lentamente para no causar alguna ruido delatorio y librarse de ir a la carcel por lo que estaban haciendo a altas horas de la noche.

Cuando llegaron a la puerta principal la abrieron y salieron sin problema alguno, ambos se alegraron pero no notaron como una persona los veía desde una de las ventanas de la casa.

Entre ambos llevaron a la mujer al departamento de Eijirō, la acomodaron y arroparon.

— Ahora que haremos novio delincuente — dijo Katsuki.

— Mañana veremos — dijo Kiri, estaba exhausto.

— Estoy nos traerá grandes problemas — Bakugō se acerco a su novio y dejo un tierno beso en sus labios — nos vemos novio delincuente — se gano un golpe en su brazo, Eiji hizo un mohín pero Katsuki lo beso.

Se despidieron, Kirishima se acomodo para dormir al lado de su madre y Katsuki se fue a su hogar a esas horas.

— Eiji idiota le hubieras dicho que se quedara — se regaño, pero no valia la pena reclamarse ya estaba hecho de todos modos.

Suspiro y cerro sus hermosos ojitos quedando dormido a los segundos. El rubio llego a su hogar contándole a su madre lo que había pasado, todo por precaución y consejos, ella agradeció la confianza después de regañarlo y golpearlo un poco.

Ya después verían que hacer con los problemas dobles que se les avecinaban.




Continuara




Este capítulo es extraño, no sabía como meter este relleno, así que pues nos vemos en el siguiente donde Eiji descubrira muchas cosas.....

Superando el DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora