★★ [ Capítulo 34 ] ★★

657 81 50
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


7mo. Mes


— Otra vez en dirección.

— Callate Deku.

— ¿Qué hiciste ahora?

— Cierra la puta boca.

— Puedes decirme, tal vez pueda hacer algo.

— Irte deberías de hacer.

— Sólo quiero ayudar a mi amigo.

— ¿Amigo? Más amiga es una jodida hormiga que tú, así que ve a joder a otro lugar que tu sola presencia me provoca nauseas.

— No será porque tu novio esta en estado…

— Si valoras tu vida largate de mi vista.

— Cada día más pesado, no se como Kirishima-kun te soporta debería cambiarte por alguien mejor.

— Hijo de puta…

Se puso de pie e intentó golpearlo pero como Izuku al tener varios meses de aprendiz pudo esquivarlos.

— No has pensado unirte a la policía, serías muy bueno.

— Y estar contigo… Claro que no.

— Bueno que se le va hacer, nos vemos Katsuki-chan…

Se fue antes de que Bakugō soltara una de sus rabietas.

— Maldito estúpido.

— ¿Con quién hablas? 

— No es de su incumbencia.

— El subdirector te espera.

Entró a la oficina y se sentó frente al hombre que no quitó sus ojos de él.

— Joven Bakugō, ¿Sabe por qué está aquí?

— Ni puta idea.

— Cuida ese lenguaje, por favor.

— Me dira o se hara el gracioso.

El hombre suspiró, se colocó en una posición que le otorga seriedad y empezó a hablar.

— Nos hemos enterado por una fuente confiable de que usted fue el culpable de que la sala de medios explotara.

— ¿Qué demonios? Yo no hice nada.

— Guarde silencio — demandó — sabemos que colocó químicos y éstos al reaccionar crearon la explotación que nos costó miles de yenes — suspiro — ahora bien hay tres opciones para arreglar este asunto.

— Le digo que yo no hice…

— Uno: se pide su expulsión inmediatamente sin derecho a retomar sus estudios en esta institución y de ninguna otra.

— Oiga pero…

— Dos: pagar todos los daños, además sin oportunidad de seguir estudiando y obtener un buen trabajo.

— Le digo que yo no…

— Tres: cumplir uno de mis intereses personales.

— ¿Qué diablos? — su rostro mostró confusión — ¿A qué se refiere?

El sujeto sonrió, colocó una mano en su barbilla y mojo sus labios. Katsuki se estremeció al verlo.

— Si quieres evitar todo eso y más… Tendrás que aceptar quedarte a mi lado.

— ¿De que mierdas hablas maldito enfermo? — su rostro era de asco total — no haré ninguna de esas mierdas que anda pensando.

— Claro que si o sino… — lo siguiente lo susurro en el oído de Katsuki.

Bakugō mordió su labio, cerró sus ojos y trato de pensar.

— Prefiero que me expulsen a aceptar sus estúpidas condiciones — sentenció.

— ¡Oh! — se hizo el sorprendido — aunque eso incluya y perjudique a Eijirō Kirishima.

— A él déjelo fuera de esto… — golpeó la mesa con sus manos.

— Vaya es cierto que te afecta lo que a él le pase — sonrió — entonces que pensara cuando se entere que por tu culpa él tiene que abandonar sus estudios, además creo que va a tener un mocoso — su sonrisa se amplio mas al sentir la mirada molesta del rubio — crees que los de servicios sociales le dejen a su hijo si sus padres no pueden mantenerlo por no poder estudiar… Pobrecito ya me lo imagino llorando por haber perdido a su pequeño por tu culpa.

— Eso es chantaje… — trato de permanecer tranquilo.

— ¿Y? Siempre puedo inventar algo… ¿A quién le creerían más, a ti o a mi?

— No puede hacer eso — sintió como las puertas eran cerradas en su cara, si fuera el solo ya lo habría golpeado pero esta metiendo a su novio.

— Simplemente te quiero de noche, podrás ver a tu bastardo las veces que quieras y si quieres otro yo puedo dártelo.

— Esta muy mal si piensa que voy a aceptar esas estupideces.

— Entonces, ¿No te importa lo que suceda?

— No aceptaré nada de eso…

— Piensalo bien antes de tomar tu decisión final, recuerda que todo esto involucra a tu pareja e hijo... puedes irte, para mañana quiero la respuesta.

Katsuki salió de la oficina hecha furia, tiene que hablar con alguien pero con quién, quién podría ayudarlo.





Continuará

Pam pam pam pam pam pam

Superando el DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora