★★[ Capítulo 2 ]★★

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Pasado


"Al observar a todos los adolescentes me pregunto, ¿Por qué mi vida no fue así de fácil?, cada día era un martirio, vivir con alguien que nos agrede día y noche, quiero que desaparezca, que nos deje en paz"

Pensamientos como esos rondaban la mente de un adolescente de tan sólo 13 años, su madre se junto con un tipo agresivo que no sabía valorarla, la golpeaba, la violaba, ella después de soportar tanto enfermo gravemente.

Al no tener dinero suficiente para hospitalizarla, ella estaba recluida en la casa de algún familiar, Eiji la visitaba pero debía volver a su casa, porque el tipo puso eso como condición.

Muchas veces Eijirou pensaba en porque ese hombre los hacía sufrir tanto, tantas veces fueron las que se recriminó por no ayudarla por dejar que ella creyera las palabras llenas de veneno que el hombre le decía.

El día que se llevaron a su madre ella sonriendo lo miro y le dijo "Cariño se feliz y alejate de aquí", no podían llevarlo con ella pues no había donde pudiera quedarse, además Riichi necesitaba una garantía para que ella volviera.

Lloro por ser alejado de su madre, estaba sentado en el piso de la habitación de su mamá y tenía la cabeza entre sus brazos mientras lloraba.

Sintió un jalón en su brazo y el hombre lo miraba con odio.

— Ahora como... — dejó a medias lo que diría.

Bajo la cama miro un maletín, aventó al suelo a Eijirou y se agacho a tomarlo, al abrirlo encontro dinero mucho dinero.

— Así que la puta de tu madre ocultaba esto de mi — dijo el hombre — ¿Tú lo sabías, engendro? — lo miro enojado.

Eiji negó asustado sobando el brazo que le había lastimado.

— Eres un maldito mentiroso — se acerco al pelinegro y tomándolo del cabello lo golpeo — eres una rata — dejo caer un puñetazo en su mejilla — eso te enseñara a no mentirme — dijo cerrando e l maletín y saliendo de allí.

Kirishima lloro y sobo su mejilla, hipaba tratando de controlar sus lágrimas, ¿Qué pasaría ahora, que su madre no estaba? la respuesta era fácil, "Ahora él sufriría lo que ella sufrió".

El hombre estaba feliz, ahora tenía dinero que importaba la mujer, o el mocoso, si con dinero baila el perro, sonrió mientras se dirigía a uno de sus bares favoritos, bebería tanto como pudiera.




Presente

Después de ese recuerdo se puso de pie sintiendo dolor en su espalda, ahora tenía 15 años y aun soportaba el maltrato de ese hombre, su madre seguía viva pero a duras penas.

Se dio un baño rápido teniendo cuidado de no lastimarse, como quisiera huir de ese lugar pero no podía, el tipo ya lo había amenazado con dañar a su madre, sabía que si lo haría pues él sabe donde esta.

Salio de la ducha, se seco y se vistió, tomo su mochila y con cuidado salió de la habitación pasando por donde estaba el hombre tirado todo borracho y con unas viejas.

Sintió ganas de vomitar por el hedor a alcohol que desprendían, decidió salir casi corriendo de allí, sólo agradecía poder ir a la escuela, eso si le tenía permitido.

Llegó a la escuela y fue directo a su salón de clases, entro dirigiéndose a su lugar, no saludo a nadie y ni los miro.

A la hora del almuerzo decidió no salir, de todos modos no tenía dinero ni bento como para almorzar, además que el dolor en su espalda estaba matándolo.

Estaba recostado en su escritorio, tenía los ojos cerrados cuando sintió un leve golpecito en su hombro, le dolió y fruncio el ceño, levanto la vista y los miro.

Los chicos raros del día anterior están frente a él, ¿Ahora que quieren?, se preguntó.

Miro como el chico de curioso cabellos bicolores extendía una cajita para con él, negó pero el chico insisto sin quitar su mirada de seriedad.

— Será mejor que la tomes, Todoroki-chan es muy insistente — dijo el chico a su lado.

— Gracias — dijo tomando la caja.

El chico se encogió de hombros pero sonrió una pequeña, diminuta sonrisa.

Abrió la cajita y noto que era un bento, pensó en regresarla pero el chico bicolor tenía sus mejillas hinchadas y lo miraba intensamente, se puso nervioso, decidió quedarserlo para su sorpresa el chico se relajo y empezó a comer, al igual que el rubio, agracecio por la comida y la empezó a comer.

— ¿Vives lejos?, ¿Por qué te cambiaste de escuela?, ¿Alguien te molesta?, me gusta el helado, ¿A ti también te gusta? — esas y muchas preguntas salían de la boca de Kaminari Denki.

— Shh — lo calló Todoroki shoto colocando su dedo sobre sus labios.

— Me callo pero... mmm... — Shoto había colocado sus manos sobre la boca de Denki.

— Lo siento — se disculpo sonrojado.

— No te preocupes — dijo Eiji sonriendo un poco al ver la actitud de ese dúo.

— Vez, te dije Todoroki que ayer lo habíamos asustado — dijo en berrinche el rubio.

— Guarda silencio, ¡Oh mira! — señalo a la puerta.

Denki volteó ya que le daba la espalda y se sonrojo, en la puerta estaba un pelinegro con un ramo de flores, se puso de pie y se acerco a él, ambos estaban sonrojado y sonreían.

— Espero te gusten — dijo nervioso el chico.

— Gracias — Denki tomo el ramo y oculto su rostro tras el — me gustaron mucho — se acerco y le regalo un beso en la mejilla.

— Me alegro, bueno nos vemos después de clases — se acerco lo tomo de las mejillas y beso sus labios.

El pelinegro se fue y Denki en su burbuja fue volando al lugar que hace segundos ocupaba.

— ¿Ese chico es tu novio? — pregunto Eiji sonrojado por la escena que vio, Shoto estaba por las mismas.

— No, bueno si, o no se — dijo saliendo de su burbuja de amor — aun no me lo ha pedido — dijo triste.

— No creo que tarde, te besa y todo — dijo algo sonriendo.

Denki se avergonzó y cubrió su rostro, después de eso entre Shoto y Eijirou se burlaron del rubio.

Cuando las clases acabaron todos fueron a sus hogares, el llegó al suyo y se encontró con la sorpresa de que el hombre no estaba, se asusto corrió a su habitación y cerro con llave.

Hizo la tarea y antes de irse a dormir pego la cama a la puerto sólo por seguridad.

A las 2 a.m. su puerta estaba siendo golpeada por el sujeto.

— Maldito mocoso, abre — decía enojado (imaginen que esta borracho).

Eijirou lo ignoro y se acurrucó, tenía miedo mucho miedo, empezó a llorar silenciosamente.

— Mami, tengo miedo — decía entre sollozos.




Continuará




Toda la historia estará editada, espero les guste

Superando el DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora