Pequeños Escritos De Grandes Sentimientos.

Tu Estúpido Recuerdo.

   Volvimos a esos días de calor infernal, a esos donde el amor de nosotros aún no se transformaba a charlas cortas cada un mes. No necesite escuchar una canción, un baile, sólo una brisa de los días fríos que me hacían acordar a la calidez de tus brazos.
   Amo un frío día que se presta para un buen café aunque no sea el de tus ojos, que dan ganas de ver películas pero no las de terror que, siendo sinceros esas eran más besos y juegos que película. El frío se va si pienso en tu mirada, tu presencia, tu voz, simplemente tú.
  Llorar es el precio que uno elige pagar por domesticar a alguien, lo dijo el principito y ahora entiendo lo feliz que era cuando tú, hacías mis momentos solitarios en unos donde las risas no faltaban.
   El amor no se acaba solo se transforma, como el agua en gotas y gotas en hielo, se transforma pero siempre va a ser eso, agua. El sabor al amor depende de la persona, se moldea como si fuera plastilina o arcilla. Te apuesto amor, un amor que no se gaste aunque se transforme muchas veces.
    No sé porque lloro sonrisas si una brisa hace que mi corazón parta en llanto y que sus trozos repuestos solo queden restos. Quiero hablarte sin herirme y que tus ojos sean el foco se atención, no tus labios. Quiero ser tu amiga con la que compartes chupitos, no esa amiga que pide chupitos para olvidar penas de tu amor no correspondido. Quiero ser la que te saque a rastras para que olvides de todos los problemas no ser la pena de tus problemas.
  Quizá si yo no tuviera tu estúpido recuerdo, podría verte en mi mente como un niño que vino y se fue, no como el maldito idiota que desordeno mi cabeza y me alegra con sólo una risa.