02| Con Las Ganas.

3.4K 270 41
                                    


Estaba nerviosa, lo había estado todo el día. Salió a hacer las compras temprano, hizo limpieza donde en realidad no era requerido y fue a correr. Intentó a toda costa tener la mente ocupada para no pensar en los cientos de mensajes que atacaban su teléfono.

Alejandro: Debemos de hablar, Kriss.

Alejandro: Oye, pequeña, ni siquiera me dejaste dar explicaciones.

Alejandro: ¡Te juro que no es lo que crees!

13 llamadas perdidas de Alejandro.

¡Al diablo!

Se terminó las botellas de tequila que su hermana le había dejado la noche anterior y volvió a la tienda por más. Se puso a cocinar, labor que siempre la relajaba tras todo el estrés del día, y se permitió olvidar que le habían sido infiel, que le arrancaron el corazón del pecho sin piedad alguna, que no pensaron que era capaz de llorar una traición.

Dios mío, lo quería. Habían pasado cinco años juntos y se le hacía chiste que le vinieran contando que lo encontró con otra mujer.

Se tragó el nudo que cubría su garganta mientras terminaba de preparar un pollo con verduras y un pastel de helado como postre.

Rubí, su hermana, siempre salía a las dos de la tarde a comer. Llevaba un trabajo cargado y estresante. Era la encargada de finanzas de una empresa importante, y en muchas ocasiones le cedían trabajos de publicidad gracias a su maestría en diseño gráfico. Se consideraba poderosa y su porte lo mostraba, lo sacaba a luz con sus tacones altos y los trajes elegantes que vestía, esos que se ponía para que los ojitos que le hacía a su jefe se vieran más brillantes.

El hombre la traía volando y la pelirroja era tan orgullosa para admitirlo, que prefería que fuera él quien cayera a sus pies entaconados, aun cuando le pasaba por un lado sacándole la vuelta.

Se había vuelto todo un desafío para Rubí. Y esos eran los que más le gustaban.

Cuando Kriss metió el pollo al horno se dió el tiempo de tomar el movil para mandarle mensaje, evadiendo todos los de Alejandro que se negaba incluso a abrir.

Kriss: ¿Vienes hoy a comer? He hecho el pollo de mamá.

La respuesta tardó tres minutos exactos.

Rubí: ¡Estoy muy liada! Le he soltado una buena a mi jefe frente a los inversionistas y me cargó de trabajo hasta las chanclas. Tendré que saltarme la comida, pero paso a cenar ;)

Kriss soltó un suspiro largo al leer su respuesta. ¡Había hecho comida para todo un batallón! Y a la mujer se le ocurrió hacer de las suyas para dejarla tirada.

Resoplando dejó el teléfono en la mesa y se metió a duchar diez minutos en lo que el pollo salía del orno. Tras sonar el temporizador, casi tuvo suerte de haberse terminado de poner la ropa interior limpia, y así, solo con ella, salió corriendo rumbo a la cocina para apagar el horno, y dejar que la comida reposara en su jugo.

Respiró llenándose del aroma que bañaba la cocina. Era su parte favorita de cocinar. Se perdió unos momentos en las emociones que le provocaban, pero todo su placer se vio interrumpiendo al escuchar el timbre sonar.

"¡Vaya, al parecer no la tenía tan liada!"

Pensó creyendo que Rubí tocaba la puerta, hambrienta por el pollo de mamá, pero cuando la abrió, aun en ropa interior, se topó con una mirada que no pertenecía a su hermana.

—¿Qué haces aquí?—le preguntó a Alejandro, pero éste solo se encogió de hombros y empujó más la puerta para poder pasar—. Apestas a alcohol ¿Vienes borracho?

El Juego de Noha |Juegos De Seducción I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora