01 | Página de citas.

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Te van a romper el corazón.

Un simple día alguien se acercara con su sonrisa perfecta y te mirará como si fueras arte, y caerás, creyendo que sus brazos te atraparan a pocos metros del suelo, teniendo fe de que a su lado nada, nunca, jamás, te volverá a hacer daño.

Pero lo hace. Y duele. Jodidamente arde.

Y comienzas a entender que tus manos son las únicas que te pueden salvar de una muerte segura. Comprendes, que por más que entregues tu corazón con una armadura bien reforzada, siempre existirá la posibilidad de que te lo devuelvan roto.

Y eso Kriss lo sabía muy bien, vaya que sí. Había pasado tanto tiempo en una relación con Alejandro, el hombre que juraba ser perfecto, que ante todo problema ella terminó pensando que era culpable en el acto. Que la culpa de la discusión siempre la tendría ella y que todo mal era de su procedencia.

Incluso cuando se daba una buena oportunidad para estar solos, él siempre declinaba, alegando que estaba demasiado ocupado en los negocios. Y Kriss lo comprendía, o por lo menos lo intentaba, hasta que un día descubrió que sus "negocios" no eran más que una morena de piernas largas a la que le gustaba llevar mucho escote.

Cinco años de relación se los tomó en dos botellas de tequila, sola, en su habitación, sintiendo el corazón agónico que se seguía torturando en su pecho preguntándose qué era aquello que le hacia falta. ¿Qué diablos tenía mal para que ni siquiera quisiera tocarla por el día, y en la noche se metiera con otra?

Hay quienes soportan el dolor en camas ajenas, en bares de 3 a.m, levantando faldas en baños públicos, y otros, como Kriss, que preferían embriagarse, tomar hasta dejar de recordar por qué el alma les ardía con aquella intensidad.

Kriss era fuerte, decidida, había levantado un imperio cuando todos le daban la espalda y la bajaban continuamente de su nube, pero aquella traición le había dolido tanto, que rompió su ego, sus ganas, su alma , le hizo añicos todos aquellos años de lucha que trabajó para que la relación funcionara, ¿y todo para qué?, para que un jueves cualquiera, Alejandro mandará cinco años de noviazgo a la basura, por los 3 minutos de paraíso que le dio a la morena que conoció en un bar.

No le tenía odio, en verdad que no, solo le pedía a Dios con todas sus fuerzas que un día sintiera todo el dolor que le había causado, que derramara todas las lagrimas que ahora le manchaban las mejillas, que volviera suplicando otra oportunidad, para que saboreara el rechazo en carne propia.

Oh sí, merecía sufrir.

-¡Te juro que voy a encontrar a alguien que la tenga más grande!-gritó la mujer levantando la botella de tequila al aire, imaginando a Alejando frente a ella con aquella sonrisa perfecta-, Maldito narcisista bueno para nada.

Agregó al final, sentándose rendida y encendido la computadora.

Su hermana Rubí, la rompe corazones experta en hacerlos trizas sin siquiera tener piedad de los trozos más pequeños, le había dado el truco que ella utilizaba cuando quería conseguir hombres, sonriéndole como si fuera la cosa más fácil del mundo.

-Busca una página de citas. Ponte sexy, embriágate, levanta la barbilla y no te dejes caer. Alejandro es el que pierde, y tú quien gana la libertad de andar con quién quieras-le había dicho ella dejando las botellas de tequila en la mesa mientras se retiraba para su junta de trabajo.

-No todas tenemos el cuerpo que tú tienes, querida-alegó Kriss, un par de horas después, frente a la computadora, tan ebria que ya ni le importaba lo que estaba a punto de hacer.

Se metió en el buscador, con los ojos atentos a alguna pagina que no se viera para desesperadas, pero la mayoría de ellas incluso lo tenían en el título.

El Juego de Noha |Juegos De Seducción I|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora