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En la tarde cuando estaba en el colegio invité a mis amigos al festival, todos aceptaron ir... A todos nos gusta las fiestas de los mayores, es lo normal cuando eres adolescente.

Llegamos a la universidad, ya se estaba anocheciendo. Había música, mucho ruido y muchas personas jóvenes.

Entramos, compramos algodón de azúcar y pan relleno, estuvimos comiendo un rato y luego seguimos recorriendo el lugar. Caminamos durante una hora, no veía a Osamu por ningún lado.

Continuamos caminando, luego por fin vi a Osamu, estaba en un puesto de salchichas, estaba riéndose y hablando como lo hace cualquier persona... Pero creía que él no reía.

Nos acercamos, mis amigos fueron a comprar. Osamu en cuanto me vio se quitó el delantal que traía puesto y lo dejó en una silla. Vino hacia mí.

-Tardaste mucho... Siempre tan impuntual.
-Vengo con ellos, no puedo correr.
-Voy a guardar mis cosas.
-Ok... Voy con mis amigos para despedirme.
-Ajá.

Tan seco, tan simple, tan extremadamente... Atractivo... Lo siento, es inevitable, se ve muy atractivo con su ropa casual, casi nunca lo veo usando ropa informal, casual, como para salir a una fiesta.

-Oigan, me voy a casa.
-¿Por qué?
-Voy con mi tutor.
-¿Ahora también te da ordenes fuera de casa?
-¡No, tonto! Vamos a hacer un recorrido y luego volvemos juntos.
-Bueno, diviértete.
-Ustedes igual, chao. Y no coman tanto.
-¿Entonces para qué venimos?
-Chao.

Caminé a la parte trasera del lugar de comida para buscar a Osamu. Salió y me miró serio como de costumbre.

-Hoy mamá salió. -¿Para qué me dice eso?
-Ahh. -No supe qué decir.
-¿Quieres dormir en mi casa?

¿¡Significa lo que creo que es!? ¡Es una invitación romántica! Creo, no sé... Muchos lo llaman "Propuestas indecentes", pero es vergonzoso.

-Hace mucho no te doy tutorías, así que creo que podemos aprovechar. -MA-TA-PA-SI-O-NES.
-No.
-¿Por qué?
-La última vez que dormí en tu casa para tutorías nos quedamos toda la noche, no pude dormir nada.
-Está bien, entonces iré a tu casa el domingo.

Ahg, tonto, qué frío es. Me miró, por alguna razón se estaba burlando de mí, lo sé, su sonrisa era malvada.

-¿Qué?
-No, nada. -Dijo aguantando la risa.
-¿Por qué me invitaste a venir?
-¿Qué clase de pregunta es esa? ¿No es obvio?
-No.
-Pues porque es un festival, los universitarios invitamos a nuestras familias y conocidos.
-¿"Familias", "conocidos"?

Me miró diciendo "No molestes", seguimos caminando... Él me estaba llevando por un lugar solitario y oscuro, no entiendo por qué actúa de una forma y luego de otra... ¿Le gusto o no? Ya no entiendo.

-Hace frío. -Dijo.
-Sí, un poco.
-Puede que llueva. ¿Vamos en bus?
-Vamos.

Mientras caminábamos por la parte trasera de la universidad no dijimos nada. Lentamente estaba deteniendo el paso hasta que se detuvo. Lo miré, me detuve.

-¿Por qué te detienes?
-Por nada.
-Ajá. -Dije incrédulo.

Tomó mi hombro, tiró de mí y nos sentamos en una banca cercana.

-Estoy cansado.
-Últimamente hablas mucho, bueno, más que antes.

Sonrió, como si estuviera diciendo algo gracioso. No entiendo qué le pasa... Bajó la cabeza y tocó su nuca.

-¿Te duele?
-Es por estrés.
-Ya te he dicho que dejes de ser tan estricto, es malo...
-No es malo.

Se giró y me miró, sus labios estaban un poco húmedos... Si lo veo así es imposible no besarlo.

Mi amor platónico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora