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Akane y yo estábamos a punto de dormir. Sé que van a creer que es raro que durmamos juntos en la misma cama, pero somos como hermanos, somos amigos desde los trece años.

-Ya sé lo que te está pasando.
-No creo.
-Los vi.
-¿A quienes?
-A Daisuke y esa chica. Los he visto muchas veces caminando juntos en la universidad, también los vi una vez en los bolos y los vi hoy en el restaurante. ¿Estás celoso?
-No. No me gusta de esa forma.
-¿Y por qué te pusiste así hoy?
-Porque estaba mareado.
-No mientas.
-¡No sé qué me pasa! Sólo me siento mal, pero no entiendo mis sentimientos.
-¿Es su novia?
-No tengo idea, nunca me ha dicho sobre ella y tampoco voy a preguntarle.
-Vas a esperar a que sea muy tarde.
-¿Tarde para qué?
-Para ser sincero y admitir que estás enamorado.
-Es mi amigo.
-Cuando lo conocimos pude ver que te gustó desde la primera mirada.
-¡No es verdad!
-Sólo voy a decirte que debes madurar. Quiero verte feliz.
-Gracias, Akane.
-Descansa.
-Igual tú.
-Duerme, mañana podremos pensar qué hacer.

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Estábamos Akane, Takui y yo sentados en la cafetería, de repente pasó Daisuke por nuestras mesa, nos vio y se acercó.

-Oh, hola.
-¿Vienes sólo? -Preguntó Akane, directa.
-De hecho, iba a buscar a Wataru.

Se sentó a mi lado, me miró... Probablemente iba a preguntarme por qué lo estoy evitando.

-Ven a mi casa, hace mucho que no duermes conmigo.

Me sentí avergonzado por las caras que tenían mis dos amigos frente a nosotros al escuchar esa frase.

-Hoy voy a la casa de mi mamá, en la noche. Si quieres voy el lunes en la tarde.

Los lunes en la tarde él siempre va a clases, eso es una forma de decirle que no.

-Yo te llevo a la casa de tu mamá...
-Pero...
-Y luego te recojo.
-Bien. -Soy fácil cuando se trata de él.
-¿Estás durmiendo? Pareces enfermo.

Tocó mi frente, nuestras miradas se cruzaron... Aparté su mano y me giré. Se inclinó hacia mí y tocó mi cabello.

-¿Vas a decirme por qué me evades? -Susurró.
-Es tu parecer, no hago eso.

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-¿Vas a quedarte todo el fin de semana con tu mamá?
-Sí.
-No me dijiste.
-Te lo estoy diciendo.
-Me refiero a que siempre me avisas días antes.
-Lo siento, ella me llamó hoy en la mañana.
-Bien.

Estábamos sentados sobre la cama doblando mi ropa y poniéndola en la maleta. Mamá vive a tres horas de aquí, por eso Daisuke se pone como loco cada vez que la visito.

-¿Por qué estás tan distante? Hace mucho que no vas a buscarme en la universidad.
-Estoy ocupado.
-Sé que estás enojado, pero no entiendo por qué.
-Porque... Por nada.

Tomó mi mejilla... Extraño tanto que me toque como siempre, quiero que me moleste diciendo que le gusto, que haga bromas, que me sonría.

-Te quiero.

Me enoja... Sé que sale con esa chica, sé que muy pronto va a alejarse de mí y se le va a olvidar todo lo que me dice.

-¿No vas a quejarte? -Bromeó.
-También te quiero. -Me dolió decir eso.

Quité su mano y me levanté, cerré la maleta y la bajé de la cama. Me miró con una cara de confusión.

-¿Qué te pasa? En serio actuas raro...
-Nada. Llévame, no quiero que se haga muy tarde.
-Eh, bien. Vamos.

Mi amor platónico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora