Capítulo 10

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La boda de Eleanor y Colin ya está lista. Solo falta que llegue la fecha para que Eleanor sea una mujer casada. El solo decirlo me desconcierta. Hace apenas cuatro años, éramos adolescentes, medio enemigas, Colin era mi novio y era terrible en ello. Ahora estoy brincando de felicidad por ellos, lista para acompañarlos en cada paso, lista para ser como una tía para su hijo.

Para celebrar que todo se resolvió, las chicas y yo decidimos juntarnos. Aunque la idea inicial es ir a un bar, terminamos haciendo una pijamada en casa de Eleanor. La única en quejarse es Lucy. Yo personalmente disfruto más de una pijamada viendo películas en Netflix y comiendo todo lo no recomendado por el Ministerio de Salud, con Colin sirviéndonos de esclavo. 

-¡Colin! ¡Mhali quiere Coca-Cola!- Grita Eleanor y todas reímos, el alcohol ya surtiendo efecto en nosotras (Excepto en Eleanor, por supuesto). Unos minutos después, Colin aparece con unos vasos, una Coca-Cola de dos litros y una expresión de fastidio en su rostro.

-Pueden ir ustedes, lo saben-

-Pero entonces tendríamos que pararnos-Le responde Eleanor con una sonrisa maliciosa. Colin bufa por lo bajo, rueda los ojos, pero antes de irse, se acerca a Eleanor y le susurra algo en el oído. Ella sonríe y antes de dejarlo ir, le da un beso en la mejilla y le susurra un "gracias" que suena tan íntimo que tengo que apartar los ojos.

Una vez solas de nuevo, volvemos a ver El Club de los Cinco y comentamos acerca de los chicos de los ochenta y como ahora todos los hombres son unos idiotas, porque de lo contrario no sería una noche de chicas. Eleanor toma un sorbo de su agua saborizada y dice:

-Después de nuestra pelea, tengo a Colin haciendo todo lo que le pida y el pobre lo hace porque se siente tan mal al respecto. Pero todavía no voy a dejárselo pasar-

-Al menos se disculpa. Y se preocupa tanto por ti. Puede que haya cometido un error, Eleanor, pero te juro que ustedes son tan afortunados de tenerse- Comenta Lucy. Puedo notar la ansiedad y el anhelo en su voz, y puedo ver en sus ojos el dolor que lleva dentro. Enseguida me lleno de ira hacía Tadeo ¿Cómo pudo tratarla de esa manera? Y nunca dio una explicación. Desde entonces, Lucy se ha vuelto tan insegura que no es ni una sombra de la chica extrovertida que solía ser. Y no es malditamente justo.

Mhali también nota la tristeza de Lucy. Se pone de pie, busca su celular y nos insta a tomarnos fotos. Aunque al principio Lucy se niega, diciendo que está horrible, luego de un rato estamos riendo ante los filtros de Instagram y subiendo fotos como si nuestra vida dependiera de ello. Probablemente mañana amanezcamos y con horror veamos todas las estupideces que subimos, pero ahora nada de eso importa ahora. 

....

Es la hora del almuerzo. Peter y yo hemos estado yendo a almorzar juntos toda esta semana. Vamos a una pizzería a unas dos cuadras de nuestra oficina y disfrutamos de la mejor pizza en todo Chicago (Eso podría ser una exageración) Pero por mucho que quiera ignorarlo, cada vez que hablamos, la conversación da un giro más privado. Le he contado a Peter acerca de mis padres, mi estado como niña bastarda, mi vida privilegiada y luego caótica. Le he contado hasta de Tito, aunque omitiendo los detalles más importantes. Él cree que rompimos porque Tito se iba a Italia, cuando en realidad no tengo ni la menor idea de por qué se fue.

-¿Qué haces este viernes?- Me pregunta y al mirarlo a los ojos, me doy cuenta que está nervioso. Mueve sus dedos sobre la mesa e intenta forzar una sonrisa en su cara, pero termina pareciendo más bien como una mueca de dolor.

-Salgo con unos amigos- Le digo, y no miento. Este viernes se supone que vamos a ir todos a una discoteca o a un bar, simplemente porque sí. Eleanor insiste que es una buena forma de "dejar todo en el pasado" Yo creo que es una buena forma de iniciar una masacre -¿Por?

-Oh, entiendo. Porque...yo quería, ya sabes, invitarte a salir- 

Mi sonrisa se borra de inmediato y mierda, él se da cuenta. No he dicho ni una sola palabra y él ya está decepcionado. No me esperaba esto en lo absoluto. 

Quiero decir, Peter es un buen chico. Es atractivo, es amable, es gracioso, es...Es justamente lo que me conviene. Alguien que no pueda herirme. Alguien que no pueda decepcionarme.

Pero cuando lo veo, no siento nada más que una leve atracción. No siento ganas por salir con él o de conocerlo a fondo. No, no he sentido nada si quiera cercano a eso desde...

-Me encantaría, Peter. Pero...debes saber que aún no he decidido si voy a quedarme en Chicago- Sí, excusa perfecta. No eres tú, soy yo. 

Buena ahí, Cassidy.

-¿A qué te refieres?- Me pregunta. Sus hombros se relajaron y parece menos ansioso. Me alegra no haberle dicho la verdad "No quiero. Fui completamente jodida por mi ex novio"

-Bueno, yo tomé este trabajo para estar un tiempo acá, porque es mi ciudad natal. Pero mis planes siempre han sido vivir en Boston, y no quisiera iniciar algo para luego enseguida tener que dejarlo-

Él asiente, comprendiendo. Y aunque al principio me siento aliviada, caigo en cuenta de algo: Lo que le estoy diciendo no es enteramente mentira. Sí se supone que yo debería estar planeando mi vida en Boston. Tengo un apartamento y más de diez firmas me ofrecieron trabajo al graduarme. Se supone que Boston era mi camino a crear mi propio nombre, no a uno que estuviese asociado con mamá o papá. Se supone que Boston era mi boleto a olvidarme de Chicago y a todos los chicos que conocí aquí.

¿Pero entonces por qué me genera tanto dolor la idea de irme?


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