Capitulo 6

687 65 11
                                    

Narra Cassidy

Mañana es mi primer día oficialmente como una trabajadora más de Chicago. El trabajo que papá consiguió para mí, en un intento desesperado porque me quede para siempre y no vuelva corriendo a Boston. Es solo una pasantía y aunque es en un gran bufete de abogados, eso no es lo que quiero. No quiero ser Harvey de Suits. Yo quiero ser Mike, no quiero trabajar solo para servirle a los más privilegiados. Pero tampoco es tan simple. Quiero decir ¿Me quiero quedar en Chicago? Sí, aquí está toda mi familia y amigos más cercanos, pero tampoco he vivido aquí por cuatro años, no tengo experiencia trabajando acá, y tampoco es como si quedarme no involucrara a ciertos hijos de putas revoloteando alrededor mío.

Sin embargo, toda la emoción que yo carezco, Lucy la multiplica en sí misma. Asalta su closet, el de su mamá y me cita con inquietante seriedad. Casi suelto un grito al darme cuenta que tiene como veinte outfits armados, desde la joyería a la ropa interior.

-Es mi primera día como pasante sub-pagada, Lucy. No creo que les importe mucho cómo me veo- Le digo negando con la cabeza -Además ¿Por qué planeaste mi ropa interior? Tienes problemas-

-Nunca sabes cuando tu jefe termina siendo un atractivo millonario, sexualmente dominante abogado- Se encoje de hombros como si fuera lo más normal del mundo imaginarse eso -Además, para esto vivo, Cassidy. Trabajo en moda, no puedo dejar que mi mejor amiga manche mi imagen-

Aunque desapruebo su actitud, me pierdo en la belleza de la ropa que está expuesta enfrente mío. Estudiando en la escuela de leyes, luego de darme cuenta que la medicina no era lo mío, tenía poco a nada de tiempo para preocuparme por mi aspecto. Y me dolía, porque siempre me gusto salir de compras, arreglarme, tomarme fotos sintiéndome genial. Pero todos estos años genial no es precisamente cómo me sentía.

Al final de la noche, Lucy tiene preparada mi ropa para mañana y también mueve su hora del almuerzo para ir a comer conmigo al medio día. Quiero abrazarla y expresarle lo muy agradecida que estoy, pero me cuesta. Ese es otro de los resultados de mi vida post-Tito: No poder hablar de mis emociones aunque quisiera. Cuando lo hago me recuerdo de lo estúpida que me veía, llorando por él por todos lados, dejando que el mundo entero grabara en su mente la imagen de Cassidy humillada. Así que ya apenas lloro, me quejo, me emociono, abrazo o grito. Tampoco es algo que me enorgullezca, y espero de verdad que unos meses junto a mi familia y amigos pueda repararme. 

-Tito y Tadeo organizaron una fiesta- 

Me anuncia Lucy con una voz que me hace saber que está fingiendo que no le importa, cuando en realidad le importa demasiado. Entro a Instagram con mi cuenta falsa (Porque todos somos stalkers en algún punto de la vida) y entro al perfil de Tito. No tardo en ver todas sus historias, todas de alguna fiesta salvaje en alguna de sus casas o en la de Tadeo, rodeados de modelos con sonrisas perfectas, alcohol en cantidades ilegales y de vez en cuando drogas pesadas. 

Me recuerdo hacía años, cuando Tito me invito a su fiesta aunque no éramos amigos. Nos acercamos después de eso. Nos hicimos amigos. Tuvimos toda una historia y resulta que en realidad para él fue una comedia. 

Contrario a lo que le insisto a la gente, todavía me importa. Y me odio por eso.

Él estaba cayendo en un pozo de drogas, alcohol y comportamientos irresponsables cuando lo conocí. Cambió e incluso llegué a pensar que fue por mí, por nosotros. He tenido momentos en el que le deseo el mal, es verdad, pero en realidad no lo hago. Y verlo rodeado por todo eso de nuevo, me hace desear que al menos, de todas las estupideces que ha cometido en su vida, retomar ese estilo de vida no sea una de ellas.

Narra Tito

Son apenas las doce y ya alguien intentó matar a Tadeo.

La fiesta apenas comenzaba, yo apenas empezaba a emborracharme y salgo para encontrarme a un grupo de tipos rodeándolo, mientras nuestros invitados se debatían entre gritar, salir corriendo o grabar todo. La verdad es que no conozco a ninguna. Hay chicas que saltan encima mío, chicos que me saludan con familiaridad, pero todos sabemos que la mayoría se colo y que los pocos que me conocen no pueden recordar la última vez que hablamos. Excepto Tadeo. Él es mi maldito mejor amigo y no puedo simplemente permitir que lo intenten moler a palos. 

Law MakersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora