Capítulo 13

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- ¿Cassidy? -

Escucho una voz proveniente del pasillo, aventurándose hacía los baños mientras me busca. Se siente distante y no llega a cambiar la soledad del lugar. Porque así me siento. Me siento tan desesperadamente, dolorosamente, irreverentemente sola.

- ¿¡Cassidy!? -

Durante lo que parecieron horas, me senté sobre uno de los inodoros, la puerta del baño aún cerrada con seguro, imaginándome que alguien gritaba mi nombre, buscándome entre el bullicio y la oscuridad de la discoteca. No ¿A quién engaño]? No era alguien, era él. Pensé que Tito volvería, se arrepentiría, me explicaría sus motivos y todo sentido. Como mínimo, un "Oye, lo siento" pero, pues, no. Cuando fue demasiado obvio que no volvería, supe que tenía que llamar a alguien. Sé que no puedo hacer la caminata de la vergüenza yo sola.

Así que sé que la voz es de Eleanor. No sabía a quién más llamar.Pero por más que lloraba, la idea de salir allá afuera, el típico retrato de la chica humillada en una fiesta, y quizás conseguirme con él, celebrando como si nada, como si no me acabara de matar un poco por dentro... Definitivamente tengo que tener a alguien a mi lado.

Así que llamé a Eleanor. Sé que ella sabrá manejar esto. Ya está claro que yo no puedo, que yo no puedo hacer nada bien, pero, quizás, ella sabrá que hacer ¿Qué será? ¿Desaparecer? ¿Fingir que nada pasó? No tengo ni la menor idea.

Finalmente, unas manos frenéticas intentan abrir la puerta. Me levanto a paso de tortuga, temiendo que no sea Eleanor, sino algún tipo con muchas ganas de ir al baño.

- ¿Quién es? - Me pregunta. Suena asustada. Probablemente porque cuando la llamé, lo único que hice fue llorar contra el teléfono mientras le decía "Por favor ven"

- Soy yo, Cass - Me dice Eleanor, sonando preocupada. Suspiro con alivio. Suspiro, finalmente sintiendo algo que no sea tristeza, dolor o plena miseria. Y puede que me acaben de follar y tirar, pero de repente siento unas ganas inmensas de abrazar a Eleanor y decirle lo importante que es.

Abro la puerta, sin siquiera pensar que decirle una vez se encuentre con el desastre humano que soy. Eleanor empuja la puerta y así estamos cara a cara. Ella luce preocupado, pero más allá de eso, es el reflejo de la normalidad. Yo, desde el espejo sobre los lavamanos laterales, me vuelvo muy consciente de mi apariencia post-sexo. Mi cabello es una desgracia total, mi vestido está medio subido, mi maquillaje corrido por todas las lágrimas y el sudor. El horror en el rostro de Eleanor es entendible.

- ¡Dios, Cassidy! ¿¡Que pasó!? - Corre a mi lado, examinando mi rostro y puedo ver la duda, el horror, la incertidumbre. Niego con la cabeza, porque sé que lo que pasa por su mente.

- No me atacaron ni nada, tranquila - Casi dejo escapar una risita, sin saber por qué. Tal vez porque me empiezo a dar cuenta que quizás exageré ¿Lo que hizo él fue, después de todo, tan malo? Quiero decir, si hace seis años me hubieran dicho, Tito Pastore coge a las chicas para luego insultarlas, no me habría sorprendido.

Solo que hace seis años, no lo conocía. Y a esa exactamente cinco, cuando creo que ya estaba enamorada de él, habría apostado mi vida a que él jamás me haría algo parecido.

Estaba equivocaba.

Fui ingenua, burlada, usada y humillada.

- Cass... Dime que sucedió, por favor - Al oír eso, me rompo. Vuelvo a llorar, solo que ahora está Eleanor para sostenerme. Y así, llorando en sus brazos, ambas sentadas en una banca en medio del baño de hombres, le cuento todo. Le cuento acerca de las miradas, el beso, le menciono con mucha verguenza mi momento de debilidad. Finalmente, cuando llego a la parte de las palabras, de su insulto, de sus ojos llenos de odio, Eleanor sacude la cabeza, visiblemente decepcionada. Pero supongo que Tito nos engañó a todos.

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