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↳ 𝐢𝐜𝐞 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐦 𝐜𝐚𝐤𝐞

Yukhei definitivamente ya no sentía los brazos, y eso que él podía considerarse alguién bastante fuerte.

Finalmente habían parado en un par de mesas rodeadas de varios puestos de comida, especialmente postres, él intentaba que la sangre volviera a fluir correctamente por sus cansados brazos mientras los demás se encargaban de pedir cuanto se les antojara en distintos puntos, lo que era Geon Hak, Keon Hee, y Jae, se habían ido a comprar unas rebanadas de cheesecake con fresas, Yuchan y Wonpil se decidieron por brochetas de frutas y malvaviscos bañados en chocolate, Dowoon, Ten, y Jisung estaban en un puesto de algodón de azúcar, y los más pequeños, Seungmin y Jeongin habían ido por un par de helados de cono. Lucas era el único en la mesa, esperando como un perrito abandonado a que sus amigos regresaran.

  - ¿Qué pasó, amiguito? ¿Perdiste a tu dueño? - preguntó a sus espaldas el de cabellos lila, logrando que Yukhei le dedicara una mueca de disgusto, y se volteara sin responderle nada. El humor se les estaba llendo por los suelos.

  - ¿Ten te ha estado fastidiando, no? - el contrario hizo caso omiso a su gesto de ignorarlo y se sentó a un lado suyo, el pelinegro asintió desganado, reposando sus antebrazos sobre la superficie de la mesa, le estaba haciendo gran falta aunque fuera una sola calada de cigarrillo para calmar su rabia contenida.

  - No ha dejado de hacerlo, antes de irte a buscar estuvo igual de pegajoso, y ahora en público se la pasa agarrandome el cabello, y acercándose a dejarme picos en la mejilla - explicó el chino más que molesto, logrando que su tono normal bajara casi una octava, Yuta supo que Chittaphon en serio estaba cruzando la línea cuando escuchó el bufido del menor - ¡Ya se lo expliqué más de tres veces! No es así de idiota, lo hace a propósito el hijo de perra.

  - Wow, respira un poco, siento que en cualquier momento te va a petar una vena - dijo el mayor, posando su mano en el hombro de Yukhei, intentando que se calmara un poco - supuse que lo haría pero, antes no solías tomarle tanta importancia, ¿Hay alguna razón en especial como para que quieras partirle una pierna ahora?

Lucas frunció los labios, mirando en otra dirección que no fuera el japonés a su lado, buscando en cambio con su mirada una revoltosa cabellera pelirroja, clavando su vista en su dirección a penas lo encontró haciendo fila en el puesto de helados. El mayot se dió cuenta de ésto.

  - ¿Es por el hermanito de fresita? - preguntó de nuevo, a lo que sin dudarlo el pelinegro asintió, Yuta soltó un sonido de ya haber entendido lo que sucedía - entonces, Chittaphon te está dejando mal parado con el chiquillo ese.

  - Exacto, no he podido siquiera hablarle hoy, y estoy segurísimo de que piensa que hay algo raro entre él y yo - Wong paseó su mano por su cabello en frustración, apartando varios mechones de su cara, e intentando respirar bién. Los demás chicos pronto comenzaron a acercarse a la mesa donde se encontraban, cada quién con su respectivo postre entre manos, sin haber esperado siquiera llegar a la mesa para degustarlos, algunos incluso iban ya por la mitad. Lucas sintió el aire acumularse en su pecho al ver al pequeño pelirrojo ir en su dirección, con la cabeza algo baja, pero acompañado por el pelirrosa de Yang.

  - Hemos vuelto - canturreó Park alegremente una vez se encontraron todos reunidos de nuevo en la mesa, cada quien tomando un puesto junto a su actual acompañante. Dowoon incluso le ofreció un poco de su algodón de azúcar a Yuta, y éste más que gustoso lo aceptó, parece que se habían caído bastante bién después de todo.

  - Tome, hyung - una suave voz se coló en los oídos del pelinegro más alto, el cual bajó la mirada hacia un potecito con dos bolas de helado, una de chocolate, y la otra de vainilla, que le ofrecía el pequeño pelirrojo. Lucas sonrió en grande por el gesto del menor, enternecido debido al hecho de que se preocupara por traerle algo a él también, y lo invitó a que se sentara a su lado, pero antes de que siquiera Seungmin lograra acercarse más, otra figura lo opacó, empujandolo con su cadera hacia un lado para robar el puesto que quedaba en la banca, logrando que el menor volara de boca al piso, y su cono se estrellara contra éste, provocando un gran desastre de helado.