↳ 𝐞𝐢𝐠𝐡𝐭𝐞𝐞𝐧

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  - ¡Lucas, espérame!

Wong volteó en dirección a esa familiar voz, encontrando en su campo de visión a un castaño que corría apresuradamente a donde él se encontraba, sosteniendo a medias su bolso para que todo lo que contenía no cayera de bruces al suelo. Lee llegando tarde no era algo nuevo de ver.

  - ¿En serio te quedaste dormido en inicio de semana? - preguntó con burla el más alto, siguiendo su andar una vez el menor llegó a su lado, respirando con dificultad, suponía que debía haber corrido un gran tramo de su hogar a la universidad.

  - ¿En serio volviste a teñirte? - contraatacó Mark con el ceño fruncido, mirando de vuelta a Yukhei y su nueva cabellera negra.

  - Estaba aburrido en casa y era domingo, tal vez yo me quede calvo por el tinte, pero tú algún día terminarás pobre si sigues llendo a cada fiesta que te invitan - el ahora pelinegro alzó una ceja hacia el canadiense, éste le regaló un codazo en las costillas y acomodó mejor la tira de su bolso en su hombro izquierdo. Wong entendía que quizás aceptara una o dos invitaciones por semana, pero sólo a Mark se le ocurría desaparecer tres días seguidos por sabrá Satán donde, y reaparecer como si nada un lunes tarde por la mañana.

  - ¡Por favor! Cuando salgamos de aquí tendremos que buscar un trabajo estúpido que de seguro no tendrá nada que ver con lo que estudiamos, déjame ser libre mientras aún no le deba nada a nadie - exclamó el más bajo, chasqueando la lengua fastidiado, no es que le molestara el comentario del mayor, solamente no había tenido suficientes horas de sueño como para responder de mejor manera. Lucas se encogió de hombros, lastimosamente las palabras de Lee tenía cierta verdad en ellas. Mark no estudiaba ingeniería porque pensara ser un ingeniero a futuro o algo parecido, simplemente era lo que más fácil le resultó como para escoger tal carrera, cada quién con lo suyo a fín de cuentas.

  - Te dejaré en paz el día que te dignes a llamarme hyung y me trates con respeto por ser mayor - el castaño rió tal cual como si le hubieran contado un muy mal chiste, de esos tan malos que llegan a dar risa. Ahora fué Yukhei el que le dió un codazo al más bajo, aunque realmente no fuera algo que le enojara. De hecho, estaba tan acostumbrado a que el canadiense lo tratara con tanta confianza, que incluso llegaba a olvidar quién era mayor entre los dos.

  - Sí, claro, y ese mismo día te tiñes de azul, va - la risa irónica de Lee sólo logró que, a la final, Wong también se contagiara de ella, mientras seguían su plática rutinaria, siendo su momento roto por el ensordecedor sonido del timbre retumbando por todo el establecimiento. Al parecer Mark no había llegado tan tarde como creía.

Ambos debieron de despedirse para acudir cada quién a sus respectivas clases, extrañamente, esa mañana no se había cruzado en absoluto con Jae, o Wonpil, o alguno de su círculo de amigos, no creía en la posibilidad de que haya faltado alguno de ellos, o que no quisieran acercarsele, más bién era sorprendente no haber encontrado a Geon Hak por alguno de los pasillos, ya que su salón quedaba bastante cerca al suyo, era común verse a penas llegaban, seguro sólo habían estado rondando alguna otra zona que él no había visitado. Las horas de clase habían pasado más lentas ese día en especial, por alguna razón no encontraba manera en que su cerebro procesara toda la información que percibía y la retuviera por mucho tiempo, al lado suyo, Lalisa intentaba con toda su fuerza de voluntad explicarle el tema que trataba la clase, pero simplemente, la única neurona funcional de Yukhei había decidido regresarse a China caminando.

Las ganas de escuchar música eran terriblemente tentadoras, pero si no quería ser echado de clases por la arpía que tenía como profesora, tendría que escucharla hablar otras dos horas hasta que el glorioso sonido del timbre lo sacara de ese infierno, y es que no podría estar mejor dicho, justamente aquél salón donde vería clases todo el jodido día no tenía aire acondicionado, se había averiado, y en su lugar estaban dos ventiladores que no podrían ni soplar a una mosca de su sitio, estaba literalmente dentro de cuatro paredes escuchando a la descendiente más vieja de Satanás hablar de algo que ni le importaba, y muy probablemente, tampoco tuviera nada que ver con el tema. Rogaba a cualquier ser de éste mundo que las horas se pasaran más rápido, o que mínimo ocurriera algún terremoto para poder salir de ahí.

ゞChᥱrrყ boყ % 𝙻𝚄𝙼𝙸𝙽 ꒷꒦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora