↳ 𝐢𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐜𝐞

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Yukhei prácticamente no durmió en toda esa noche.

Los recuerdos, sus mismos pensamientos, cada esencia del momento grabada en su mente no le daba descanso alguno a su cabeza, era un revoltijo de eufória, nerviosismo, alegría en su máximo nivel, burbujas, y un toque de mariposas pisoteando sus intestinos, era la combinación más exacta de lo que había sentido después de regresar a su apartamento la noche pasada, cuando salió del auto del mayor de los Kim, despidiéndose a lo lejos con su mano, y viendo con claridad como el pelirrojo menor le devolvía la despedida con la vergüenza aún tatuada en su rostro. Todo lo que estaba bién en éste mundo debía ser la expresión del menor después de robarle ese beso.

En la mañana, había despertado con el mejor de los ánimos, podía hasta jurar que nunca había estado tan jodidamente contento un domingo cualquiera, prácticamente había saltado de su cama, tomó una ducha, desayunó, hizo su misma rutina de siempre, pero como si le hubieran cambiado las baterías. Incluso había hecho media hora más de su circuito de ejercicios sólo porque aún no se cansaba, ésto ya salía definitivamente de lo normal, nadie reaccionaba así ante un simple beso con la persona que más le gusta, pero realmente, ni siquiera él mismo se entendía, si estaba felíz eso era lo único que le importaba. Su mente había maquinado demasiado día y noche, obviamente dando vueltas al mismo asunto, probablemente al día siguiente estaría muriendo por toda la energía gastada ese día; pero no dejaba de visualizar cómo procedería de ahora en adelante su situación con el pelirrojo, técnicamente, ¿Estaban en algo? Podría decirse que sí, pero Lucas se veía en la responsabilidad de no imaginar demasiado, pues sólo había ocurrido hace como doce horas, se suponía que no era para tanto. ¿Lo estaba pensando demasiado? Pues sí, así es, quizás no era muy sano que rodeara el tema una y otra y otra y otra vez, pero a fín de cuentas se mentiría a sí mismo si se propusiera no mentalizarlo más.

Estaba tan absorto en su burbuja color rosa, que el sonido de su teléfono recibiendo una llamada le hizo dar un respingo en su sitio, se levantó del suelo, donde había estado haciendo abdominales, y cogió su toalla para secar la gruesa capa de sudor que lo envolvía en ese instante de pies a cabeza. Inhaló y exhaló un par de veces para recuperar el aire, y se exigió a controlarse a sí mismo, él podía ser más maduro que una quinceañera enamorada, claro que podía.

  - ¿Alo? - preguntó una vez acomodó su teléfono entre su oreja y su hombro, para así tener sus ambas manos libres y poder recoger su botella de agua de la mesa, tomando casi la mitad de ésta en menos de un segundo, quizá también había exagerado con esa media hora extra, pero no caía en cuenta sino hasta ese instante.

  - ¿Qué tal les fué en su salida? - la voz lasciva de Chittaphon se escuchó al otro lado de la línea, logrando que Yukhei entornara los ojos con un sentimiento de fastidio, mientras dejaba de nuevo su botella donde la había encontrado para salir al balcón de su departamento, donde tenía mucha mejor señal, aunque le faltaran las ganas de hablar con el tailandés - ¿Se divirtieron mucho sin mí?

Lucas soltó un bufido, si tan sólo no tuviese razones para estar excesivamente felíz, ya hubiera colgado la llamada a penas escuchar que se trataba del rubio. Se había olvidado de anotar su número nuevo.

  - Pues sí, bastante, como no tienes idea - respondió de manera sarcástica, que igual, sí la habían pasado increíble, pero si el mayor no hubiese sido un imbécil de primera, no tendría que estarselo contando - ¿Tú con qué divertiste después de que te echaran del grupo por perra?

La risa del rubio se escuchó claramente en el oído de Yukhei, haciéndole gruñir por lo bajo. ¿Es que no tenía vergüenza después de haber empujado a un pobre chico y, de paso, tirarle su helado? Chittaphon era increíble, y no en un buen sentido.

ゞChᥱrrყ boყ % 𝙻𝚄𝙼𝙸𝙽 ꒷꒦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora