↳ 𝐬𝐰𝐞𝐞𝐭𝐢𝐞

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Aquélla hora y media había pasado como si nada, el timbre resonó por la institución y finalmente, Wonpil era libre de sus clases por el resto del día.

Su grupo de amigos lo estaban esperando desde hacía rato, sentados por los alrededores en unas bancas cualquieras. Jae le había escrito por mensaje su ubicación exacta para que fuese fácil encontrarlos a penas saliera. Wonpil había tenido un día agotador, dos exámenes en un mismo día, más la defensa de su informe, y el resto de largas horas de clases tediosas habían acabado con sus pocas energías, a penas llegara a su hogar se tiraría en su cama a dormir como si no hubiese mañana, necesitaba reponerse después de trasnocharse horriblemente por estar estudiando, aunque hubiera valido la pena a fín de cuentas. Decidió ir primero al cafetín por un batido de vainilla, eso siempre le levantaba el ánimo cuando se sentía tan destruido internamente, se dispuso a recoger todos sus materiales en su mochila, luego de despedirse amablemente de sus compañeros y algunos profesores que se encontraba de camino al primer piso. A ésta hora, por suerte, no estaba tan abarrotada como usualmente era, ya que la gran mayoría, por no decir que todos los estudiantes, se iban corriendo a sus hogares muy lejos de ese infierno al que lastimosamente tendrían que volver a asistir el día siguiente. Aunque Wonpil había tenido el privilegio de poder organizar su horario de clases como mejor le acomodaba, y así sólo tenía que ir tres veces por semana, no era demasiado, pero algo era algo.

Tomó rumbo al cafetín una vez se halló en la primera planta, el instituto estaba un poco más solitario para aquéllos que, al igual que Kim, salían en la tarde, pero eso significaba un poco más de tranquilidad y no tanto alboroto, había hecho una sabia elección de horario. A penas llegó al puesto del gentil señor del cafetín, éste dió un respingo y lo encaró enfadado, preguntando que qué hacía de nuevo ahí, advirtiendole por alguna razón ya no tenía más pajitas. El pelirrojo frunció el ceño más que confundido, mejor dicho, anonadado, y prefirió mejor retirarse del lugar antes de que le gritara otra cosa, e irse mejor al punto donde se suponía se encontraría con su grupo de amigos. Ya luego les comentaría de ese extraño suceso con aquél sujeto tan raro.

Wonpil podía jactarse de conocer muy bién su universidad, pero de vez en cuando, su cerebro se apagaba y no recordaba a qué camino acudir para poder llegar hacia los alrededores, llegando a divagar un poco en otros pasillos de forma innecesaria. Afortunadamente, doblando en esa misma esquina, se consiguió de frente con sus amigos todos reunidos en una misma banqueta; oh, cierto, ni Geon Hak ni Keon Hee asistían los lunes a la universidad, con razón se le hizo raro ver menos personas, además de que Yuchan había salido más temprano para ir directo a su trabajo como mesero.

  - ¡Hey, fresitas! - saludó animadamente el rubio, invitandolo a acercarse a aquélla banca que habían autoproclamado como suya, Jae se sentaba en el respaldar, junto a Jeongin, y abajo iban Dowoon, seguido de su pequeño hermanito, y Lucas. Por un momento se sorprendió de no ver al tercer menor del grupo, pero luego de rebuscarlo con la mirada mientras más y más se acercaba, logró distinguir su figura, y aquélla cabellera castaña tan distintiva, escondida debajo de la banqueta, muy probablemente buscando asustarlo a penas llegara donde ellos. Tendría que hacerse el asustado aparentemente.

  - ¡Chicos! ¿Qué tal? - saludó habitualmente en términos generales, no le gustaba tener que estar saludando uno por uno de forma tan innecesaria cuando perfectamente podía saludarlos a todos al mismo tiempo y listo.

  - Muy bién a decir verdad - opinó Dowoon, echando una mirada hacia todos los demás en la banca para corroborar que así era, y todos asintieron conformes - ¿Cómo le fué a usted en sus exámenes, hyung? Oí que hubieron muchos que no supieron responder la última pregunta de álgebra, y probablemente la mayoría vaya a repetición.

  - Pues sí, estuvo algo compleja, pero nada que fuese demasiado.. difícil - Wonpil había recorrido con la mirada a cada uno de sus amigos mientras hablaba distraído, pero se detuvo especialmente en el atuendo de su hermanito menor; no recordaba que tuviera esa sudadera, de hecho ni siquiera parecía suya, le quedaba gigantesca. ¿Yukhei no tenía una muy parecida ésta mañana?

Estuvo a punto de señalar su inquietud acerca de aquéllo, cuando el sonido de un objeto estropeandose contra el banco de metal los alertó a todos. Kim bajó la mirada por casualidad, encontrándose con un adolorido Jisung retorciendose en el piso, mientras sostenía su cabeza entre sus manos. De manera inmediata se agachó a socorrerlo, acogiendolo junto a Jae entre sus brazos, para sobar con mucho cuidado el punto donde había golpeado su cabeza accidentalmente contra el borde de la banqueta al intentar salir de su escondite y asustarlo. Bién, eso le sucedía por malintencionado.

  - ¡Mocoso! ¿Qué hacías ahí abajo? ¡Pudiste haberte lastimado realmente y hubiéramos tenido que correr al hospital contigo para que te unan de nuevo la cabeza! - regañó el pelirrojo más grande al menor, el cual ahora lloriqueaba contra su pecho por el dolor de su cráneo, Jae, como gran amigo que era, se reía a carcajada suelta de la desgracia del pobre castaño. Wonpil le dió un zape detrás de la cabeza por imbécil e insensible, y el argentino calló de mala gana.

  - Eso te sucede por andar queriendo asustar a hyung, Hannie - dijo Dowoon al pequeño Jisung, éste ya no habló, y prefirió quedarse tranquilito abrazando al mayor de los Kim, recibiendo suaves caricias en su cabello para ir calmando de a poco su dolor. Sus mejillas estaban abultadas, más que de costumbre, lucían mojadas por el par de lágrimas que se le habían escapado, y sus ojitos estaban aguados, además de que su nariz ahora tenía más rubor que antes.

Oh, cierto, Jisung también era bastante consentido, no se le podían ceder un par de mimos porque era capaz de quedarse de esa forma un día entero. Y eso no estaba entre los planes de Wonpil.

  - Ya, ya.. vamos, levantate, tenemos que irnos, les prometí a sus madres cuidarlos hoy mientras ellas iban a cenar, y no quiero que piense que te maltrato o algo así - animó el pelirrojo al pequeño castaño, éste hizo un puchero con los labios al no querer moverse de su sitio, pero finalmente tuvo que obedecer a su mayor. Park le dió leves palmaditas en su cabellera una vez estuvo en pié, pero Han sólo se dedicó a verle mal por haberse estado riendo de él, al igual que al resto de sus amigos.

  - Bueno, yo también tengo que irme, olvidé dejarle comida a Louis y probablemente esté muriendo de hambre - comentó Wong levantándose de la banca y estirandose un poco, los demás hicieron lo mismo, cada quién debía de ir a atender sus propios asuntos, y ya se habían hecho las tres de la tarde. Caminaron en grupo hacia la salida de la institución, nuevamente separándose para dirigirse a sus respectivos hogares, no sin antes despedirse los unos de los otros. Concluyendo aquél día como uno bastante casual y sin eventos demasiado relevantes, a excepción del tremendo golpe de Jisung, aunque eso contaba más como una anécdota  divertida para los espectadores.

  - Minnie, ¿Quién te dió esa sudadera? Te queda enorme - preguntó divertido Wonpil, llevando de la mano a su pequeño hermano, y con la otra a Han, quien a su vez sostenía la de Jeongin. Kim nunca bromeaba acerca de la seguridad, mucho menos cuando iban caminando por la calle.

El pelirrojo más bajito volteó a verle, sonriendo de igual manera.

  - Oh, me la prestó Xuxi hyung, dijo que podía devolversela cuando quisiera - respondió alegremente, escondiendo su manito libre en la manga de la gigantesca sudadera. Wonpil sólo asintió; le pareció un lindo gesto de parte del chino el haberle cedido su prenda a su hermanito.

Seungmin estaba felíz de que el mayor le permitiera quedarse con su sudadera todo lo que quisiera.

Porque no pensaba devolverla en un largo tiempo.

ゞChᥱrrყ boყ % 𝙻𝚄𝙼𝙸𝙽 ꒷꒦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora