El pequeño desliz de su padre le tenía la cabeza a punto de estallar, especialmente cuando la amable sonrisa de su madre se iluminaba entre sus labios cada vez que Ben Chalamet pasaba con descaro sus manos por su cintura para abrazarle y susurrarle alguna morbosidad al oído, mientras que en la escuela, las miradas furtivas con su amor clandestino lograban poner sus pelos de punta. No podía entender como podía ser tan sinvergüenza.
Tenía la ira atada en la traquea, presa, cautiva de la solemne verdad que a él no le correspondía confesar, pese a que ver a su madre ser engañada con tanto descaro, se estaba volviendo un tormento muy difícil de ocultar.
No había vuelto a cruzar palabra alguna con su padre, ni siquiera una mirada, lo cual no era extraño, ya que ambos tenían un carácter complicado que los mantenía orgullosos y en silencio la mayor parte del tiempo. Sin embargo, esta vez era diferente, y se podía sentir como el ambiente se volvía tenso cada vez que estaban compartiendo en la misma habitación; acción que no pasó desapercibida para Joyce, quien durante los últimos días a penas podía mantener una conversación con ambos en la mesa a la hora de cena.
-¿Alguno de ustedes dos me podrá decir qué es lo que les pasa? - aburrida del desdén desconsolado de su monólogo, la joven madre se atrevió a preguntar, dejando de lado el plato de comida que ya no le parecía apetecible.
Ver a su familia, sentada alrededor de la mesa, comiendo la cena y enredada en un conflicto ajeno, le provocaba un sinfín de emociones que nunca pensó sentir, pese a que aquella tensión era reciente. Los conocía, o al menos eso quería creer, así que guiada por su educación e ideales se atrevió a cuestionarles su accionar tan enervante, para así poder hablar y solucionar lo que estaba pasando. Por supuesto que todo esto ocurrió en medio de sus buenas intenciones e inocencia, sin siquiera llegar a pensar por un minuto que estaba a punto de desatar el caos.
-No ocurre nada, amor - se apresuró a contestar Ben, sin disimulo alguno, dándole una falsa sonrisa, al tiempo en que acariciaba su mano sobre la mesa.
Ese acto tan cotidiano logró colmar la poca paciencia que Timothée había procurado mantener durante esos dos eternos días. Así que, sin pensar demasiado en las consecuencias, dejó caer con violencia el vaso sobre la mesa, causando que las asombradas miradas de sus padres se perdieran en medio de su persona.
-¿Estás seguro? - cuestionó, dejando caer sus alertagadas profundidades sobre su progenitor, quien apretaba la mandíbula con tanta fuerza, que se podía escuchar la vibración de sus dientes.
-Si, Timothée - le sonrió con hipocresía, advirtiéndole con la mirada que no se atreviera a hablar.
-Yo no lo estoy - culminó, desafiándole, apretando aun más su mandíbula.
-¿A dónde quieres llegar con esto? - cuestionó Ben, quitando el tacto sobre la mano de su mujer, para apretar su puño, conteniendo el enojo que amenazaba con desatarse.
-A la verdad.
-Tú no eres quién para hablar de la verdad - pronunció entre dientes.
-¿Por qué no? - cuestionó, sintiendo su respiración agitarse, preso del cólera que le recorría la columna vertebral.
-¿Acaso le contaste a tu madre la verdad? - sonrió burlón, para luego dejar salir una diabólica carcajada que terminó por arrebatar la cordura de Timothée.
-¿Qué verdad? - gritó, corriendo la silla hacia atrás para poder ponerse de pie y así estar a la defensiva.
-¡Qué eres gay! - exclamó histérico, imitando el actuar de su hijo.
El silencio se hizo presente tal indicio del desespero agónico que causó en Joyce procesar aquellas palabras. Las miradas se pasearon por entre los tres comensales, para terminar con otro golpe brutal en la mejilla de Ben, el cual solo atinó a devolverle el puñetazo con mayor intensidad a su hijo, provocando que la nariz de Timothée comenzase a sangrar sin disimulo.
-No soy gay - contestó luego de unos largos minutos que parecieron hacerse eternos entre el llanto desconsolado de la madre, que no lograba entender que era lo que estaba pasando.
-Yo te vi, Timothée - apuntó con su dedo índice, totalmente asqueado - Vi como se besaban, como se tocaban - escupió con odio, reviviendo aquellas escenas que amenazaron su moral.
El joven se mantuvo quieto, sintiendo como la sangre caía en gran cantidad sobre su ropa, mas no le importaba, porque su creciente histeria se estaba volviendo frágil y amenazaba en convertirse en un llanto salvaje que terminaría destruyéndole.
-¿Es verdad, Tim? - preguntó la mujer que le dio la vida, aun sentada en la silla, acariciando su cuerpo que tiritaba insostenible frente al espantoso momento que acaba de presenciar.
-No - respondió firme, pese a que ver a su madre en aquel estado tan vulnerable, lo estaba volviendo loco.
-¿Entonces qué vio tu padre? - cuestionó bajo, preso en un murmullo casi inaudible.
-Amor - respondió seco.
-¿Cómo vas a amar a otro hombre? - a penas podía pronunciar palabra alguna, fiel devota de la heterosexualidad.
Había sido un golpe muy bajo que atentó contra la imagen de niño bueno que había construido sobre su hijo, la pequeña luz de sus ojos que parecía brillar con mayor intensidad de lo que ella creía. Y le dolía, le ardía cada célula de su tembloroso cuerpo, que a penas podía dar tregua de lo que estaba viviendo.
-Lo hice - respondió, tragando duro, esperando que las lágrimas no se derritieran por sus mejillas - Y no me arrepiento, porque al menos él siempre fue sincero conmigo - esas últimas palabras fueron escupidas hacia su padre, quien lo miraba aún furioso.
-No te atrevas - le replicó, acercando su intimidante corporalidad hacia la escueta figura de su primogénito.
-¿Me volverás a golpear? - ese enfado desmedido aún seguía ahí, latente, no había cesado ni siquiera por un segundo.
-¿Por qué están gritando tanto?
La angelical voz de Chris logró sacar a todos de sus ferviente estado de desasosiego que los mantenía inertes, ilegítimos reyes de la cruel realidad golpeando a su celestial puerta. Joyce fue la primera en despabilar, secar sus lágrimas y correr en ayuda hacía su hijo menor, el cual refregaba sus ojos, intentando conciliar el sueño que le fue arrebatado en medio de una discusión que solo en un futuro podría llegar a entender. Lo llevó hacia su cuarto, dejando a solas a padre e hijo, quienes aún se encontraban demasiados exaltados para mantener una conversación decente, sin gritos ni golpes de por medio.
Timothée llevó su mano hacia su nariz, percatándose de que el sangrado se había detenido, y que ahora solo quedaban las manchas sobre su ropa. Tomó una gran cantidad de aire, intentando calmar su agitada respiración que lo mantenía en el limbo de la cordura irracional.
-No le dirás nada a tu madre - comenzó a hablar su padre, tomando nuevamente asiento para así volver a probar bocado.
-Si no lo haré hoy no será por ti - respondió, apretando los puños - Fue suficiente.
-Muchas gracias, hijo - le sonrió, de la manera más siniestra que alguien pudo haberlo hecho.
-No lo haré hoy ni mañana... - comenzó a hablar, apoyando sus manos sobre la mesa para luego acercarse lentamente hacia el rostro inexpresivo de padre, el cual seguía comiendo, pese a que la comida ya estaba fría - Pero tendrás que hacerlo tú de aquí a la otra semana, o si no me veré en la obligación de mostrarle unas cuantas fotos.
El semblante del señor Chalamet cayó por completo, dejó de masticar y miró incrédulo a Timothée, quien no podía esconder la satisfacción bajo esa sonrisa burlona, porque no había ninguna fotografía, fue mera estrategia.
El rizado se alejó de la mesa, sin decir nada más, sin esperar respuesta, y se metió a su habitación para cambiarse la sudadera manchada, esperando que todo rastro desapareciera, tal cual esperaba que esta noche también lo hiciera. El trémulo suspiro que se escapó de sus labios, delató que su cuerpo de a poco volvía a calmarse, a volver a su naturalidad. Se sentó sobre la cama, esperando que su corazón volviera a latir con parsimonia, al igual que la pronta conversación que necesitaría entablar con su madre.
sé que desde aquí la historia toma un giro inesperado jajaja espero que les esté gustando 💜
no olviden votar y comentar 😁
por cierto, agregaré el link de las canciones del título, por si quiren escucharlas c: pero recuerden que la letra no tiene relación con el capítulo, solo el nombre!
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Pursuit of happiness // t.c #1
FanfictionUna noche bastó para que un corazón se rompiera y el peso de un cuerpo cayera inerte sobre la acera. ¡Se prohíbe la copia total o parcial de esta obra! #1 trilogía Happiness