Al abrir la puerta, la alta figura de Gareth se asomó con una gran sonrisa en su rostro. Rose se hizo a un lado para dejarle entrar y luego le sonrió de la misma manera mientras cerraba la puerta tras su espalda.
No hubo mucho que decir, porque ambos sabían la razón de su llegada. Gareth, con su voz aún de niño mimado que no hacía juego con su estatura y músculos, le preguntó a Rose en donde se encontraba Steve, ya que él era la causa de su visita.
-Está en la pieza - explicó la rizada, mientras apuntaba con su cabeza hacia el pasillo.
-¿Está muy mal? - preguntó mientras pasaba sus dedos por entre su corto cabello.
-No ha dejado de sudar - respondió - Además la fiebre tampoco le ha bajado - se encogió de hombros, no podía evitar sentir pena por ver a su hermano en aquel tan miserable estado.
-Menos mal que no le hice caso - rió amargamente, porque pese a que nunca aceptó probar la cocaína, jamás impidió que su amigo lo hiciera.
-No eres tan imbécil como creí - bromeó Rose, aunque sus palabras no dejaban de reflejar lo que realmente sentía.
Gareth solo rió y le sonrió de manera amigable, para luego caminar por el pasillo hasta llegar a la pieza de Steve, en donde este se encontraba durmiendo totalmente destapado y en posición fetal, lo que lo hacía ver mucho más vulnerable de lo que se encontraba. La rizada se quedó en el marco de la puerta, mirando como Gareth se sentaba a los pies de la cama.
Steve no se despertó, la fiebre lo tenía consumido y la fatiga le comía las entrañas. El médico había dicho que todo aquello pasaría, era parte del proceso y debía ser paciente para ver cambios reales en su cuerpo y mente. El mayor problema, quizás, era que le dolía más a su madre y hermana verle de esa manera, y por eso el joven prefería dormir para así olvidarse y mitigar la culpa indulgente que le carcomía cada vez que las veía con los ojos brillantes e hinchados de tanto llorar.
La puerta principal no tardó en ser golpeada, lo cual obligó a Rose Jean a moverse por el departamento para llegar hasta la entrada. La figura esbelta de Noelia se asomó con alegría y energía a través de la puerta, para terminar colocando sus brazos alrededor del cuerpo de su amiga.
-Demasiado amor - habló entre risas la rizada, ya que no estaba muy acostumbrada a ese tipos de muestras de afecto.
-Sé que lo necesitas - le guiñó el ojo, para luego pasar por su lado y sentarse en el sofá.
Rose la imitó y ahora ambas chicas se encontraban conversando tranquilamente, sin querer sacar a colación el tema real que las convocaba. Sin embargo, la rizada pensaba que su querida amiga estaba allí para ayudarle a deshacerse de sus demonios e inseguridades, además de ayudarle por si algún inconveniente ocurría mientras cuidaba de Steve; cuando la realidad era que Noelia y Gareth estaban allí para entregarle sus pocos ahorros y así ayudarle a salir del gran lío en el que estaba metido.
-¿Está todo bien con Chalamet? - preguntó Noelia, en un intento desesperado por mantenerla creyendo en su mentira piadosa.
Cuando aquel apellido fue pronunciado algo se removió bruscamente en el pecho de Rose. No sabía de qué se trataba, ni qué clase de sentimiento le apretaba la traque con opulencia mientras las imágenes del rizado junto a Minnie se repetían una y otra vez por su mente. No habían hablado desde aquel día, y de manera infantil e inmadura había evitado mantener una larga conversación. No pasaba de un saludo leal que los dejaba con la cabeza llena de conflictos innecesarios, porque ambos sabían que hablar sería la única opción para manejar ese mal entendido que no tenía mucho sentido.
-Supongo - sonrió de medio lado, no tan segura de su respuesta.
-¿Rose?
La voz de Gareth se escuchó retumbar por toda la sala, cambiando por completo el rumbo de la conversación. Noelia se puso de pie y saludó al joven con un fuerte abrazo, mientras le susurraba algunas instrucciones para que su plan, que estaba por comenzar, tuviera éxito.
Rose Jean los miraba desde su asiento sin entender a qué se debía tanto abrazo. Nunca los había visto así de cercanos y la verdad es que le causaba curiosidad. Sintió la adrenalina correr por sus venas cuando ambos jóvenes se sentaron en el sofá, una a cada lado, mientras la miraban voraces en su afán catalizador.
- No puedes decir que no - comenzó Noelia - Lo vas a aceptar en silencio y nos agradecerás.
Rose frunció las cejas sin entender qué estaba pasando.
- ¿De qué mierda estás hablando? - preguntó finalmente, esperando tener alguna respuesta.
- Toma - habló Gareth, firme en su decisión mientra extendía los pocos ahorros que habían logrado juntar con Noelia - Steve los necesita más que nosotros.
La chica no supo que hacer. Se puso de pie violentamente, negando repetidamente con la cabeza. No iba a aceptar el dinero, porque no correspondía. Ellos eran sus amigos, no un cajero del que pudieran sacar dinero cada vez que les diera la gana.
- No - negó, mientras les miraba con los ojos al borde de las lágrimas - No puedo aceptarlo.
Noelia se puso de pie y con bastante fuerza dejó los billetes en la palma de la mano de si amiga, quien seguía negándose a aceptar los 350 dólares.
- No es mucho, así que acéptalo y págenle lo más pronto a esos imbéciles - sonrió fugaz, sin querer pensar en lo que podría llegar a pasarles.
Cuando Rose Jean escuchó aquellas palabras, algo hizo click en su interior; ese miedo profundo y desolador que no la dejaba conciliar el sueño y que no era capaz de materializar durante el día. Vivía allí, oprimido entre las sombras, con la esperanza de que nunca le ocurriría algo a su hermano. Asintió lentamente, porque no tenía fuerzas para discutir. Sabía que tenían la razón y que sus vidas, especialmente la de Steve, dependían de esa suma extraordinaria de dinero. Les agradeció con las lágrimas a flor de piel, al igual que el escalofrío que le. recorría la columna se volvía más agudo a medida que sus pensamientos volaban hacia una tragedia cercana. No sabía lo que era, pero podía sentirlo.
- Gracias - les sonrió, volviendo a sentarse entre sus amigos - Pero de verdad no era necesario.
- Si lo es - sonrió Gareth, quien era uno de los pocos que conocía la realidad de la familia Carter, al igual que Noelia.
- Piensa que ahora les queda menos - habló positiva, queriendo transmitirle esa energía a su amiga, quien se encontraba hecha una maraña de contradicciones.
- Gracias - sonrió a duras penas.
El resto de la tarde pasó fugaz y amena, todo gracias a una conversación fluida que los unió un poco más, especialmente a Gareth y a Rose, quienes no tenían una muy buena relación. Sin embargo, todo pareció cambiar esa tarde repleta de verdades y auteridades. Podían escuchar la tos y los respiros dificultoso de Steve desde la habitación, clara señal de que debían mantenerse unidos, ya que tenían un objetivo en común.
de verdad les pido disculpas por la demora :( intentaré subir más seguido! muchas gracias por leer!
no olviden votar y comentar💜
ESTÁS LEYENDO
Pursuit of happiness // t.c #1
FanfictionUna noche bastó para que un corazón se rompiera y el peso de un cuerpo cayera inerte sobre la acera. ¡Se prohíbe la copia total o parcial de esta obra! #1 trilogía Happiness