Los ojos de Rose Jean se abrieron lentamente, pesados y cansados, como si el largo sueño no hubiese sido suficiente, por lo que, se removió, intentando volver a coinciliarlo. Tenía a Timothée sosteniéndola por la cintura mientras su respiración tranquila golpeaba su cuello, causándole uno que otro pensamiento indecoroso.
Milo saltó sobre ellos, caminando por entre sus cuerpos, meneando su cola gris y peluda mientras buscaba el hueco perfecto para poder acostarse y descansar. Rose le sobó el lomo y con eso consiguió que se acostara sobre su pecho, comenzando su casual ronroneo, el mismo que siempre lograba tranquilizarla y relajarla. Cerró los ojos y aferrándose al gato que dormía plácidamente sobre ella, se dejó llevar por el sonido metódico, perdiéndose en la modorra que la acechaba.
Pero sus sueño se vio truncado cuando la puerta principal fue azotada con violencia, causándole un sobresalto que la dejó con el corazón sobresaltado. Milo corrió despavorido por la puerta, perdiéndose en el pasillo, mientras que su compañero a su lado, seguía aferrado a su cuerpo.
Se puso de pie sin mucha dificultad, estrujando sus ojos soñolientos que pedían un poco de misericordia. Estaba nublado y más oscuro que de costumbre. Suponía que era pasada las ocho treinta, ya que su madre solía llegar a esa hora luego de su larga jornada nocturna en el hospital de la ciudad. Caminó por el pasillo, intentando abrir los ojos y estirar su cuerpo que pesaba más de lo normal.
La sala estaba vacía, no había nadie, nisiquiera Milo o ese olor del perfume de su madre que tanto la caracterizaba.
-¿Mamá? - preguntó la joven, ya totalmente despierta.
-No soy mamá, soy yo - murmuró una voz gruesa a sus espaldas, saliendo de la cocina.
Rose Jean se dio la media vuelta y pudo ver de pie a un desarmado Steve, ojeroso y apestoso, sonriéndole de medio lado. Le devolvió el gesto, sintiendo como las imágenes de la madrugada comenzaban a pasar fugaces como un flashback. El llanto inminente se apoderó de su pecho, ese mismo que subía y bajaba acelerado, intentando calmar la angustia que le producía recordar y verle de esa manera.
-Pensé que eras mamá - habló luego de unos segundos, caminando hacia los sillones, incapaz de seguir viéndole.
-Son las seis de la mañana - aseguró, mirando hacia la ventana tapada por las blancas cortinas.
-Eso explica por qué está tan oscuro - dejó salir una carcajada, al tiempo que tomaba asiento.
Steve, con las manos en los bolsillos y nublado en terror, dejó caer su cuerpo junto al de su hermana, sin saber si quiera que decir. La veía quieta y callada, asustada y ausente y sabía que él era la causa y el único que podía apaciguar ese dolor moribundo. Suspiró, sintiendo como todo su cuerpo temblaba etéreo, promulgando el calvario que significaba confesarse y dejarse ver débil e inútil, como un viajero perdido en la inmensidad del desierto.
-Lo siento, Rosie - agachó la cabeza, incapaz de mirarle a los ojos escarlatas, los cuales al escuchar sus palabras, se dirigieron con rapidez hacia él - Sé que la estoy cagando y que estoy arruinando mi vida, pero...
Se quedó callado, porque al escucharse podía revivir el alivio que la droga le causaba por unas míseras horas. Olvidaba y no sufría, no tenía que sentir los lamentos silenciosos de su madre, menos ver la sombra trémula de Jake, caminando por los pasillos, espíritu que lo acechaba cada vez que volvía a su realidad. Sin embargo, sabía que no debía, que no quería repetir la historia, mucho menos volver a hacer pasar a su madre por semenjante bestialidad. Entonces, ¿por qué lo hacía? ¿Acaso Rose no vivía bajo esa misma nube oscura y trágica?
-Pero... - susurró la rizada, mordiendo sus labios, ansiosa por saber lo que Steve quería que decir.
-Lo siento, Rosie - sus ojos conectaron y con ello, explotó el llanto que los envolvió en una apretado abrazo - No lo volveré a hacer, te lo juro - susurró, escondido entre el cuello de su hermana - No tendrán que pasar por lo mismo otra vez, nunca más, nunca más.
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Pursuit of happiness // t.c #1
FanfictionUna noche bastó para que un corazón se rompiera y el peso de un cuerpo cayera inerte sobre la acera. ¡Se prohíbe la copia total o parcial de esta obra! #1 trilogía Happiness