TOMA 5

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Takato miraba a Kuroo con intriga, ya había pasado un mes y medio desde el incidente en su casa y este no había vuelto a tocar el tema, realmente estaba cumpliendo con su "no diré nada", habían tenido photoshoots, entrevistas y por su puesto las grabaciones de la película, todo en orden y calma, en ningún momento intentó sobrepasarse ni hizo preguntas sobre su vida privada, cada toma salía a la primera e incluso cuando se trataban de escenas que requerían un poco más de acercamiento, este era el estrictamente necesario. Todo ello le hacía sentir que realmente podía confiar en él y relajarse, puesto que los días que habían pasado, habían sido de mucha tensión para él al no saber que esperar realmente, sin embargo, Madarame había demostrado que tenía palabra y que realmente deseaba estar en buenos términos con él.

En todos esos pensamientos se encontraba Takato cuando la voz del susodicho llegó a sus oidos.

-Saijou san ¿puedo acompañarle? – miró la mano del otro que indicaba un "adelante" y tomó asiento en el sillón que se encontraba frente a este – me siento agotado – dijo al tiempo que aflojaba su corbata.

-Ya pasan de las dos de la mañana, es lógico que se sienta cansado, pero la mayoría de las escenas son de noche y en espacios abiertos, así que la madrugada es el mejor horario, no hay tanta gente y podemos grabar mejor – expresó Takato.

-Tiene razón. Mi sistema necesita glucosa, sino me quedaré dormido en cualquier momento – dijo golpeando sus mejillas.

-Es su día de suerte, tome – le extiende una lata de chocolate caliente.

-Oh, me ha salvado. Esto sabe muy rico, no sabía que gustaba de esto Saijou san.

-Bueno, es necesaria el azúcar en la sangre – dijo al tiempo que tomaba otro sorbo mientras acomodaba la cobija en su regazo y observaba con ojos perspicaces al hombre, necesitaba salir de sus dudas pronto, las ansias le estaban ganando, el corazón le latía a mil por hora y la ignorancia del qué esperar realmente era agotadora, con convicción se animó a preguntar lo que tanto había estado temiendo – Madarame san... ¿Por qué no me ha preguntado nada sobre la relación que tengo con Azumaya kun?

La realidad era que Takano no deseaba sacar el tema, pero si no lo hacia la incertidumbre le iría carcomiendo la poca cordura y paciencia que aún le quedaba. Mantuvo la lata de chocolate en sus manos, miró a su compañero a los ojos y esperó la respuesta. Kuroo, por su parte, regresó la mirada con inocencia.

-A decir verdad – dijo jugando con la punta de su dedo la boquilla de la lata - no negaré que me sorprendió el saberlo, pero tampoco es algo que me moleste o incomode, todos tenemos el derecho de enamorarnos y para ello no existe género. Se que al ser figuras públicas somos acechados por la prensa y si bien el trabajo requiere que nos mostremos, eso no implica que debamos hacerlo con nuestra vida privada, por eso lo que le dije aquel día sigue y seguirá en pie, no diré nada, confíe en mí – dejó la lata en el piso y colocó sus manos sobre las del actor.

El corazón de Takato comenzó a relajarse, la respuesta de este le provocó una sensación de calidez y tranquilidad -¡gracias! Kuroo kun – una sonrisa sincera se dibujó en el rostro del mayor, ahora sí podía sentirse completamente liberado de todas las emociones reprimidas hasta el momento.

-¡Oh! Me llamó por mi nombre Saijou san – expresó Kuroo con sorpresa.

-Puedes llamarme Takato – extendió su mano hacia el menor. Dentro de él estaba naciendo algo que no había experimentado antes, el deseo de borrar aunque sea un poco las líneas que le separaban del resto, tener un amigo del medio, el poder empatizar con un colega, y al parecer, ya había encontrado con quién - empecemos de nuevo ¿sí?

EL PAPEL DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora