TOMA 13

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-¿Qué... tú... - Takato tartamudeaba, le era difícil hilar las palabras, cada parte de su cuerpo temblaba, denotando el estado tan malditamente agobiante por el cual pasaba.

-Que alegría saber que me recuerdas mi querido Takato – Kuroo se acercaba aún más a la cama, sus ojos cual víbora no dejaban de asechar a su presa – ¡mira! Te he traído flores – dijo extendiéndolas hasta rozar la punta de la nariz del actor.

El sentir el penetrante olor de las flores le sacó de la conmoción en la que se encontraba, giró su cuerpo bruscamente y haciendo un esfuerzo intentó alcanzar el botón de llamada de pánico.

-No, Takato... hieres mis sentimientos, yo que he tenido que pasar por tantos problemas para visitarte y tú con tan mala actitud – dijo el pelilargo con fingida voz ofendida, mientras retenía con fuerza la muñeca derecha de este, lastimándole.

- ¡SUELTAME MALDITO! ¡AYUUUU... mggg! – con la otra mano libre el atacante cubrió por completo su boca, impidiéndole emitir sonido alguno. Sus ojos se abrieron por completo y pronto el brillo del líquido acumulándose en ellos fue más visible.

- ¡No lo hagas más difícil, maldita sea! – susurró en el oído del mayor – mantente calladito o te quiebro la muñeca, estás tan delgado que si hago un poco más de fuerza estoy seguro que podría escuchar el "crack".

Tras escuchar esas palabras su respiración se detuvo unos segundos y copiosas lágrimas surcaron por sus mejillas. Sabía perfectamente de lo que el lunático frente a él era capaz, por lo que si quería salir ileso debía acatar las órdenes.

-Entonces mi querido senpai... ¿estarás calladito? – preguntó ejerciendo mayor presión en la boca del actor. Sonrió cuando vio el débil movimiento de cabeza indicándole que así sería – me encanta tu lado obediente – dijo depositando un beso en la frente de Takato, provocándole otro fuerte estremecimiento. Lentamente fue quitando la mano que le impedía hablar al otro, sin embargo, la que sostenía la muñeca continuó prensada cual garra.

Saijo permanecía como estatua, siguiendo con la vista cada movimiento del alto. Apretó los dientes reprimiendo su instinto de gritar con todas sus fuerzas para ser salvado. Su respiración agitada podía apreciarse a simple vista con el vaivén impasible de su pecho.

-No sabes cuanto me alegro de ver que estás bien, estaba casi seguro que te ibas a morir - rio escandalosamente - pero mírate, resultaste más resistente de lo que pensé. Que tonto fui al tirarte, debí quedarme contigo un poco más.

Kuroo sonreía, disfrutando la tortura que ejercía con sus palabras. Takuya le había advertido que dejara se enfriaran las cosas, pero no podía. Deseaba al actor con todas sus fuerzas, no estaba satisfecho y sus ansias no podrían ser controladas, sino hasta que pudiera verlo, y ahora que lo tenía nuevamente a su merced la excitación en el crecía. Takato se había convertido en un potente y adictivo estimulante para él. El verlo pelear, así como sometimiento le gustaba.

Cerró los ojos y dio una amplia y profunda inhalación para de inmediato soltarla – Takato, vine a hacerte unas preguntas y advertencias. La primera es ¿Con quién has hablado de nuestro encuentro romántico? – soltó con sorna.

Por su parte el ojiazul se estremeció, las palabras "encuentro romántico" le provocaron nauseas, todo en el sujeto frente a él era nauseabundo – ¡pedazo de mierda! ¡Lárgate ahora!

-¡Respuesta incorrecta! – dijo soltando un manazo lo suficientemente fuerte en la boca del actor – te dije que te comportaras y tu vocabulario no es adecuado senpai.

El golpe le había dolido, poco, pero ahora los labios le ardían y un leve entumecimiento aparecía - ¡MALDITO BASTARDO!... ¿cómo pudo encontrarme?, ¿quién se lo dijo?, ¿qué va a hacerme? – fueron las preguntas que surcaron rápidamente por su mente.

EL PAPEL DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora