TOMA 15

1.3K 80 181
                                    



De pronto, el incómodo silencio que se había generado fue roto por la voz del castaño.

-Gracias Ayagi, me has dicho lo que necesitaba saber.

-No, Azumaya ... escucha, debes saber bien todo, Saijo san solo quiere prote ...

La llamada fue cortada. Su vista se perdía en algún punto del amplio pasillo inundado de una luz tan blanca y brillante que era casi dolorosa. Las visitas habían terminado varias horas atrás y ni una sola alma podía verse ahora. Un paisaje realmente desolador para cualquiera que decidiera merodear alrededor. Sin embargo, ese estado de profunda quietud y silencio era justamente el que necesita para ir acomodando todo lo que su mente estaba procesando. Pasó una hora, dos, tres y él continuaba sentado en la misma posición, las manos entrelazadas bajo su barbilla se extendían inmutables y la dureza de su rostro denotaba todos los sentimientos reprimidos, por lo cual el mirarle y salir vivo sería considerado como todo un milagro. Sus ojos resplandecían como los de una bestia antes de atacar a su presa, concentrado, analizando,

Finalmente, tras horas de inamovible postura, se puso de pie, avanzando hasta entrar a la habitación, donde un cansado Takato yacía dormido. Tomó asiento a un lado y contempló nuevamente cada parte del cuerpo frente a él, reviviendo, recreando, alimentando su mente y corazón con el más profundo odio hacia la mierda que rompió a su persona.

-Te prometo que nadie más volverá a lastimarte, NADIE. No mientras yo viva - susurró en el oído de Takato.

La rabia de saber quién era el perpetrador, más el voto de silencio autoimpuesto por su pareja, le hacía sentir nauseas. Debían hablar y pronto, porque de no ser así, el veneno que recorría su interior terminaría por consumirlo. Necesitaba saber que su pareja confiaba en él y que jamás habría secretos entre ellos, por más vergonzosos, terribles o dolorosos que estos fueran.

-Taniguchi san, disculpe que le llame a esta hora - exclamó Junta al tiempo que salía al balcón de la habitación - Necesito me ayude a posponer todos mis compromisos del día.

-Azumaya kun, que sorpresa... - dijo tallando sus ojos intentando remover las lagañas y somnolencia de ellos - ¿por qué ?, ¿ha sucedido algo, estás bien? - preguntó preocupado el gerente.

-Sí, necesito descansar, todo este tiempo ha sido agotador y ya no puedo más... el doctor dijo que al menos me tome uno o dos días. Podrías hacer eso por mí, ¿por favor? - dijo haciendo una voz angelical.

-Ya veo... claro que necesitas descanso, te has matado en trabajo todo este tiempo para mantenerte ocupado y olvidar aunque sea un momento lo que ha pasado, supuse que en algún momento lo pedirías... - pensó el hombre - no te preocupes, yo me encargaré de todo hablaré con el presidente, tú descansa y aprovecha estos tres días. Serán tus vacaciones adelantadas.

-Eso es muy generoso, solo pedí uno - exclamó el ojiverde.

-Sí, pero te los has ganado, como dije antes, pierde cuidado. Me encargaré de todo. Descansa, recupérate y vuelve renovado.

-Gracias Taniguchi san, lo haré. Hasta luego.

El actor colgó, permaneciendo un poco más en el balcón recargando su peso en el barandal, contemplando el paisaje oscuro y urbano que la noche le proporcionaba. En cuanto el sol asomara sus tonos naranjas, los engranajes comenzarían a girar y no pararían hasta que el trabajo estuviera terminado y él satisfecho.

---------------------

-Por favor deme dos combos doble cuarto de libra, agregue dos órdenes extras de papas fritas y agrándelas. De bebida té oolong ¿y tú? - cuestionó miranda a Yoshi.

EL PAPEL DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora