TOMA ELIMINADA

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COMIENZO

Jamás olvidaré el primer día que mis ojos lo encontraron, caminaba con prisa esquivando la gente que pasaba a mi alrededor, si algo odiaba era precisamente las multitudes, y no obstante el clima gélido que imperaba, la gente parecía ignorarlo saliendo como hormigas por todos lados. Decidido a no lidiar más con ello tomé un pequeño desvío, "gran error" repasé en mi interior, pues ahora estaba perdido "¿Por qué dije sí a la invitación?" murmuré entre dientes. Continué unos cuantos pasos más, me había alejado por completo del bullicio y algarabía, lo cual agradecía, ahora solo tenía que preocuparme por cómo demonios llegar al lugar citado. A tan solo doscientos metros más adelante se encontraba un parque pequeño, iba dispuesto a cruzarlo de prisa, la impaciencia me estaba ganando, atravesé el área de juegos y al girar la cabeza por mera inercia fue que lo vi, justo debajo de uno de los toboganes con forma de triceratops un chico como de mi edad leía un libro: "¿en serio, con este jodido frio, solo y en noche de navidad? ¿acaso estoy en alguna típica escena de manga shojo?" Intenté continuar, pero la curiosidad fue mayor. Siendo sincero, me llamó la atención tan atípico cuadro en la vida real. Con sigilo fui acercándome hasta quedar a metro y medio de distancia, él aún no se percataba de mi presencia, fue entonces que pude apreciar mejor sus facciones, rostro delgado, ligeramente alargado, boca pequeña, nariz fina y respingada totalmente coloreada de rojo por lo helado del ambiente, cabello corto negro; sus manos temblaban muy levemente "¿cuánto tiempo llevaba en este lugar? ¿qué de interesante tenía su libro que ni siquiera se enteraba de su alrededor?" Entonces me decidí a hablar.

-Hola... - vi como dio un ligero respingo, giró de inmediato para verme y una mueca de disgusto se dibujó en su cara. Su reacción me causó gracia, honestamente en mi mente seguía con la escena de manga shojo en la cual sus mejillas se pondrían rojas y escondería el libro para que yo no lo viera, bajaría la mirada y tartamudearía al verse sorprendido, pero NO, nada de eso pasó. Me dio una ojeada rápida y volvió a su lectura – ¡hey! dije hola ¿no tienes modales, acaso?

- Hola.

- Tch, este tipo... me llamo Shirakawa Arata y ¿tú?

-¿Acaso no tienes algo más que hacer? – dijo sin despegar su vista de la página que leía.

- Claro que tengo cosas que hacer, pero simplemente no puedo alejarme cuando hay un tipo sospechoso en el área de juegos que son para niños.

-Si insinúas que soy un pervertido, estás muy equivocado.

-Entonces ¿qué haces aquí? ¿no tienes con quien pasar la navidad? – dijo al tiempo que acortaba la distancia hasta tomar asiento en el piso frente al joven.

-Prefiero leer, solo – dijo recalcando la última palabra.

-Demonios, pero que tipo más... Eso veo ¿qué lees? – A decir verdad no me interesaba lo que el estaba leyendo, lo que llamaba mi atención era la terrible personalidad que tenía, provocaba en mi algo como "no me gradas, pero a la vez sí." – Boda... bodas de sangre. Eso suena muy gore, sí eres un rarito después de todo.

- Y tú un ignorante – se levantó con fastidio del suelo, cerró su libro, sacudió su pantalón y comenzó a caminar.

-Oh es alto... Sabes, es muy grosero decirle eso a alguien – me causaba gracia su forma de actuar.

-Así como "pervertido" y "rarito" – dijo sin mirar atrás.

-Me disculpo por ello, solo quería charlar contigo... pero veo que no se te da bien ello – repliqué imitando la acción para seguirle.

-Que pases una feliz navidad – dijo moviendo su mano derecha como despedida.

Así, muriendo por hipotermia, parado como idiota en un parque, perdido y sonriendo como pendejo, me quedé viendo como el peculiar sujeto se alejaba. Chequé la hora y para mi sorpresa ya tenía quince minutos de retraso. Si aún quería llegar con los demás y tener algo que celebrar, debía apresurarme.

EL PAPEL DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora