TOMA 20

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En cuanto la puerta se abrió, el viento les golpeó salvajemente. El clima no se sentía normal y pese a ser medio día el cielo estaba completamente cerrado; sin embargo, poco les importaba, ya que estaban a unos cuantos pasos de volver a sus vidas.

-Saijo san, apóyese en mí. Así le será más fácil caminar – dijo extendiendo su mano al mayor.

Takato se preguntaba si podría confiar en el chico, las cosas no habían quedado claras, pero ante la situación, no tenía más remedio que hacerlo. Pasó un brazo sobre los hombros de este, notando un ligero temblor. No cabía duda que este estaba tan asustado como él.

-Tranquilo, te aseguro que nos están buscando, pronto darán con nosotros – dijo al tiempo que cruzaban la entrada – o eso espero... - pensó al tiempo que daba una última mirada a Kuroo - ahora vuelve a cerrar la puerta y ponle la llave.

Yoshi, obedientemente hizo lo que se le indicó. Volvió a tomar a Takato por la cintura y avanzaron sin tener idea hacia dónde dirigirse.

-Allí hay un helicóptero – señaló el menor.

-¿Y sabes cómo usarlo?

-No tengo idea, pero tienen radio – Yoshi apresuró el paso casi cargando a Takato - seguro podremos comunicarnos con algu...

Ambos se estremecieron, al acercarse un poco más pudieron ver a lo lejos el cuerpo extendido en el piso del que parecía era el piloto.

-Es un monstruo – susurró Takato refiriéndose a Kuroo – ¿por qué lo mató?... – nuevamente los temblores se hicieron presentes – no, contrólate, tu objetivo es volver a casa, enfócate en ello – se dijo a sí mismo - tú, déjame aquí y ve a revisar su chaqueta, puede tener un celular con él.

-No quiero hacerlo... siento que es una falta de respeto y aparte no quiero tocar un cuerpo muerto... acompáñame – pidió casi en ruego.

-Escucha, si me llevas contigo tardaremos más, mi pierna comienza a doler y no sabemos cuánto más tardará en despertar Kuroo... o si lo hará... - ese último pensamiento le hizo tener escalofríos, odiaba al tipo pero, sentir que cargaría con la muerte de una persona le hacía sentir enfermo – dijiste que querías vivir, esto nos puede ayudar a lograrlo.

Yoshi lo pensó por unos minutos. Si bien había vivido un sinfín de cosas horribles jamás había visto el cadáver de una persona. Recordó sus días felices con Arata y lo que había gritado dentro de la casa, por lo que armándose de valor respondió:

-¡Lo haré!... entonces espera, volveré pronto – corrió dejando a Takato sentado en el pasto.

Takato observó cómo este se alejaba, por un momento se permitió contemplar su alrededor: la casa en medio de la nada y el helicóptero eran la única manifestación de civilización; pues hacia donde volteara solo se abría ante él un bosque profundo, imponente e interminable. Un sentimiento de angustia y desolación se anidó en su pecho, calando en lo profundo de su ser.

-¿Dónde estamos?, ¿qué lugar es este?... ¿aún es Tokyo si quiera?... si nos alejamos de aquí, ¿hasta dónde podríamos llegar, llegaríamos a algo, nos perderíamos?... no tengo idea – pensaba abrazándose a sí mismo.

De pronto se vio obligado a terminar su monólogo al ver al menor manoteando a la distancia, cosa que agradeció, pues sus pensamientos solo le hacían caer en depresión. Yoshi aparentaba hablar, pero su voz no llegaba a él. Así mismo el viento parecía ser más fuerte y frio a medida que el tiempo avanzaba.

-Saijo san, encontré un celular, pero no tiene señal y está bloqueado.

Takato maldecía interiormente ante la declaración -... lo llevaremos con nosotros, en algún momento podríamos tener señal.

EL PAPEL DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora