TOMA 8

1.1K 66 87
                                    


A medida que el coche avanzaba, el paisaje se volvía más solitario y amenazante. Lentamente el cuerpo que se encontraba en la cajuela fue recuperando la conciencia, los párpados le pesaban, lentamente y con dificultad los fue abriendo solo para encontrarse de lleno con la inmensa oscuridad. Intentó incorporarse, obteniendo como resultado un fuerte golpe en la cabeza, fue entonces que pudo percatarse que se encontraba encerrado. Sus manos y pies atados le hicieron recordar su realidad, ¡había sido secuestrado! La desesperación y angustia comenzaron a aglomerarse en su pecho, así como las preguntas en su mente: "¿por qué había ocurrido esto?, ¿qué querían?, ¿a dónde le llevaban?" pero ninguna de ellas podía ser contestada. Intentó tranquilizarse, si quería salir de esto debía guardar la calma y pensar con la mayor claridad posible.

-¡AYUDA! ¡SÁQUENME DE AQUÍ! – gritaba con todas sus fuerzas al mismo tiempo que golpeaba y pateaba lo que podía – ¡SÁQUENME! ¡HEEEEEEEEY!

"Debí amordazarlo" pensó la persona que iba manejando, quien para no seguirle escuchando subió el volumen de la música.

Takato no dejaba de hacer su mayor esfuerzo por hacerse escuchar pese a la música, alguien de fuera tenía que oírle. Con la boca intentó desatar sus manos, el nudo estaba muy bien hecho y ajustado al punto de marcarle. Después de algunos jalones lo logró, rápido pasó a sus pies, la oscuridad solo complicaba aún más su labor, pero no iba a quedarse de brazos cruzados. Por fin quedó liberado, el sudor escurría por su rostro, su nerviosismo era notable, pero la adrenalina que a su vez sentía, le permitía seguir actuando. Palpando el espacio comenzó a buscar un objeto que le permitiera defenderse una vez que intentaran sacarle, pero no encontró nada. Fue entonces que notó que el auto al fin había detenido la marcha, su cuerpo comenzó a temblar, lo que quedaba ahora era salir lo más rápido posible y atacar sin contemplación alguna, y una vez fuera correr como jamás en su vida. El actor repasaba el plan en su mente; fue entonces que escuchó un portazo y unos pasos que se intensificaban a medida que se acercaban a donde él se encontraba.

La cajuela se abrió de golpe, la repentina luz le encandiló atontándole por un momento, sin embargo, trató de salir lo más rápido que pudo, pero una voz le hizo perder su concentración.

-¿A dónde vas con tanta prisa, Takato san? – pronunció el hombre con sorna.

-Ku ... Kuroo kun... ¿qué... haces aquí?, ¿cómo...? – confusión y sorpresa era lo único que su ser manifestaba – yo... estaba...

-¡Tu expresión es digna de un Oscar! Es tan maravillosa, ojalá pudieras verte.

Takato no podía entender lo que pasaba "acaso Kuroo fue quien..." La fuerza abandonó su piernas, cayendo de rodillas en el suelo, posó sus manos en su pecho como si de esa manera pudiera detener todas las emociones que estaba experimentando, se sentía mareado y su corazón no dejaba de latir con intensidad.

Kuroo se puso de cuclillas hasta encontrarse a la altura del mayor, con delicadeza le tomó de la barbilla haciéndole levantar la vista – No te preocupes, la pasaremos ¡muy bien! – exclamó con voz suave y tranquila - he esperado mucho por este momento. Fui muy, muy paciente, nunca le había dedicado tanto tiempo a alguien, solo a ti, eres especial y esta es mi recompensa.

Los labios no dejaban de temblarle, los ojos humedecidos amenazaban con dejar escapar en cualquier momento profusas lágrimas – tú eras... mi amigo, confiaba en... ¿Por qué?... - fueron las únicas palabras que pudo hacer salir de su boca.

Kuroo se sentía extasiado, esta realidad superaba cualquiera de las fantasías que había tejido en su mente, verle tan fuera de sí, dolido y vulnerable le encantaba - ¿por qué, preguntas? – miró hacia arriba colocando su pulgar y dedo índice en su barbilla como si estuviera pensando – porque te cruzaste conmigo - soltó sonriente al tiempo que acomodaba el cabello del actor.

EL PAPEL DE MI VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora