Manual de lo prohibido⭑⭑⭑ Minsung

☽Capitulo 4

-Vamos Jisung, se que conociste a alguien, tus ojos me lo dicen.- Insistió, con la aún sonrisa más amplia y su mirada chispeante de curiosidad.

-Si y no.- Farfullé.

-¿Si y no? ¿Cómo es eso?

-Bueno, conocí a alguien que, a decir verdad, me deslumbró; pero...

-¿Pero qué?

-No puedo decir que sea ese "alguien especial".- hice comillas con mis dedos.

-¿Por qué no?

-No creo en el amor a primera vista, lo sabes.- Sacudí mi mano como restandole importancia al asunto.

-Sí, ¿Pero sabes? con Min fue amor a primera vista.- Sonrió como si de pronto se hubiera perdido en el recuerdo.- ¿Tu donde conociste al chico?- Preguntó de repente.

-Emm... en...- Vacilé mientras pensaba en el lugar ideal.- En el avión.

-¿Se sentó junto a ti?- La curiosidad de Yeeun parecía no acabar jamás.

-Mmm...- Entonces, recordé cuando Minho se sentó junto a mi en el pasillo.- Algo así.

-¿Quieres contarme?

-No en realidad, no tiene mucha importancia, Unie. Era solo un chico atractivo.

Y era cierto, porque para empezar, Minho solo era una cara bonita entre los otros rostros de Venecia y además, no podía inventarme una historia acerca de otro chico solo porque no me atrevía a decirle a Yeeun que su novio era lo más hermoso que había visto desde que llegue.

-Estoy realmente cansado, ¿podrías decirme donde está mi cama?

-Habitación.- Me corrigió y luego sonrío.- Es esa de allá.- Señaló hacia la derecha, apuntando una puerta negra de madera.

-Gracias.- le di un pequeño beso en su frente.- Mañana será un día fenomenal.

-Hasta mañana, Sung. ¡Wow! no puedo creer que estés aquí.- lo último parecía haberlo dicho para ella misma.- ¡Te quiero!

-Y yo a ti. Buenas noches.

Arrastré el par de maletas a lo que sería mi habitación y luego me interné en ella. Era tamaño medio, ni tan grande ni tan pequeña, ideal para mí. La cama estaba al otro extremo del cuarto contra la esquina; cerca de la ventana. Saqué de la maleta más pequeña un estuche donde traía la cámara y tome una foto de la habitación. Volví a colocar el artefacto en su estuche y lo deje sobre el escritorio. Me recosté en la cama, estaba demasiado cansado como para ponerme a doblar ropa ahora.

Coloqué las manos debajo de mi cabeza, entonces me puse a pensar en todo lo que había ocurrido este día, y en el rostro que había traído a mi memoria, era tan bello como el de un ángel, pero un rostro que no me pertenecía.

Pero... ¿Por qué había pensado en él? en la idea que Yeeun y Minho no se conocían lo suficiente como para decirse ''Te amo''; me reí por lo bajo al descubrir que lo que yo sentía ahora era envidia, desde Hyunjin solo dos idiotas habían figurado en la lista de mi corazón, y ahora que Yeeun había encontrado a alguien, yo le tenía envidia. Volví a reír. Que patético.

Pero lo cierto es que detrás de esa risa burlona, había una palpable preocupación, como un pequeño miedo que figuraba en mi pecho, el corazón de Yeeun no podía volver a romperse de una manera tan desastrosa como la primera vez.

O eso creía yo.