① 𝐓𝐇𝐄 𝐒𝐔𝐍 {𝘋𝘌𝘙𝘌𝘒 𝘏𝘈𝘓𝘌} [𝘛𝘌𝘌𝘕 𝘞𝘖𝘓𝘍]

CAPÍTULO 25: SALVAR A JACKSON

—— SALVAR A JACKSON ——

Elara estaba sentada en una de las encimeras que Deaton tenía, apoyado a su lado estaba Alexander, el cual no dejaba de morderse las uñas nervioso, haciendo que Elara también empezará a ponerse nerviosa, finalmente giró su cabeza y le miró, lanzándole una mirada de advertencia, su hermano al verla bajó la mano y metió ambas en los bolsillos de su sudadera.

—Estoy por ponerte guantes con hierro.— Murmuró ella molesta.

—Perdón.— Se disculpó él nervioso. —Entonces, retomando el tema de mañana...— Su hermana le miró seriamente, lo que hizo que se callará.

—¿Qué hace él aquí?— Preguntó Scott mirando a Isaac que entraba junto a Derek.

—Lo necesito.— Se limitó a decir Derek.

—Pues no confío en él.— Se quejó Scott haciendo que los mellizos rodarán los ojos.

—Pues él tampoco confía en ti.— Habló Isaac de él mismo en tercera persona.

—A Derek no le importa.— Se quejó el Alfa hablando de él en tercera persona.

—Y ahí tenemos la respuesta de que hay gente peor que tú, Alexander, cuando tienes una rabieta.— Se burló Elara haciendo que su hermano la mirase molesto, al igual que los otros tres hombres lobo. Derek la miró, era la primera vez que la veía en semanas, ya que ella había evitado cualquier contacto con él, y Alexander le había estado contando la actitud cambiante de su hermana.

—¿El veterinario va a ayudarnos?— Preguntó Derek retomando el tema inicial.

—Depende.— Respondió Deaton apareciendo. —¿Queréis salvarlo o matarlo?— Preguntó con obviedad.

—Matarlo.— Dictó Derek.

—Salvarlo.— Respondieron al unísono Scott y Elara, haciéndo que Derek mirase mal a los dos Betas.

Deaton puso sobre una mesa varios botes, mientras Elara y Alexander se ponían, cada uno, en uno de los extremos de la mesa.

—Cuidado con lo que tocas.— Le advirtió Derek a Isaac agarrando con fuerza su mano y apartandola de los botes, igual que hacía un padre a su hijo cuando tocaba algo que no debía.

—¿Entonces eres una especie de bruja?— Preguntó Isaac llevándose una mala mirada por parte de Alexander.

—No, yo soy veterinario.— Respondió Deaton con obviedad. —Además solo existe un brujo cada siglo.— Miró de reojo a Alexander. Mientras Deaton miraba los botes. —No hay nada contra una toxina paralizante.— Les dijo Deaton.

—Aceptamos sugerencias.— Comentó Alexander aburrido.

—Una ofensiva efectiva.— Propuso Isaac.