Pensamientos Ladrien

01. Mi Principe - PoV Ladybug

Ladrien

I

Mi príncipe

PoV Ladybug

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En mi trabajo como Heroína tengo que tratar de mantener la mente concentrada y libre de distracciones. Pero había alguien que, aunque tratara de concentrarme, nunca me permitía pensar con la cabeza fría: Adrien Agreste.

Y por más que estuviera tratando de despedirme de él en mi forma civil, mi versión heroica aún no podía soltarlo. Ver cómo fue afectado por la explosión causada por el akumatizado, hizo que actuara sin razón, tomándolo en brazos y llevándolo a un lugar seguro. Encontré un galpón y lo dejé, con cuidado, apoyado contra la pared mientras trataba de que volviera en sí.

—Adrien, por favor —le susurré, esperando que abriera los ojos. Una sonrisa se formó en mis labios cuando finalmente volví a ver sus ojos verdes.

—¿Ladybug? —cuando pronunció mi nombre dejé escapar un suspiro— ¿Qué paso?

—El akumatizado va tras ti, al parecer tu padre lo hizo enojar —apoyé mi mano derecha en el hombro y se lo apreté sutilmente—. Quédate aquí hasta que venga por ti —me puse de pie, para volver a la lucha, pero sentí que se afirmaba con fuerza de mi muñeca—¿Eh?

—Cuídate, por favor —solo le sonreí y me solté para volver a cumplir mi labor.

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Aquel akumatizado fue bastante difícil de rescatar. Su poder de creación me recordaba a mis pesadillas donde mi sueño era frustrado, de esos donde, como diseñadora, veía como todo salía mal y fallaba una y otra vez. Observé el objeto que había sido hechizado, era una orden de termino de contrato por una labor deficiente, me acerqué hasta el joven el cual era asistido por Chat Noir.

—¿Estás bien? —le pregunté, entregándole la hoja.

—Claro que no —dijo, quitándome la hoja con brusquedad de la mano—. Ese hombre ni sentimientos tiene... como hacerme esto a mí —dijo observando su termino de contrato.

Estaba planeando que decirle cuando Chat Noir se me adelantó, tomándome por completa sorpresa.

—Protestando no vas a conseguir nada, si crees que... —lo observé hacer una pausa y luego, mirar realmente molesto al muchacho—, el señor Agreste cometió un error, entonces esfuérzate y demuéstrale que está equivocado. Es la mejor forma de demostrar que él perdió un excelente trabajador y no que tú perdiste un buen trabajo.

Finalmente, el ciudadano se puso de pie y tras darnos una reverencia se fue casi corriendo de ahí, alegando que ya tenía unas ideas nuevas.

—La vida de los diseñadores debe ser complicada —comenté como si no supiera eso de primera fuente, Chat Noir se me acercó con una sonrisa, pero no le dejé decir nada— No sabía que tenías ese potencial para animar a la gente.

—Tú sabes —dijo, moviendo los hombros como si aquello fuera algo del diario saber—. Soy de los que no se rinden fácilmente, así que me gusta motivar a la gente a seguir sus sueños. ¿Adrien está bien?

—Sí —afirmé, ante el cambio de tema—. De hecho, debo ir por él —le informé, tomando mi yoyo, pero por alguna razón, Chat Noir puso su mano sobre la mía.

—¿No quieres que vaya yo? —preguntó, pero negué. Después de todo, quería ver si ya había salido de su aturdimiento.

—No, gracias, descansa —dije, quitándole la mano para lanzar mi yoyo—. Voy yo.

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Cuando estuve de regreso en el galpón, no logré ver a Adrien por ningún lado, empecé a preocuparme, pero tras un par de segundos, lo vi contra otra pared, con los ojos cerrados y la respiración algo agitada. ¿Se sentiría mal?

—¡Adrien! —lo llamé preocupada. Tardó en abrir los ojos, así que me agaché a su lado— ¿Estás bien?

—Sí —dijo, refregándose el ojo derecho—, creo que tuve una pesadilla, pero ya estoy mejor, gracias. ¿todo salió bien?

—Así es —me puse de pie, extendiéndole mi mano para que se parara— ¿Te llevo a casa?

—¿Por qué no? —su sonrisa hizo que mi corazón se acelerara más de la cuenta. Aspiré profundamente, antes de tomarlo e irnos de ahí, con dirección a la mansión Agreste.

Lo ayudé a sentarse en el sillón blanco que tenía en su habitación y luego, salté al borde del ventanal.

—Descansa —le dije, él solo afirmó con la cabeza y lancé mi yoyo para salir de ahí cuanto antes.

No importaba cuanto intentara olvidarme de él, mi corazón no dejaba de sobresaltarse en su presencia... bueno era mi primer amor... Mi príncipe.

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El rinconcito de la que escribe:

La facilidad con la que me salió esto, me sorprendí de mí misma xD

Este fic no tiene beta, pues como es en punto de vista quiero desafiarme a mi misma a recobrar lo que era escribir en formato alterno. Es decir, un capitulo será desde el punto de vista de Ladybug, y el siguiente de Adrien. Claramente, no tienen continuidad entre ellos, todavía porque por primera vez desde 2018, estoy haciendo esto sin planificar nada. Solo a lo que sale cada día (Otros de los motivos por lo que no será beteado)

Así que tendrán la oportunidad de ver el material crudo de mi cabeza, antes de que pase por las ediciones xD

Siéntanse seguras de recalcar cualquier error.

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Palabras: 751

Próximo: En el Ojo Público desde el punto de vista de Adrien.

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¡Gracias por leer!

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1 de Junio 2020